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Cómo hacer la fabada perfecta mientras juegas al Candy Crush

Se nos hace muy cuesta arriba cuando pensamos en cocinar el plato estrella del invierno. Pero es mucho más fácil de lo que pensamos. Aquí, la prueba

Sí, ahora mismo este hombre está cocinando una sabrosa fabada mientras coloca chuches en el Candy Crush.
Sí, ahora mismo este hombre está cocinando una sabrosa fabada mientras coloca chuches en el Candy Crush.Istock

Estamos en diciembre y se agradecen los platos calientes de cuchara. Ninguno como la fabada, el emblema gastronómico asturiano, con tantas calorías por bocado como para ingerir tu ración y salir luego a la calle a pecho abierto y sin fular, a lo que te echen. A veces, sin embargo, cometemos el error de pensar que la fabada obedece a una compleja y tediosa fórmula que solo las madres pueden descifrar. En realidad, se trata de una receta tan sencilla que usted mismo podría ejecutarla en su casa mientras se entretiene con cualquier otra labor. Por ejemplo: jugar a Candy Crush, que es más difícil. A continuación se lo demostramos. Nos guía tres grandes expertos en la materia: Joaqui Rodríguez (50 años), cocinera de Casa Chema (en La Arquera, Oviedo) que ganó el concurso Mejor Fabada del Mundo en 2011; Carlos García (51 años), regente y encargado del Mesón Sidrería Arturo, dos décadas sirviendo fabada en Madrid, y Pili Ramos (40 años), que pertenece al Club de Guisanderas de Asturias, bastión de la cocina tradicional del Principado y jefa de los fogones de la Sidrería Los Pomares (Gijón), distinguida con el título de Mejor Fabada del Mundo 2015.

Dominando el Candy Crush mientras el guiso hace 'chup chup'.
Dominando el Candy Crush mientras el guiso hace 'chup chup'.Cordon

La noche anterior. Las alubias, a remojo. Se dejan en agua fría la noche anterior para que se ablanden; nos descargamos Candy Crush y nos vamos a la cama. Joaqui Rodríguez nos recomienda “al menos, 8 o 9 horas a remojo, para que la faba quede cremosa. Pero tampoco conviene pasarse mucho, porque, si se ablandan de más, puede abrirse la piel”.

Mejor si es faba asturiana, pero también nos sirve la alubia de León o la variedad de Lourenzá, en la parte interior de Lugo. Lo mejor es optar por la llamada alubia riñón y es recomendable no escatimar con el precio: sobra decir que se trata del ingrediente principal de la fabada, y lo que va a dar su calidad al plato. Para cuatro personas, podemos encontrar medio quilo de alubias desde 2 euros, pero merece la pena comprar una bolsita más apañada por 6 euros.

12:00 h. Reunimos el material. Las alubias y el compango, que es como se denomina a la carne que las acompaña. Aunque depende de gustos, lo más habitual en la fabada asturiana es “chorizo y morcilla ahumados, lacón y tocino”, dice Joaqui Rodríguez. Y una cucharada de pimentón, para darle el color.

Carlos García, del Mesón Sidrería Arturo, apunta: “Hay recetas clásicas que añaden un diente de ajo. O cebolla. O una ramita de azafrán. O un chorrito de aceite de oliva. Puedes jugar con alguno de esos elementos para aportarle algo distinto; de cualquier manera harán un buen caldo”.

Compango fácil para cuatro personas: 2 chorizos, 1 o 2 morcillas y unos 600 gramos sumando el lacón y el tocino.

"Yo utilizo una 'pota' clásica, roja, abombada, de las de antes", dice Pili Ramos, premio Mejor Fabada del Mundo 2015.
"Yo utilizo una 'pota' clásica, roja, abombada, de las de antes", dice Pili Ramos, premio Mejor Fabada del Mundo 2015.

12:10 h. Olla al fuego. Colocamos abajo el tocino y el lacón y, por encima de la carne, las fabas. De momento, reservamos el chorizo y la morcilla. Agregamos el agua justa y necesaria para cubrirlo y una cucharada rasa de pimentón dulce. Todo ello con el agua fría. Prohibido echarle sal. Vamos a por el móvil para ver qué es eso del Candy Crush antes de que termine de pasar de moda.

Pili Ramos, que está al mando en los fogones de la Sidrería Los Pomares (Gijón), distinguida con el título de Mejor Fabada del Mundo 2015, nos recomienda: “Una vez que hierva, la faba tiene que cocerse a fuego muy lento”. “Desde luego, yo utilizo una pota [olla] clásica, roja, abombada, de las de antes. Pero eso es cuestión de gusto”, añade.

12:20 h. Hierve. Bajamos el fuego, como nos ha mandado la campeona del mundo. “Hay que mimar la cocción”, dice Joaqui Rodríguez: “Yo no meto la cuchara ni ninguna otra cosa; para remover, agarro la pota por las asas y la agito”.

Hasta ahora todo ha sido sencillo: poner determinados alimentos a hervir en una olla. Y, según dicen, la cocción va para rato y no hay nada que hacer. Vamos, pues, a echarle un ojo a Candy Crush, ese juego que todo el mundo conoce, desde el Congreso de los Diputados a los patios de colegio.

A primera vista, la esencia del reto es alinear caramelos de la misma especie para que se destruyan y, así, vayan cayendo filas y sumando puntos. Pero la cosa se complica: algunas casillas son de gelatina y otras parece que están congeladas y no responden. Además, aparecen otros frutos, como cerezas o castañas, y bombas de tiempo. Por el momento, ya hay aquí más elementos que en la fabada.

