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Cumpla sus promesas, señor presidente

A través de plataformas web las sociedades civiles de África Occidental hacen balance de la sinceridad de sus dirigentes. Cuatro iniciativas en Nigeria, Burkina Faso, Benín y Guinea

Dos vendedores junto a un cartel promocional del presidente nigeriano Buhari.
Dos vendedores junto a un cartel promocional del presidente nigeriano Buhari.A. Akinleye (Reuters)
Carlos Bajo Erro
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Lahidi significa en soussou, “la promesa dada”, y desde la República de Guinea es la incorporación más reciente a un fenómeno que se va extendiendo por los países del oeste africano. Los impulsores de Lahidi lo han explicado a sus usuarios de una manera muy simple: “Una promesa es una deuda”. Se refieren a las realizadas por los políticos, porque ese es su objetivo: supervisar el cumplimiento de las promesas electorales, las que han llevado a los ciudadanos a decidirse por unos u otros, las que les han llevado a sus cargos.

Los presidentes ya no tienen carta blanca, al menos, en África Occidental. Durante las campañas electorales hicieron promesas, pero han quedado atrás los tiempos en los que aquellas se olvidaban el día de la toma de posesión. Se ha producido en los últimos años un curioso fenómeno que se reproduce en diferentes países de la subregión. Las sociedades civiles, en muchos casos en colaboración con las comunidades de ciberactivistas, están poniendo en marcha plataformas web que no sólo les permiten hacer un balance constante del cumplimiento de los compromisos electorales, sino que además divulgan de manera sencilla si el electo se ha tomado en serio o no la confianza que le han depositado los ciudadanos.

Buharimetre es la primera de estas experiencias en la zona. Fue lanzada en Nigeria en un momento especialmente simbólico, la alternancia política pacífica. Las elecciones en las que los ciudadanos desalojaron por las urnas a Goodluck Jonathan y lo sustituyeron por Muhammadu Buhari, sin que eso supusiese ningún trauma. La desilusión que llevó a retirar la confianza a Jonathan, llevó también a pensar herramientas para impedir que el desengaño volviese a producirse. La solución fue poder rendir cuentas constantemente, no ejercer la democracia sólo en la llamada a las urnas, sino mostrar a los candidatos que la sociedad civil les vigilaría durante todo su mandato.

Yusuf Shamsudeen Adio, uno de los responsables de Buharimeter como encargado de programas senior del Center for Democracy and Development (CDD – West Africa), explica el espíritu de la iniciativa: “Una evaluación objetiva de la gobernabilidad en Nigeria y en otras partes de África demostraría que existe una total desconexión entre lo que los políticos prometen hacer durante las campañas electorales y lo que están haciendo después de haber ganado las elecciones. Los políticos prometen abordar el deterioro de las infraestructuras, o impulsar la economía, por ejemplo, pero inmediatamente después de ganar, se desplazan las prioridades y creemos que esto es una traición a la confianza de los electores”. Por otro lado, asegura que no se produce la interacción adecuada entre los gobernantes y los ciudadanos. El segundo motivo que desencadenó el nacimiento de Buharimeter, según Adio, es sensibilizar a los ciudadanos con un concepto de participación democrática que va más allá de las votaciones y a los gobernantes con la necesidad de rendir cuentas. La última razón de ser de esta iniciativa es “mitigar la cultura entre los políticos de las promesas irreales”.

El Buharímetro de Nigeria.
El Buharímetro de Nigeria.

“Los políticos hicieron decenas de promesas”, se queja el responsable de Buharimeter, “sólo para ganar la confianza de los ciudadanos, sin ninguna intención de que esas determinen sus políticas. A través de la evaluación sistemática, esperamos profundizar en la cultura democrática de Nigeria, asegurando que los políticos hacen promesas realizables”.

Luther Yameogo, director de la ONG Diakonia en Burkina Faso, una de las impulsoras de la plataforma Presimetre.bf, explica que en el caso de su país uno de los objetivos era “contribuir a la reeducación democrática y a la consolidación de la democracia”. No se trata de un objetivo, menor en un caso como el de Burkina, que ha recuperado recientemente la democracia después de que un levantamiento popular pusiese en fuga en octubre de 2014 al antiguo presidente, Blaise Compaoré, acusado de haber secuestrado la soberanía popular; y de que la resistencia ciudadana frustrase a finales de 2015 un golpe de Estado que pretendía quebrar la transición.

