La comunidad que florece en Addis Abeba

Etiopía va a la zaga de muchos de sus vecinos de África Oriental en infraestructuras tecnológicas y conectividad, pero existen ya centros tecnológicos que luchan para que no sea así. Uno de ellos es iceaddis, una incubadora de nuevas empresas de Addis Abeba, la capital, que ayuda y asesora a los emprendedores del país.

Cuando empezamos, la principal motivación era que los jóvenes tuvieran toda la información sobre qué es la investigación de mercado, qué es un plan de negocio, dónde obtener asesoramiento legal y cómo registrar una empresa y hacerla crecer, pero ahora crece de manera natural y orgánica y se ha convertido en un espacio compartido de trabajo.

Temesgan Feseha, un joven de la capital etíope, y su socio se juntaron para desarrollar productos informáticos hace un año. Su idea era crear un sistema de gestión para hoteles, hospitales o tiendas que les permitiera organizar sus negocios y sus activos. “También pueden recibir análisis en tiempo real para tomar decisiones rápidamente”, indica su creador. El sistema, según Feseha, permitirá a sus usuarios “seguir el ritmo del resto del mundo” y competir en un espacio empresarial global. Gracias a iceaddis, cuenta, han tenido mejor acceso a rondas de financiación y han llegado más fácilmente a clientes e inversores. “Es muy positivo: nos hace visibles en la comunidad tecnológica y nos ayuda a ver lo que hacemos dentro de un contexto. Así entendemos qué necesitamos reforzar”, señala.

El centro les ofrece también un espacio físico para trabajar con acceso a Internet, una herramienta a la que muchos no tienen aún acceso: sólo el 3,7% de los etíopes tiene acceso a internet, según datos de noviembre de 2015 de Internet Word Stats. Pero las cosas cambian rápido, según Florian Mandersheid, director de desarrollo de productos de iceaddis. “Ahora, cuando alguien cambia de móvil, siempre se compra uno inteligente. En Etiopía hay más usuarios de Facebook que verdaderos internautas. Así que la demanda de productos digitales es muy alta”.

Feseha agradece que el centro despierte el interés por el emprendimiento. Él lo conoció en la universidad y recuerda que ver de cerca cómo otros convertían sus ideas en negocios prósperos fue algo muy inspirador. Le aportó cosas que no había aprendido en la carrera de Ingeniería, donde la única y “desactualizada” asignatura de emprendimiento no estaba enfocada a la tecnología. Fue en Icceadis donde encontró todo eso.

El centro ofrece espacio, asesoramiento y ayuda, pero sobre todo “conecta” a la comunidad tecnológica local, como resaltan Lemma y Feseha. Les permite trabajar juntos e incluso competir de manera constructiva. El siguiente paso, para este último, es lograr atraer mayores inversiones para que la comunidad sea económicamente autosostenible.