Los atropellos y la escasez de conejos frenan la recuperación del lince
El censo de la población se estanca en torno a 330 ejemplares en 2014
Los atropellos, que sumaron un peligroso récord, y la epidemia que diezma las poblaciones de conejo han provocado que se estanque el aumento de linces ibéricos, que llevaba una notable evolución al alza desde 2002. En aquel entonces sumaban 94 ejemplares y 27 hembras reproductoras (dato esencial para el futuro de la población) y ahora son 327 y 97: un gran salto en 12 años, pero son cinco ejemplares menos que el año previo y tan solo una hembra territorial más.
Doñana pierde 14 linces en un año y vuelve a los números de 2010
El entorno de Doñana perdió gran cantidad de linces —de 94 a 80— y sus números retroceden hasta los de 2010. Precisamente en esa zona se está poniendo en evidencia el grave problema de los atropellos, donde murieron siete linces sobre el asfalto en 2014. Y lo que es peor, la situación no se arregla: en un tramo de la carretera A-481 (que depende de la Junta de Andalucía) han muerto atropellados tres animales en pocos meses y una decena en el último lustro, sin que se haya resuelto el problema con este importante punto negro de las carreteras.
"No compartimos la interpretación negativa y catastrofista que algunos están dando. Estamos actuando, estamos activos en la conservación del lince", dijo, según recoge Efe, la consejera de Medio Ambiente en funciones, María Jesús Serrano. La consejera se felicitaba el pasado viernes, en la suelta de un ejemplar en Córdoba, de que el número de linces ibéricos se haya triplicado desde 2002, aunque lo cierto es que ese hito ya se consiguió en 2011, cuando se censaron 311 ejemplares. Desde entonces el crecimiento se ha frenado "debido a los atropellos y la falta de alimento", como reconoció Serrano.
Junto a los atropellos, que se podrían evitar con la inversión en una adecuada preparación de los entornos, la escasez de conejos es lo que más preocupa en el proyecto LIFE-IberLince que gestiona la conservación del lince ibérico. Los conejos, principal fuente de alimento, sufren desde hace años varios brotes epidémicos consecutivos de una enfermedad hemorrágica que no hay forma de curar y que no remite, provocando un descenso notable del alimento disponible (y que en algunos casos provocan las migraciones que acaban con linces atropellados).
Por otro lado, las zonas de reintroducción de linces de Guarrizas y Guadalmellato, en el entorno de Sierra Morena, han sido todo un éxito y han sostenido el número de ejemplares totales: en solo cuatro años han consolidado 86 ejemplares donde antes no los había. También en 2014 se comenzó a repoblar Extremadura, Castilla-La Mancha y Portugal con 26 linces en total, de los que habían muerto siete en los primeros meses tras su liberación.
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