Los cursos de cocina para aficionados son el nuevo hobby de los jóvenes
El aumento de libros de recetas y los blogs constatan un 'boom' culinario
La gastronomía es tendencia. Los cursos de cocina son uno de los nuevos entretenimientos de los jóvenes. En los últimos años ha nacido el primer grado gastronómico en una universidad pública; los libros de recetas han aumentado la oferta en las editoriales; los blogs gourmet se especializan en la Red y los 'reallities' de competición entre aficionados se emiten en horario de máxima audiencia desde 2013.
Javier Avedaño, informático de 31 años, tenía buen gusto culinario, pero no esperaba que su novia le regalara por su cumpleaños un taller de cocina para novatos. "Soy un mero aficionado", explica mientras prepara unas mini muffins de gambas en una de estas clases. Desde hace año y medio este madrileño madruga todos los domingos para hacer la compra y convertirse, un día a la semana, en el chef de sus amigos. “No hay mejor trofeo que el halago de tu público”, bromea mientras bate unos huevos.
Si la crisis económica ha supuesto un varapalo para los restaurantes que se vieron abocados al cierre o a modificar sus precios, otros han sacado tajada al buen comer. Como Concha Vicente, una madrileña de 58 años que montó Apetit'Oh, una escuela de cocina para aficionados. "La gente no tiene tiempo para cocinar. Aquí aprenden platos elaborados sin emplear demasiada dedicación. Vienen porque a muchos ya no les enseñan sus madres", explica. Su taller ofrece diferentes tipos de clases: los adultos hacen platos de cocina internacional, los cursos para niños son la última moda y también se apuntan extranjeros que prefieren la paella, el salmorejo y la tortilla de patatas.
Ser cocinero está ahora mejor valorado. Aurelio Morales, de 33 años, cocinero jefe del restaurante madrileño Ramses, se ha formado durante años en el restaurante El Bulli y ha sido nominado a Cocinero Revelación Madrid Fusión 2015. “El oficio goza de un reconocimiento social que nunca antes había tenido. Aunque hay mucho esfuerzo detrás, es cierto que la gente conoce más los términos sobre cocina, y eso es por la tele”, reconoce.
La parrilla televisiva ha contribuido en buena medida a mejorar el conocimiento culinario de los espectadores. MasterChef, Pesadilla en la Cocina o Top Chef son algunos de estos programas. Se emiten en horarios de máxima audiencia y luchan contra la programación más competitiva.
La profesionalización del sector se acentúa. El centro Basque Culinary Center, en San Sebastián, fue el primero en ofrecer en España un grado universitario en 2009. En 2015 hay ya tres. El último de ellos comenzará en septiembre en la Universidad de Valencia y será el primero impartido por un centro público. El coordinador, Juan Carlos Moltó, explica que no se pretende convertir al alumno en un chef profesional, sino acercar la ciencia a la cocina. Por eso los alumnos cursarán asignaturas como "Hay asignaturas como matemáticas, física o química”, añade.
En internet
Los blogs gastronómicos son otro fenómeno que refleja este auge culinario. El Comidista, Falsarius Chef o Webos Fritos son algunos referentes online. El contenido multimedia es variado: ofrecen recetas con fotos y vídeos, hacen crítica gastronómica e interactúan con los usuarios por las redes sociales como Instagram. Mikel López Iturriaga, autor de la web El Comidista, acerca a los usuarios las últimas tendencias. "Es la moda foddie. Primero vino la influencia anglosajona con los cupcakes. Lo último ahora es el pan artesano, el café y la coctelería", explica. Los aficionados también quieren tener los suyos. Ana Sánchez, de 31 años, otra de las alumnas de Apetit'Oh comparte sus trucos en Locuras de cocina.
Álvaro Carrón, de 17 años, es su compañero de delantal desde hace año y medio. Su afición le ha llevado a apuntarse a una escuela de hostelería. Sin embargo, pese al aumento de cursos, las escuelas profesionales no vinculan este boom con que más personas quieran ser chefs. “Hay un ligero repunte en los últimos años, pero la demanda es paulatina”, explican desde la dirección de la Escuela de Hostelería Casa de Campo Madrid.
Los alumnos de Apetit'Oh apenas conocen la oferta formativa. Se dedican a hablar del menú que han preparado bajo la mirada de Concha Vicente. “¿Te acuerdas del bizcocho de gelatina de fresa con sopa de mandarina? Qué ganas tengo de catarlo otra vez”, dice uno. “Lo que yo voy a catar es el pollo que está en el fogón”, comenta otro frotándose las manos.
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