Guía definitiva para parecer un experto en vinos aunque no tengas ni idea
¿Qué diferencia hay entre un reserva y un crianza? ¿Qué son los sulfitos? ¿Qué no debo decir nunca para no quedar en ridículo? Que no cunda el pánico, ser un entendido tampoco es tan complicado
Nunca te has atrevido. Cada vez que alguien entabla una conversación contigo acerca de vinos miras para otro lado. No es que no te interese, es que lo has intentando una y otra vez y aun así, no puedes evitar que tu mente empiece a divagar hacia unicornios y arcoiris cada vez que te mencionan palabras como reserva o barrica. Pero ya se ha acabado. Vas a empezar a ponerte las pilas porque, querido amigo, hay que explotar la burbuja de ignorancia vinícola en la que llevas viviendo tanto tiempo y demostrarle al mundo que tú, sí, tú que mezclas vino con Coca-Cola, eres capaz de beber bien y alardear sobre ello.
Para ello nos hemos puesto en el regazo conocedor de dos expertos del vino. Por un lado, acudimos a Luke Darracot, escritor, experto conocedor de la cultura culinaria de Madrid y presentador del programa de televisión Finding Little Italy en el Canal Viajar. Por el otro, tenemos a Patricia Simón, sommelier y experta en convertir a ilustres ignorantes del vino en bebedores con criterio.
Así que atento, estos son los pasos a seguir para llevártelas de experto en vinos y no morir en el intento.
1. Cómo saber qué tipo de vino estás tomando
Lo primero es diferenciar entre un joven/cosecha, un crianza y un reserva. Según Patricia, es importante diferenciar entre estas tres variedades y saber reconocerlos por su elaboración, color, aromas y sabor. Para ponértelo fácil, aquí una chuleta salida directa de sus conocimientos.
- Elaboración:
Se denominan vinos jóvenes a los que no han pasado por barrica. Los crianzas, en cambio, sí que pasan por barrica (crianza oxidativa) por lo menos 12 meses. Los reservas, 24 meses. Ambos deben estar un tiempo determinado en botella (crianza reductiva). Ahora bien, hay una excepción en lo que respecta a los jóvenes. “Ahora hay un término que se llama roble, o lo que viene ser un vino que está entre el cosecha y el crianza. Es un vino joven y frutal pero que pasa entre 5 y 9 meses por barrica para darle toques a madera”, cuenta Patricia.
- Color:
Los jóvenes son púrpuras, morados y de colores muy intensos. Incluso azulados. Cuando se hacen más “viejos” van perdiendo capas de color y van cogiendo tonalidades más naranjas, marrones, caobas y granates. Los reservas suelen ser todavía aún más claros.
- Aromas:
Los jóvenes solo tienen dos aromas: a campo y a lácteos. Los de campo son los denominados aromas primarios y los provenientes de la fermentación láctica (proceso en el que se le quita la acidez y se suaviza) son los denominados secundarios, que es cuando huelen a bollería o Petit Suisse, por ejemplo. Los crianzas y los reservas solo tienen aromas terciarios, provenientes de la barrica: madera, vainilla, coco, tostados, tabaco… Si son reservas sueles tener estos aromas un poco más acentuados, aunque para un principiante en el mundo de los vinos esto será un poco más difícil de distinguir.
- Sabor:
Los jóvenes son todo fruta y frescura y los crianzas y reservas ya se elevan a otro tipo de matices más complejos.
2. Comentarios que nunca debes decir
- "Uy, este vino tiene posos”
Los posos son depósitos en el fondo de color. “Estéticamente es mejor una filtración pero nunca quiere decir que un vino esté malo, simplemente es debido a una caída de color”, afirma Patricia.
- “Este vino está malo”
Comentarios como este te pondrán en el punto de mira para ser el blanco de todos los ataques, así que mejor shhhhhh. Según Patricia, “un vino está malo si se ha evolucionado, se ha estropeado o tiene corcho. No hay vinos mejores o peores, es simplemente que te gusten o no te gusten”.
- “A mí solo me gustan los vinos extranjeros”
Como buen hombre de mundo, Luke Darracot sabe como mantener las relaciones internacionales intactas a la hora de hablar de vino, por lo que recomienda halagar a aquellos que tengas presentes, aunque no se lo merezcan. Haz el amor, no la guerra. “Ni se te ocurra decir que otro país o región es mejor productor de vino que el país en el que te encuentras. Si estás en Francia, con franceses y bebiendo vino francés, di que el vino de su país es maravilloso. Si estás en Alemania di que los Rieslings te flipan. Y así sucesivamente”.
Otro consejito de Darracot: “Por lo que más quieras, nunca digas que el vino sabe a vino y nunca intentes adivinar la uva, porque vas a fracasar”. Y no hagas aquella de: “Por supuesto, me encantan los vinos de Jerez, aunque no me fascina que sean tan dulces”. Todos (los expertos) saben que los vinos de Jerez, a excepción del PX, son secos, cuenta Darracot.
3. ¿Todos los vinos mejoran con la edad?
Según Luke Darracot, no tiene porque ser así. "Muchos piensan que mientras más envejecido, mejor. Pero la cosa no va así. Hay vinos que son mejores cuando se beben jóvenes. Ahora bien, la complejidad en el sabor que da el tiempo pasado en barrica significa que el vino será más caro, así que todo depende de cuanto te quieras gastar, los sabores y aromas que prefieras y lo que te pida el cuerpo en ese momento".
4. ¿Qué importancia tiene el tipo de barrica?
"Las barricas francesas les otorgan toques de tabaco y cuero a los vinos, así como de cedro y ahumados. En cambio las barricas americanas transforman vinos redondos y les aportan huellas de vainilla y especias dulces", explica Darracot.
5. ¿Hay vida más allá de los Riberas y Riojas?
Si hablamos de vinos españoles entonces sí, sí que hay vida después de estos dos. Ambos son los protagonistas de la industria vinícola (especialmente en la de los tintos) ya que producen mucho vino y son los que más tiempo llevan ofreciéndose en los bares. Así que si estás en Madrid es casi 100% probable que estas dos sean las únicas opciones que encuentres en un bar. Aunque cada vez más se divisan vinos locales como los Vinos de Madrid. Sin embargo, si estás en algún pueblo de León probablemente te sirvan Mencía, que es la uva local. En Zaragoza se inclinarán más por los Garnachas o Tempranillos de Cariñena o Campo de Borja.
6. ¿Qué diablos son los sulfitos?
"Pues son uno de los conceptos del vino que peor se han comunicado al público. Los sulfitos se agregan al vino (junto con otros productos) como una conservante. Lo mismo que con una bolsa de frutos secos, a los cuáles se agregan aún mas sulfitos que a una botella de vino. Son un antioxidante y agente antibacteriano muy útil", nos aclara Darracot. El caso es que muchos argumentan que al ser un químico (y por esa regla de tres podemos argumentar que todo lo que existe en este planeta es químico) y que por lo tanto, no debería ser consumido.
7. Hagas lo que hagas, haz todo lo que esté en tus manos para no dejarte llevar por la ‘titulitis’
Para Patricia Simón no siempre hay que "inclinarse por el vino más caro". "En vez de mirar el tipo de uva, añada o dejarse guiar por el profesional, los que sufren de la titulitis van directo a las marcas más conocidas o a los reservas por el mero hecho de no dejar que nadie les diga qué pedir y dar la apariencia de que están por encima de toda la mesa".
¿Te queda claro? ¡Salud!
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