Las ‘twags’ llegan a Silicon Valley
Las novias de los grandes emprendedores tecnológicos hoy ocupan tantos titulares como las parejas de los futbolistas
Los fundadores de start-ups y creadores de las redes sociales han reemplazado a las estrellas de cine y la música y a los deportistas, no solo en la lista de los más ricos, sino también en la de los hombres más deseados.Si antes eran famosas las wags (novias de futbolistas) hoy ya existe una palabra para llamar a las parejas de estos chicos de Silicon Valley: twags (esposas y novias de millonarios de la tecnología, por sus siglas en inglés).
La última estrella en comprometerse con uno de estos gurús de la tecnología ha sido la modelo y exángel de Victoria’s Secret Miranda Kerr, quién recientemente publicó en sus perfiles de Snapchat e Instagram la imagen de su enorme anillo de compromiso con un diamante de 2,5 quilates —y valorado en más de 49.600 euros— con el rótulo “Cásate conmigo” y una animación del creador de Snapchat, Evan Spiegel, de rodillas.
Spiegel, de 26 años, tiene una fortuna valorada en más de 2.000 millones de euros, según Forbes. Fundó la compañía cuando aún estudiaba en la Universidad de Stanford, convirtiéndose en uno de los multimillonarios más jóvenes.
Pero ellos no son la única pareja. La actriz Talulah Riley (Orgullo y Prejuicio, Origen) fue la pionera. Comenzó a salir con el fundador de Paypal Elon Musk en 2008, después de una primera cita en la que, según confesó, hablaron de “física cuántica”. Un mes más tarde estaban comprometidos y el matrimonio duró seis años. La británica Emma Watson hoy sale con William Knight, uno de los directivos de la compañía de software Medalia, y la también actriz Allison Williams, Marnie en la serie Girls, está casada con Ricky Van Veen, cofundador de la web College Humor.
El perfil del hombre de Silicon Valley va más allá del empollón con gafas de pasta que prefiere pasar la tarde programando a salir con sus amigos. Son jóvenes brillantes, innovadores, a los que no les asusta el riesgo y lo suficientemente carismáticos para atraer inversores.
La adicción al trabajo
Aunque muchos de estos ejecutivos eligen a famosas, la mayoría de ellos conoce a sus parejas en la facultad o en la oficina. Mark Zuckerberg y su esposa Priscilla Chan estudiaron juntos en Harvard. Kevin Systrom, cofundador de Instagram, conoció a su novia en Stanford. Y Bill Gates se encontró con Melinda cuando se sentaron juntos a cenar en una exposición. “Era más gracioso de lo que esperaba”, dijo ella.
La agencia de citas Linx está especializada en emparejar a jóvenes de Silicon Valley. Su creadora, Amy Anderson, la fundó en 2003 tras mudarse a Palo Alto y descubrir “atónita” el alto número de hombres disponibles. Asegura que sus clientes son “extremadamente dinámicos y exitosos”. Son fundadores de empresas de tecnología, ejecutivos y emprendedores. Según Anderson, los techies son “parejas fabulosas” y buscan “mujeres tan, si no más, dinámicas e interesantes de lo que son ellos”.
El lado negativo de la mayoría de ellos es su adicción al trabajo. Miranda Kerr ha dicho que Spiegel “actúa como si tuviera 50 años. No sale de fiesta. Va al trabajo y vuelve a casa”. Además, son propensos a compartir detalles de su vida personal en redes sociales. Zuckerberg, por ejemplo, escribió un post sobre los abortos espontáneos de su mujer.
Pero como en todo, no todas caen rendidas a sus encantos. Tras acudir a una fiesta organizada por Google, la actriz Keira Knightley se quejó de que los hombres solo vistieran sudaderas con capucha y zapatos Crocs. Contó como uno de ellos le dio su tarjeta “por si algún día quería ir a ver una nave espacial”. Otras simplemente no quieren ser twags y prefieren tomar como modelo al que aspirar a Sheryl Sandberg, jefa de operaciones de Facebook.
Sexismo y falta de diversidad
El 60% de las mujeres que trabaja en Silicon Valley ha sufrido acoso sexual en las empresas, según el estudio Elephant Valley publicado este año. De ellas, dos tercios señalaron que fueron sus superiores los que cometieron la falta.
Para elaborar el documento, las autoras entrevistaron a 220 mujeres con más de 10 años de experiencia en pequeñas start ups y en grandes empresas como Apple y Google.
Un 84% dijo haber sido llamada “agresiva” y “colérica”. Una de las autoras del estudio fue testigo en el juicio de Ellen Pao contra la firma Kleiner, Perkins, Caufield & Byers, por acoso sexual y discriminación. Pao perdió la demanda. El caso provocó un intenso debate sobre la falta de diversidad de género en Silicon Valley. Facebook reveló en 2014 que el 69% de sus empleados son hombres, situación similar a la que se vive en Google, Apple o Twitter. El porcentaje de mujeres en puestos directivos es incluso menor, según un informe de la firma de abogados Fenwick & West, que apunta que solo hay un 11% de mujeres en puestos de responsabilidad en las 150 mayores empresas de Silicon Valley.
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