12:45 h. Asustar las fabas. Si la cocción coge excesiva fuerza, los cocineros recomiendan cortarla con un poco de agua fría. Esta es una costumbre que viene de viejo, cuando las cocinas eran de carbón y el fuego o el calor eran más complicados de regular. El ejercicio de “asustar las fabas” consigue, dicen, que la legumbre quede más cremosa. “Al principio de la cocción, las fabas deben estar apenas cubiertas de agua porque ya cuentas con que luego, al asustarlas, vas a añadir más”, afirma Pili Ramos. Esta es la parte más aleatoria de la fabada, porque se asusta “cuando lo pide”.

Es recomendable no escatimar con el precio de la faba y que sea una alubia de riñón.
Es recomendable no escatimar con el precio de la faba y que sea una alubia de riñón.Istok

En nuestro caso, como el agua se ha achicado un poco y el chup chup se ha acelerado, vertemos lentamente un vaso de agua fría y volvemos a tapar para volver a Candy Crush. Cuando te bloqueas, el juego te sugiere qué chuches debes emparejar para eliminarlas. Las candidatas tintinean. Pero no siempre son las que más te convienen, claro. Suponemos que será un algoritmo aleatorio, pero en cualquier caso parece calculado para desconcentrarte. Vamos pasando algún nivel y comprobando ya que Candy Crush resulta vicioso, porque te lías a destruir caramelos y de repente te das cuenta de que lo importante era deshacerte de las castañas. Aunque, en la vida real, tengan más valor y estén en temporada. A lo tonto, llevamos otra media hora enganchados y la fabada se va haciendo sola.

13:15 h. Agregamos chorizo y morcilla. Lo explica Joaqui Rodríguez: “Esas dos cosas tardan menos en hacerse. Si las echas al principio, soltarán demasiada grasa a la fabada y llegarán secas al plato”. Carlos García propone una alternativa: “El chorizo y la morcilla pueden ponerse al principio, retirarse después y volver a incorporarlos, incluso ya cortados, poco antes de apagar”.

Tapamos de nuevo, el agua vuelve a hervir y retomamos Candy Crush. Sale una bola de colores que te soluciona la partida, porque, al contacto con cualquier caramelo, la pantalla se convierte en un festival de fuegos artificiales y los puntos se multiplican pero muy a lo loco. ¿De dónde sale la bola? Todavía no lo sabemos, aunque parece un premio por haber alineado un montón de chuches del mismo color a la vez. Candy Crush es, pues, un poco como una entidad financiera: prima el éxito, no cubre el fracaso. Cuando la suerte te sonríe y juntas cuatro dulces, obtienes facilidades para dar un pelotazo mayor. Pero, precisamente cuando tienes problemas para reunirlos, entonces no esperes un golpe de suerte porque la bola mágica no saldrá para ti. En caso de incapacidad reiterada para pasar de nivel, Candy Crush te ofrece desahogo a cambio de dinero real; diversas dosis de vidilla a partir de 0,99 euros con cargo a tu cuenta. Como no aceptamos, nos penaliza con 20 minutos de espera antes de poder seguir jugando.

Chaplin terminando su plato de zapato en 'La quimera del oro' (1925). Ay, si hubiera tenido una fabada a mano...
Chaplin terminando su plato de zapato en 'La quimera del oro' (1925). Ay, si hubiera tenido una fabada a mano...Cordon

Volviendo a los fogones, pinchamos la carne y comprobamos que, casi sin habernos dado cuenta, todo está listo para apagar.

14:00 h. Apagamos y dejamos reposar. “Como mínimo, esperaremos 20 minutos antes de servir”, recuerda Joaqui Rodríguez. Como Candy Crush todavía no nos deja jugar, lo damos por perdido y nos dedicamos a cosas más prácticas: poner la mesa, escoger la música, quitarnos el mandil, abrir el vino (tinto y crianza, todavía mejor), olvidarnos del móvil.

14:30 h. Troceamos el compango y servimos. Calentamos un poquito antes, si fuese necesario. Las alubias están en su punto: se deshacen en la boca como manteca. La carne está tierna y ha aportado toda la sal que necesitaba el plato.

“Como mínimo, esperaremos 20 minutos antes de servir”, aconseja Joaqui Rodríguez.
“Como mínimo, esperaremos 20 minutos antes de servir”, aconseja Joaqui Rodríguez.Istok

Recapitulamos: han pasado 2 horas y media desde que entramos en la cocina, pero apenas hemos tenido que hacer nada desde entonces. Solo vigilar la cocción para que no se apresurase y añadirle chorizo y morcilla. Dada su sencillez y la poca atención requerida, durante el proceso puedes hacer cosas como estas: ver uno o dos capítulos de tu serie favorita; disfrutar un partido de fútbol entero con su prórroga; consultar la prensa general y la deportiva; ponerte una mascarilla capilar, aplicarte crema depilatoria en la espalda y ducharte después; echar el rato trasteando en Twitter o Instagram; llamar a tu madre para decirle que has hecho una fabada; emparejar una montaña de calcetines. También puedes superar algunos niveles de Candy Crush.

15:15 h. La digestión. No vamos a engañarnos: las legumbres tienen una resaca traidora. Algunas personas aseguran asentar la digestión con un yogur natural o, como nos dice Carlos García, “con una infusión caliente de hierbas: manzanilla, poleo o mate”. Para despedir, preguntamos a Pili Ramos, actual campeona mundial de fabada, si existe algún secreto para mitigar los efectos secundarios de tan contundente plato. “Recomiendo el remedio tradicional, que siempre ha funcionado mejor que ningún otro”, responde ella: “Si notas flatulencia, échate para una esquina. No hay otro remedio que yo conozca”.

 

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