Rémy Zaugg no pinta, escribe
Rémy Zaugg (1943-2005) pudo vivir una revelación parecida a la de san Pablo al caerse del caballo cegado por un resplandor. Siendo todavía joven, el artista suizo visitó el Kunstmuseum de Basilea y descubrió Day Before One (1951), de Barnett Newman. El cuadro le llevó a replantearse su forma de entender la pintura, incluso su propia existencia. Igual que el de Tarso, sufrió una conversión: la pintura debía ser sencillamente color y escritura. Y así la vemos en el palacio de Velázquez del Retiro madrileño en una retrospectiva que responde a las diferentes “cuestiones de percepción” planteadas por el artista. Las más delirantes son sus investigaciones en torno al lienzo de Cézanne, La casa del ahorcado, donde desmenuza en 27 grandes dibujos el color y los motivos impresionistas. Zaugg no pinta, escribe. En uno de sus mensajes nos dice: “Mira, ahora soy ciego”. Y en ese momento el espectador es capaz de compartir su lucidez
Otra apuesta segura de la semana:
La virtud de la soltería: El Museo Reina Sofía presenta la primera retrospectiva en España del artista suizo.
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