El Dunkerque de Cameron
Aunque vivimos en una Europa distinta, no debemos olvidar sobre qué cenizas está construida: las del nacionalismo y el populismo
A finales de mayo de 1940 el Reino Unido, desbordado por el empuje del ejército alemán, tomó la decisión de evacuar la fuerza expedicionaria que había enviado al continente para colaborar en la protección de Francia. Entre el 26 de mayo y el 4 de junio más de medio millón de soldados británicos, franceses y alemanes cruzaron el canal de la Mancha partiendo de la playa de Dunkerque y los puertos de Cherburgo, Saint-Malo y Brest. La evacuación fue un éxito militar, sí, pero no hay que olvidar que fue solo un paréntesis en un gigantesco fracaso enmarcado, por un lado, por los errores que llevaron a la guerra, entre ellos una suicida política de apaciguamiento hacia Hitler y, por otro, por los cinco años de guerra, millones de muertos y la descomposición del imperio británico que quedaban por delante. Aunque, por fortuna, vivimos en una Europa distinta, no debemos olvidar sobre qué cenizas está construida: las del nacionalismo y el populismo.
Aunque el resultado está todavía muy abierto, es muy probable que el próximo día 23 el primer ministro británico, David Cameron, logre extraerse con éxito a sí mismo y a los británicos del particular Dunkerque que se ha fabricado con su propia política de apaciguamiento ante los euroescépticos de su partido y los populistas-soberanistas del UKIP de Nigel Farage. Aunque todavía le queden largos años de lucha, es casi seguro que evacuará con éxito de la playa del referéndum sobre la permanencia a la mayor parte de su Gobierno (no sin algunas bajas destacadas) junto con los británicos más cosmopolitas y abiertos al mundo. Sus socios europeos, conscientes del colosal desastre que supondría una salida del Reino Unido de la Unión Europea, tanto para los británicos como para el proyecto europeo, han decidido colaborar en la evacuación con algunas concesiones que el primer ministro británico pueda blandir al regresar a casa. Muchos sostienen, dentro y fuera del Reino Unido, que en algún momento habrá que ajustar cuentas con este irresponsable prestidigitador llamado David Cameron. Pero otros recomiendan seguir aquellas sabias palabras de Churchill: en la guerra, determinación; en la derrota, resistencia; en la victoria, magnanimidad; en la paz, conciliación. @jitorreblanca
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