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Columna
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¿Puede alguien despertar al presidente?

Rajoy no habla de la cumbre de París sobre el cambio climático, ni de la de los nuevos Objetivos de Desarrollo del Milenio, ni de la igualdad de género Beijing+20

Soledad Gallego-Díaz

No permitiremos que nuestra política se angustie por problemas de otros lugares del mundo”, dijo un famoso senador norteamericano pocos días antes de que estallara la I Guerra Mundial y de que sus dos hijos se alistaran para combatir en Europa. Ignorar lo que ocurre en el resto del mundo nunca ha evitado que te tropieces con el resto del mundo a la vuelta de la esquina.

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, comparte esa teoría y esta semana provocó un terremoto en Gran Bretaña con un discurso muy duro sobre la estupidez económica que supone ignorar los riesgos evidentes del cambio climático. Carney, canadiense, 50 años, es también el presidente del Consejo de Estabilidad Financiera del G-20, es decir, el encargado de advertir de los riesgos a que se enfrenta el mundo rico.

El gobernador se reunió el pasado martes en Londres con un importante grupo de hombres de negocios y les habló del efecto que tendrá en sus empresas la prohibición de que se quemen vastas reservas de carbón y de otros combustibles fósiles, para impedir el aumento de la temperatura global. Poco más o menos les llamó imbéciles, incapaces de ver más allá de tres o cinco años. Sus interlocutores se quedaron helados y las empresas multinacionales del carbón, petróleo y gas se lanzaron como locas a emitir comunicados calificándole de aventurero (a él, que preside nada menos que la Vieja Dama, como se conoce al Bank of England)

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Solo conocemos una antigua declaración, aquella desafortunada frase en la que mencionaba a un primo suyo, catedrático de física, y se burlaba de tanto científico agorero

Lo que viene aquí a cuento es que prácticamente todos los líderes mundiales, incluido el Papa, han tomado ya posición cara a la importante cumbre del Cambio Climático que se abrirá en París, en diciembre. Ya no existen dudas sobre el dictamen científico: el cambio climático es una tragedia firmemente plantada en el horizonte. La cuestión es cómo se responde a esa amenaza cierta. Y para los españoles, la cuestión es también saber si el presidente del Gobierno está al tanto de lo que ocurre. De Mariano Rajoy, solo conocemos una antigua declaración al respecto, aquella desafortunada frase en la que mencionaba a un primo suyo, catedrático de física, y se burlaba de tanto científico agorero, “incapaces de saber qué día hará mañana en Sevilla”. El cambio climático, en su opinión, en 2007, no era asunto capital.

Seguramente el presidente está ya mucho mejor informado, pero si es así, quizás debería dar alguna muestra de ello a los ciudadanos. Quizás, ya que ha prolongado tanto la legislatura, debería aprovechar para explicar en el Congreso qué está pasando. O, al menos, pedir que alguien le haga una entrevista en Antena 3. Sería una buena ocasión para que comentara también algo sobre los dos otros acontecimientos que han marcado la agenda internacional de 2015 y sobre los que Rajoy tampoco ha dicho ni palabra: la cumbre los nuevos Objetivos de Desarrollo del Milenio y la cumbre sobre la igualdad de género, Beijing+20.

Lo de la cumbre de Beijing es llamativo porque, en su candidatura para formar parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el gobierno español señaló la igualdad de género como “uno de los objetivos principales de la política exterior y de la diplomacia española”. Y sin embargo, en lugar del ministro, quien asistió casi siempre a las reuniones fue el secretario de Estado de Exteriores.

El presidente no habla de estos asuntos. Y ahora que empieza otra campaña electoral, mucho menos. Por favor, no me angustien con reuniones internacionales y tonterías científicas. ¿Alguien puede pedir a Mark Carney que despierte a Rajoy?

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