Efectos ansiolíticos
Tropieza uno con esta imagen y siente que dos mitades de algo que permanecían separadas se acaban de unir
La simetría es una aspiración moral, signifique lo que signifique moral. O estética, signifique lo que signifique estética. Un día, en el yacimiento de Atapuerca, me explicaron que las hachas prehistóricas de doble faz no tenían tanto un fin de orden práctico como un propósito de orden simbólico. Pero la simetría, a veces, se encuentra en la disimetría. Todorov dice que el descubrimiento de América, tan diferente a Europa, cerró las dos mitades del mundo y lo completó al modo en que la parte izquierda del cuerpo humano completa y cierra la derecha. Necesitamos que las cosas tengan mitades, como las pastillas de Valium, divididas por esa hendidura central sugeridora de que cada una de las partes calma la ansiedad de un hemisferio. Si solo necesitas estar tranquilo de uno de ellos, no tienes más que dividirla.
Aún no se dan ruedas de prensa en las que comparezcan un presidente del Gobierno y un mendigo
La simetría posee, pues, efectos sedantes. Gran parte de los inventos ortopédicos están dirigidos a calmar el desasosiego que provoca lo inconcluso. Sin embargo, aún no se dan ruedas de prensa en las que comparezcan un presidente del Gobierno y un mendigo. Bastante trabajo ha costado que aparecieran un negro (Obama, por ejemplo) y un blanco (Putin, pongamos por caso). También que aparecieran un hombre y una mujer como los de la foto. He aquí una forma de simetría más difícil de conseguir que el hacha de doble faz prehistórica. Tropieza uno con esta imagen en la primera del periódico y siente que dos mitades de algo que permanecían separadas se acaban de unir. El fotógrafo lo sabía y por eso acentuó con su mirada lo que ya sucedía en la realidad.
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