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El primer test de personalidad de orcas las acerca a chimpancés y humanos

Un estudio pionero analiza las características psicológicas de estos grandes cetáceos en cautividad

Javier Salas
Hasta ahora nunca se había analizado la personalidad de las orcas.
Hasta ahora nunca se había analizado la personalidad de las orcas.Loro Parque

Los expertos en comportamiento animal han buceado, por primera vez, en los rasgos de las orcas para estudiar los factores que definen su personalidad. Aunque la muestra es pequeña y el trabajo preliminar, con tan solo seis de estos cetáceos, los resultados muestran una fortaleza razonable que apuntan conclusiones interesantes. Por ejemplo, una similitud con los rasgos que definen la personalidad de los chimpancés, y algo menos con humanos, lo que podría reflejar una convergencia desde el punto de vista evolutivo entre especies que siendo muy distintas han alcanzado importantes niveles de inteligencia.

"Es muy llamativa la coincidencia preliminar con la personalidad de los chimpancés, que puede indicar las ventajas adaptativas de estos rasgos en el perfil de especies tan complejas como estas", explica Úbeda

Hasta ahora se ha estudiado la personalidad de más de 100 especies, en apenas unos años en los que esta rama de la psicología animal se ha disparado, mucho tiempo después de que Iván Pávlov comenzara a teorizar sobre la personalidad de los perros. En este caso, los especialistas trabajaron con las seis orcas del Loro Parque, un zoológico de Tenerife que es el único de España que cuenta con estos cetáceos. Yulán Úbeda, la primatóloga que ha liderado este trabajo, reconoce que la cautividad es un elemento que puede determinar rasgos específicos de personalidad y quizá las orcas salvajes mostrarían un perfil distinto en algún aspecto.

"Es muy llamativa la coincidencia preliminar con la personalidad de los chimpancés, que puede indicar las ventajas adaptativas de estos rasgos en el perfil de especies tan complejas como estas", explica Úbeda, que ya había realizado este estudio en estos primates. Del análisis de los seis cetáceos destacaron los factores de responsabilidad con un componente de amabilidad, y extraversión e inestabilidad emocional, a partir del modelo de los cinco factores de personalidad, todo gracias a las respuestas de 21 cuidadores y veterinarios que conocen a las orcas desde hace al menos seis meses. Úbeda también está trabajando en factores que ayuden a determinar el bienestar y la felicidad de estos animales.

Los autores de esta investigación consideran muy interesante la comparación con los primates, a pesar de una evolución profundamente dispar, una adaptación a entornos tan diferentes y una anatomía tan distinta. Esencialmente porque primates y cetáceos muestran esa convergencia en sus capacidades cognitivas complejas, su inteligencia y su autoconsciencia. Por ejemplo, la presencia de la cultura, algo que ya se ha descrito en orcas.

La personalidad animal se refiere a la coherencia en el tipo de comportamiento que muestran los distintos individuos de la especie y puede ayudar a su conservación y a conocer su evolución

Este aprendizaje cultural de comportamientos, como sucede con la caza por imitación en determinadas poblaciones de orcas, señala una sofisticación en la que la personalidad puede haber desempeñado un papel determinante para su desarrollo evolutivo. Estas similitudes de personalidad podrían sugerir que esos rasgos, que también tenían parecidos con los humanos, otorgan ventajas adaptativas a estas especies.

Aunque sorprenda descubrir en la zoología un concepto tan coloquial, las distintas especies animales también se distinguen por los rasgos de su personalidad. Es un concepto científico que puede ser muy útil para su conservación, además del conocimiento que aporta desde el punto de vista evolutivo. Por ejemplo, hace poco conocíamos un estudio sobre la personalidad de los bonobos salvajes que mostraba que, justo al contrario que en los chimpancés, las hembras son más agresivas que los machos. La personalidad animal se refiere a la coherencia en el tipo de comportamiento que muestran los distintos individuos de la especie: por ejemplo, al liberar a una especie de pájaro en un entorno desconocido, algunos serán atrevidos al lanzarse a reconocer el lugar y otros tímidos y recelosos. Su estudio puede ayudar a mejorar la cría en cautividad, las reintroducciones de especies en peligro de extinción, e incluso a prevenir la transmisión de enfermedades.

"Dado el pequeño tamaño de la muestra, es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas", reconoce Úbeda. Precisamente, el estudio se iba a publicar con las seis orcas, pero tras presentar sus resultados en un congreso científico, surgió la posibilidad de ampliar enormemente la muestra. Úbeda está ahora a la espera de que el parque de Marineland Antibes en Francia (que pertenece a una empresa española) y Seaworld en EE UU cumplan con su colaboración en el estudio, lo que ampliaría la muestra hasta casi tres docenas de cetáceos.

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Sobre la firma

Javier Salas
Jefe de sección de Ciencia, Tecnología y Salud y Bienestar. Cofundador de MATERIA, sección de ciencia de EL PAÍS, ejerce como periodista desde 2006. Antes, trabajó en Informativos Telecinco y el diario Público. En 2021 recibió el Premio Ortega y Gasset.

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