Operaciones poco operativas
El tercer escalón del abuso contra esta familia léxica se subió con las primeras palabras del mensaje de Vueling
El pasajero que viaje en avión oirá pronto el verbo “operar”, y con él sufrirá su primera inquietud. (Si además le dicen “el vuelo es operado por Vueling”, ahí le llegará la segunda).
El Diccionario sólo nos muestra dos usos transitivos de “operar”. El primero equivale a “realizar” (en su sentido de “llevar a cabo”), y el otro define lo que todos entendemos por “operar” en el terreno médico. Descartado este último por la dificultad de intervenir quirúrgicamente a un avión, hemos de quedarnos con el de “realizar”. Pero entonces nos podríamos preguntar si el vuelo es realizado por la compañía o más bien es realizado por el avión (y por sus pasajeros). Y también si el vuelo seguiría siendo “operado” en el caso de que no fuera “llevado a cabo”; es decir, llevado a término.
Para evitar tanta ambigüedad se disponía del verbo “gestionar”, que sólo sería aplicado a la empresa, que ya no prejuzgaría el resultado y que además figura en el Diccionario del Español Actual de Seco, Andrés y Ramos como sinónimo de “operar”.
¿Por qué las compañías, que tienen tan a mano ese específico y preciso “gestionar”, acuden sin embargo al confuso “operar”?
Tal vez, en primer lugar, por la influencia del inglés to operate (manejar, dirigir). Y en segundo término, por las ventajas de lo que podemos llamar “escaqueo semántico”.
Si uno gestiona, puede ser acusado de mala gestión, pero esta idea no surgirá tan de inmediato en nuestras mentes con el verbo “operar”, cuya connotación técnica de lenguaje profesional ayuda a que desactivemos nuestros juicios de ignorantes.
Las manipulaciones de la vieja raíz latina operari han derivado asimismo en que se nos avise de que un vuelo “está retrasado por causas operativas”. Tal aserto nos inquietará también, pues ¿cómo pueden parecerles operativas las causas de que el vuelo no sea operado? Más bien resultará que las causas no fueron operativas. Es decir, que no se corresponden con lo “preparado o listo para ser utilizado o entrar en acción”. Tales causas ignotas tampoco encajan con la otra acepción del adjetivo: “Que obra y hace su efecto”. (En este segundo sentido, hablar de “causas operativas” constituiría una tautología, pues estaríamos diciendo “causas que causan”).
El tercer escalón en el abuso aeroportuario contra esta familia léxica se subió con las primeras palabras del correo que envió Vueling a muchos de sus pasajeros: “Sentimos informarle que su vuelo no operará”. ¡Atención!: aquí la compañía desaparece, y el vuelo opera por sí solo. El uso transitivo de "operar" se convierte en intransitivo, de modo que la acción se agota en el sujeto. Por tanto, la culpa gramatical no recae en la empresa sino en “el vuelo” mismo, único responsable de que la operación no resulte operativa (quizás por razones operativas) y de que finalmente se quede sin operar.
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