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La mayor fábrica de clonación animal quiere salvar especies

Las instalaciones de Tianjin, en China, tienen por objetivo producir miles de embriones de vaca, así como de caballos de carreras y perros rastreadores

BoyaLife espera producir 100.000 embriones de vaca de “calidad superior” al año.
BoyaLife espera producir 100.000 embriones de vaca de “calidad superior” al año. BOYALIFE

El científico que hay tras los planes de construir la mayor fabrica de clonación animal del mundo, en China, asegura que su empresa representa una contribución “extremadamente importante” que podría ayudar a salvar de la extinción especies en situación crítica. Xu Xiaochun, el consejero delegado de BoyaLife, la empresa que hay detrás del proyecto de 200 millones de yuanes, asegura que empezará a funcionar durante la primera mitad de 2016 en Tianjin, ciudad situada a unos 160 km de Pekín.

“Estamos emprendiendo un camino que nadie ha recorrido nunca”, declaraba a The Guardian tras anunciarse esta semana el proyecto de la fábrica. “Estamos construyendo algo que no ha existido en el pasado”.

El principal objetivo de la instalación de 14.000 metros cuadrados será clonar ganado para satisfacer la demanda de ternera de China, que se está disparando.

En un principio, BoyaLife espera producir 100.000 embriones de vaca de “calidad superior” al año y, con el tiempo, ser responsable del 5% del ganado de primera categoría que se mate en China.

El tamaño previsto para el centro hace que parezcan pequeñas las empresas estadounidenses autorizadas desde 2008 por el Organismo de Control de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para vender carne y productos lácteos de ganado clonado. Tras un prolongado debate sobre el ganado clonado, el FDA dictó que los clones eran tan inocuos como cualquier otra vaca, cerdo o cabra. Pero la mayor parte del ganado clonado en EE UU se usa con fines reproductivos, para mejorar la calidad de los rebaños, más que para venderlo como alimento.

En Reino Unido, la carne y la leche de las vacas clonadas se consideran “alimentos novedosos” y los proveedores necesitan un permiso especial para venderlas. En 2010, la carne de los terneros de una vaca clonada en EE UU entró en la cadena alimentaria, lo que dio pie a una investigación del Organismo de Calidad Alimentaria.

En su última declaración sobre animales clonados, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria afirmaba que no hay pruebas de que existan diferencias entre la carne y los productos lácteos de los clones o sus crías y los de los animales sanos criados de forma convencional, pero reiteraba su preocupación porque el proceso de clonación pueda generarles problemas de salud y bienestar a los animales. “La salud y el bienestar animales siguen siendo un motivo de preocupación, sobre todo por el elevado número de muertes en todas las fases del desarrollo”, decía la organización.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria afirma que no hay pruebas de que existan diferencias entre la carne y los productos lácteos de los clones y los de los animales sanos criados de forma convencional

Los científicos de BoyaLife también se centrarán en clonar caballos de carreras campeones y perros rastreadores capaces de localizar a víctimas de catástrofes naturales o alijos de drogas ilegales.

Xu afirma que la fábrica de clones también estaría al servicio de la humanidad y la naturaleza, al contribuir a salvar especies en peligro que están al borde de la extinción. “Esto va a cambiar nuestro mundo”, asegura. “Va a mejorar nuestra vida. Así que estamos muy, muy entusiasmados con ello”.

China, potencia mundial

La fábrica es el último paso de los intentos por parte de China de convertirse en líder mundial de la tecnología de la clonación. Los científicos chinos llevan unos 15 años clonando vacas, cerdos y ovejas, según informaba el periódico de Hong Kong South China Morning Post. En 2014, la BBC anunció que una empresa china llamada BGI estaba clonando animales a escala industrial en la ciudad meridional de Shenzhen. Parece ser que los científicos, que trabajaban en una antigua fábrica de zapatos de dicha ciudad, estaban produciendo en serie 500 cerdos clonados al año.

Un científico del proyecto, Yutao Du, declaraba en una cita: “Somos capaces de clonar animales a escala muy grande”. Y puntualizaba: “Hay entre 30 y 50 personas juntas clonando, así que podemos crear una fabrica de clonación aquí”.

La fábrica de Tianjin colabora con Sooam Biotech, una empresa surcoreana dirigida por el científico Hwang Woo-suk, afincado en Seúl. Hwang, antes un reputado veterinario conocido como el “rey de la clonación”, cayó en desgracia en 2006, cuando le declararon culpable de investigación fraudulenta y de graves descuidos éticos en el modo en que obtenía óvulos humanos para sus experimentos.

Sooam trabaja en China desde 2014 clonando cachorros de mastín tibetano en la ciudad de Weihai, en colaboración con BoyaLife. El equipo de Hwang fue el primero del mundo que clonó un perro, un sabueso afgano llamado Snuppy, nacido en 2005. El mismo año, unos científicos de Italia anunciaron la primera clonación de un caballo de carreras campeón, creado a partir de una célula cutánea tomada de un ganador de diversas carreras de resistencia.

“En China hacemos las cosas a gran escala”, decía Xu a Bloomberg en 2014. “Queremos hacer todo esto no solo por los beneficios, sino también por la historia”. El científico chino dio a entender que, algún día, su empresa podría ser capaz de producir el primer panda gigante clonado, en las instalaciones de Weihai.

En China, que ha padecido una serie de devastadores escándalos relacionados con la inocuidad alimentaria, los medios de comunicación estatales intentan convencer a los ciudadanos de que no hay ningún riesgo en consumir el ganado clonado que la empresa de Xu planea producir.

“La carne de ternera de las vacas clonadas se puede comer sin peligro”, declaraba a China Daily Zhang Yong, catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Noroeste A y F de la provincia de Shaanxi. En una conferencia telefónica con periodistas, el consejero delegado de BoyaLife afirmaba: “Les puedo asegurar que la ternera clonada es la más sabrosa que he probado”. Xu afirmaba que la construcción de la fábrica de clonación animal más grande del mundo ya casi había terminado. “Queremos que sea moderna, queremos que sea de vanguardia. Queremos que represente el futuro”, afirmaba.

Con información adicional de Christy Yao.

© Guardian News & Media 2015

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