Obsesión por la luz

Esta casa en Islington, al noreste de Londres, le planta cara al barrio. Como las viviendas victorianas del vecindario, tiene la cubierta inclinada, pero los ventanales son enormes y sus ladrillos forman espigas en las paredes. El interior, el salón-comedor-cocina de la planta baja y los tres dormitorios del primer piso rodean dos patios.

La luz fue la obsesión de la arquitecta Zoe Chan a la hora de construir esta vivienda, que es además su primer trabajo y su tarjeta de presentación profesional. El resultado es un contenedor minimalista pero cálido gracias a una audaz decoración, que apuesta por los muebles justos y por piezas que poseen un valor personal por encima de cualquier tendencia. Dos grandes ventanales aligeran la vida en el interior de la casa. “Tanto que a veces olvidamos que vivimos en el nublado Londres”, dice Merlin Eayrs, pareja de Chan.

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