En Benin, donde las últimas elecciones el pasado 20 de marzo rubricaron la alternancia al frente del país, uno de los impulsores del Talonmetre (por el nombre del nuevo presidente, Patrice Talon), asegura que la plataforma impedirá que la política sea como en los años sesenta, porque “hay una juventud activa y comprometida y una población que puede vigilar a los gobernantes”. El de Benin es un caso particular. La plataforma de vigilancia de las promesas electorales fue concebida por un grupo de apasionados de las TIC, que una vez lanzada pretenden “entregársela” a las organizaciones de la sociedad civil.

Más allá del mencionado caso beninés, el resto de impulsores de las plataformas son organizaciones de la sociedad civil apoyadas en las comunidades de ciberactivistas locales. Todos ellos han montado equipos para enumerar las promesas electorales formuladas por sus gobernantes durante las respectivas campañas electorales o los discursos de toma de posesión de los cargos. El Buharimeter nigeriano supervisa 222 promesas; en el caso del Presimetre burkinés se han agrupado los compromisos del candidato en 14 bloques temáticos; en el Talonmetre beninés han identificado 196; pero en el Lahidi guineano el trabajo ha sido especialmente exhaustivo y les ha llevado a identificar 431 medidas prometidas por el presidente o alguno de sus ministros y están abiertos a actualizar la lista a medida que se vayan anunciado nuevas acciones.

Página web de Le Présimetre de Burkina Faso.
Página web de Le Présimetre de Burkina Faso.

Un ciudadano, un vigilante

La fuerza de los análisis se basa en su carácter popular. Las plataformas, precisamente, tratan de movilizar a los ciudadanos y lo hacen implicándoles en la supervisión. Cualquier persona puede inscribirse en ellas y aportar sus balances sobre el cumplimiento de las promesas. En el caso de Benin, dos mil personas se inscribieron para vigilar las medidas avanzadas por Patrice Talon durante las elecciones.

“Son los propios ciudadanos”, señala Yameogo, “los que expresan sus preocupaciones directamente y evalúan el éxito de las autoridades regularmente a través de la plataforma y del resto de mecanismos de interpelación. A cambio, las autoridades tienen un altavoz para dar explicaciones y un atril desde el que dialogar”. Yusuf Shamsudeen Adio añade a esta valoración, la respuesta ofrecida por los gobernantes: “En los primeros meses fueron muy críticos porque nos acusaban de desinformar a los nigerianos, aunque después han sido mucho más colaboradores y se han prestado a participar. Lo que resulta más alentador todavía es que los ciudadanos han sido muy activos ofreciendo sus análisis”.

Fodé Sanikayi Kouyate, presidente de la asociación de blogueros guineanos Ablogui, habla en nombre de los últimos en llegar a este club de los supervisores desde Guinea: “Para nosotros sería imposible vigilar el cumplimiento de las 431 promesas que hemos identificado. La plataforma es extremadamente abierta porque cualquier ciudadano puede rellenar el formulario. Al fin y al cabo ellos son los protagonistas del proceso. Cuando votas le das tu voz, tu confianza a un candidato sólo a cambio de su palabra, después tienes que asegurarte de que cumplan con esa palabra”.

Portal del Talonmetre de Benín.
Portal del Talonmetre de Benín.

En general, los responsables de estas cuatro iniciativas coinciden en que la colaboración de las autoridades con este control no resulta demasiado decidida, quizá tenga algo que ver con los resultados que están arrojando sus análisis. Sólo a modo de ejemplo, el Buharimeter, la más veterana de estas experiencias acredita que en más de un año de mandato, Muhammadu Buhari sólo ha cumplido con uno de los compromisos que había adquirido, aunque otros 45 están en compromiso, pero el cumplimiento de los 176 restantes todavía no se ha iniciado. La situación no es muy diferente en Benin, donde la plataforma ha certificado que Patrice Talon ha iniciado el cumplimiento de 11 de las 196 promesas registradas, el resto, salvo una que ha sido descartada, ni siquiera han sido abordadas pasados ya los cien primeros días de mandato.

Lo cierto es que los propios protagonistas reconocen que la participación ciudadana no es constante, aunque es una dinámica lógica en estas actividades. Son momentos puntuales los que animan a los ciudadanos a tomar partido en estas campañas de vigilancia. Uno de los impulsores del Talonmetre beninés explica que el día de la independencia nacional o los cien días de mandato animan la implicación. El caso más claro de cómo estas iniciativas están consiguiendo implantarse es el de los cien días del mandato presidencial de Roch Kaboré en Burkina Faso, la campaña de evaluación lanzada por Le Presimetre se extendió a una emisión televisiva “Dialogue Citoyen” que ha permitido ampliar su impacto. “En esa emisión, el presidente ha respondido en directo a las preocupaciones de los ciudadanos”, señala con satisfacción Luther Yameogo.

