_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Visitar al ministro

Agradezco a Fernández Díaz su dedicación a la delincuencia, porque le hemos contratado para eso

Jorge M. Reverte

Debo de reconocer que mi percepción de la realidad está muy alterada desde que Jorge Fernández Díaz ocupa la cartera de Interior en este Gobierno. Hay quien dice que es la de Gobernación, pero creo que es una visión malintencionada. Jorge Fernández ha ido al Parlamento a dar explicaciones y no como habría hecho el genuino de Gobernación, Arias Navarro, a exigirlas. Mucha gente se habrá olvidado de cómo lo hacía el pájaro, de cómo un escalofrío recorría el espinazo de cada telespectador cuando el señor de las orejas de soplillo le miraba con fijeza. Y sé por un amigo que se dedica a interpretar los gestos que no era por eso, sino por el buen manejo que hacía de sus rasgos el señor Arias.

Y confieso de buena gana, porque nobleza obliga, que he estado más de 24 horas haciendo una mala interpretación de la comparecencia, porque entendí que Jorge Fernández entendía que quien sufría amenazas era él mismo y no Rato.

Deshecho el equívoco, ya puedo juzgar, desde mi punto de vista, naturalmente, lo que ha sucedido. Y es que el ministro se ha sentido conmovido por más de cuatrocientos tuits que amenazaban al exvicepresidente del Gobierno y a su honra.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Yo también doy toda la credibilidad a su interpretación que los describe como amenazantes. Porque, y espero no estar denunciando a ningún conciudadano al decirlo, no conozco a nadie, absolutamente a nadie que al rememorar las acciones de Rato no diga algo así como: “Yo a este le…”. Y soy testigo de que lo dicen todas las veces con el mismo encono. De paso dicen también alguna lindeza en referencia a su linaje materno. A esto no le doy demasiada importancia porque es muy de asturianos empezar algún predicamento con una evocación gratuita a los ancestros. O sea, que no tiene mayores. Pero la amenaza sí iba en serio.

Yo agradezco al ministro su dedicación a la delincuencia, porque le hemos contratado para eso. Me imagino ahora a toda la galería de asesinos en serie bien tranquilitos, ya con la seguridad reforzada. Y todo ello con la palabra dada en persona por el ministro. ¡Bien, Fernández!

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_