_
_
_
_
LEÑA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

República Dominicana, el chivo expiatorio

Miles de dominicanos hijos de haitianos no han podido regularizar su estatus y viven una situación de angustia extrema

En varias ocasiones he utilizado este espacio para exponer las injusticias que se cometen contra la comunidad haitiana en mi país, la República Dominicana. Estas injusticias ocurren en la intimidad de las relaciones laborales informales, es decir, entre una sirvienta o un obrero sin papeles y la persona que lo emplea, así como en el estricto y determinante terreno de la ley. Miles de dominicanos hijos de haitianos no han podido regularizar su estatus en nuestra mitad de la isla y viven una situación de angustia extrema, amenazados con el regreso a un Haití con el que no tienen ninguna conexión.

La República Dominicana lleva más de un año siendo el blanco de las críticas de la comunidad internacional

Este patético panorama tiene sus orígenes en la importación masiva de mano de obra haitiana por sectores de poder que ahora se lavan las manos y ha sido la razón por la que Dominicana lleva más de un año siendo el blanco de las críticas de la comunidad internacional y de artistas e intelectuales (me incluyo) que han tachado de racistas las políticas migratorias que se ponen en práctica actualmente para enfrentar el problema haitiano.

Hoy viro la tortilla para hablar de la injusticia que también se comete cuando se espera que otro país pobre, con carencias extremas, se haga cargo a solas de los miles de indocumentados que cruzan a diario nuestra frontera desde el país más pobre del hemisferio. En busca de oportunidades de trabajo, servicios de salud y educación estas personas consumen una parte importante del bolsillo dominicano, un bolsillo flaco que la comunidad internacional debería ayudar a engordar con una mano mientras siga señalando con la otra al chivo expiatorio del Caribe.

elpaissemanal@elpais.es

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_