Una evolución lógica

Los impulsores de estos proyectos no están, en realidad, dando palos de ciego. Curiosamente, en los cuatro países se han desarrollado previamente intensas campañas de vigilancia ciudadana de las elecciones. Las comunidades de ciberactivistas han conseguido una considerable movilización para velar por la celebración pacífica y transparente de las elecciones. Después de esos esfuerzos de supervisión no parece extraño que se mantenga la implicación de los activistas en el control de las autoridades.

Página web de Lahidi, de Guinea.
Página web de Lahidi, de Guinea.

GuinéeVote fue un éxito en la movilización de la sociedad civil y conseguimos muy buenos resultados. Ahora es lógico que mantengamos la preocupación y que, igual que vigilamos en las elecciones, sigamos vigilando al candidato que resultó elegido. Lahidi es la consolidación de la toma de protagonismo y de responsabilidad de los ciudadanos en todo el proceso democrático”, comenta Fodé Kouyaté, presidente de Ablogui, una de las organizaciones que impulsan Lahidi. “Durante las elecciones en Nigeria, la participación de la sociedad civil fue muy intensa”, añade Yusuf Shamsudeen Adio, “y ahora ese compromiso ha evolucionado en una iniciativa como Buharimeter.

La misma reflexión es la que hace Yameogo que recuerda que después de los episodios de resistencia popular que ha vivido Burkina, la sociedad civil se involucró activamente en la vigilancia de las últimas elecciones presidenciales a través de la plataforma BurkinaVote y que después se reprodujo en las legislativas y las municipales. “Después de la insurrección de octubre de 2014, la sociedad civil ha tomado conciencia de su responsabilidad. Tras las últimas elecciones hemos recuperado las instituciones democráticas y la sociedad civil sabe que debe continuar con su papel de vigilancia ciudadana para reforzar la credibilidad de las instituciones y la democracia en Burkina”, asegura Yameogo.

La bola de nieve que rueda

La aparición de todas estas iniciativas en un periodo de tiempo tan corto y en un espacio tan próximo no es una coincidencia. No se trata de experiencias aisladas, sino que es un fenómeno que continúa creciendo. Las sociedades civiles se han ido fortaleciendo en los últimos años y, precisamente, sus actuaciones les han ido dando un mayor prestigio, esa es la explicación de esta ola de actividades de vigilancia ciudadana. A esa condición se une la disponibilidad de herramientas digitales que facilitan esa participación de la población y la aparición de las comunidades de ciberactivistas que dominan esas herramientas y que despliegan una tremenda creatividad en la búsqueda de soluciones imaginativas.

Estas plataformas tienen un impacto directo en el desarrollo de los procesos democráticos

Los impulsores de estas iniciativas están inmersos en un proceso de aprendizaje mutuo, de reflexión conjunta y de intercambio de experiencias y coinciden periódicamente en diferentes foros regionales para compartir conocimientos, proyectos y resultados. “Nos estamos inspirando en lo que otros están haciendo en la subregión (del África Occidental)”, confiesa Kouyaté, que siendo los últimos en poner en marcha su plataforma han tenido la colaboración de los impulsores de los proyectos de otros países. Por su parte, uno de los creadores de Talonmetre reconoce que han estado en contacto con los encargados de llevar adelante iniciativas similares en Burkina Faso y Nigeria.

Yusuf Shamsudeen Adio, representante de la iniciativa con más experiencia, expresa esta colaboración como una parte fundamental de las iniciativas: “La colaboración regional es muy importante teniendo en cuenta que todos los países de África occidental se enfrentan a desafíos de desarrollo similares. La región está a la zaga en todos los índices de desarrollo y eso se puede trasladar a la calidad de liderazgo y del ejercicio de la ciudadanía”. Estas plataformas tienen un impacto directo en el desarrollo de los procesos democráticos, pero algunos de sus impulsores consideran que el efecto puede ser incluso más profundo. “Tener plataformas regionales de seguimiento de las promesas supone aunar y maximizar los esfuerzos de la sociedad civil para promover la rendición de cuentas mediante la mejora de la capacidad de los ciudadanos para la participación activa en el espacio público. Así es como se pueden abordar de verdad los retos del desarrollo anhelados desde hace mucho tiempo e iniciar el camino del desarrollo”, sentencia Yusuf Shamsudeen Adio, activista nigeriano y representante de Buharimeter.

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Sobre la firma

Carlos Bajo Erro
Licenciado en Periodismo (UN), máster en Culturas y Desarrollo en África (URV) y realizando un doctorando en Comunicación y Relaciones Internacionales (URLl). Se dedica al periodismo, a la investigación social, a la docencia y a la consultoría en comunicación para organizaciones sociales.

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