Justicia, no caridad
Todos recibimos llamadas telefónicas de asociaciones benéficas apelando a la solidaridad. Los primeros años de crisis corrí, como tantos bienintencionados españoles, para colaborar, pero creo que estamos institucionalizando esa solidaridad o caridad. No es ese el camino de una sociedad digna. Lo que se necesita es justicia, justicia social, no caridad. El ser humano debe poder mantener su dignidad no recibiendo limosnas, sino lo que le corresponde por derecho. Un sueldo que le permita tener cubiertas sus necesidades básicas o una cobertura económica adecuada. Ahí donde hay justicia no se necesita nada más, lo demás sobreviene.— Magdalena Spiegelhalder Soto. Valencia.
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