Vacunar a un niño en un país pobre cuesta 68 veces más que en 2001
Médicos Sin Fronteras denuncia los precios “astronómicos” de las vacunas
Vacunar a un niño en un país pobre cuesta hoy 68 veces más que en 2001, según un duro informe de Médicos Sin Fronteras (MSF) que rompe el secretismo en torno al negocio de las vacunas. Un paquete completo de vacunación protegía en 2001 contra seis enfermedades y costaba 0,57 euros. Ahora cubre 12 males y alcanza los 39,25 euros. Esta multiplicación de los precios se debe a “la avaricia de las grandes farmacéuticas”, a juicio de la estadounidense Kate Elder, asesora de políticas de vacunas de MSF.
El aumento del precio del paquete se debe, fundamentalmente, a la introducción de nuevas vacunas, como las que protegen frente al neumococo, el rotavirus y el virus del papiloma humano. Estas tres vacunas están controladas por tres empresas —la británica GSK, la estadounidense Pfizer y la también estadounidense Merck, conocida fuera de Estados Unidos como MSD— que mantienen precios “astronómicos”, según Elder. “Las grandes farmacéuticas justifican los altos precios en su inversión en investigación para desarrollar las vacunas, pero este dinero ya lo han recuperado con creces”, denuncia esta experta.
El informe, La mejor vacuna: por un acceso sin barreras a vacunas asequibles y adaptadas, calcula que GSK invirtió entre 130 y 400 millones de euros en I+D para lograr su vacuna contra el rotavirus, alcanzando unas ventas de 2.600 millones de euros entre 2010 y 2013. El rotavirus es la principal causa de diarrea grave en bebés y niños pequeños. Cada año, mata aproximadamente a medio millón de menores de cinco años, pese a ser una enfermedad prevenible. La otra vacuna disponible contra el virus, comercializada por la estadounidense Merck, requirió una inversión similar a la de GSK y generó un volumen de ventas de 3.700 millones de euros, según el informe.
El alto precio de la vacuna contra el neumococo de Pfizer “refleja el hecho de que es uno de los productos biológicos más complejos jamás desarrollados y fabricados”
MSF asegura que el elevado precio de las vacunas contra el virus del papiloma humano de GSK y Merck también ha generado a ambas farmacéuticas “enormes retornos de la inversión, estimados en entre 12 y 16 veces el coste de producción”.
Las críticas también llueven contra Pfizer y Merck por su vacuna contra el neumococo, el microbio que es el principal responsable de la neumonía bacteriana que mata a más de 800.000 niños al año según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud. El alto precio de la vacuna representa un tercio del total de un paquete de vacunación para un niño. Pfizer generó un volumen de ventas de 13.700 millones de euros, entre 2010 y 2013, gracias a esta vacuna, según MSF.
El nuevo informe también denuncia el “secretismo” de la industria farmacéutica, que “oculta deliberadamente los precios” que pone a las vacunas en cada país. “La ocultación de precios es habitual y se hace con el fin de tener desinformados a los gobiernos y a las organizaciones donantes, para que paguen más en sus negociaciones con las farmacéuticas”, explica Elder. Así, MSF ha detectado “situaciones irracionales”, como que Marruecos y Túnez paguen más que Francia por la vacuna contra el neumococo de Pfizer: 55 y 58,5 euros frente a 50.
Además, alerta Elder, muchos países se encuentran ahora en la coyuntura de “tener que elegir la enfermedad por la que morirán sus niños”, al no poder pagar todas las vacunas. La Alianza GAVI —que agrupa a gobiernos, fabricantes de vacunas, ONG y la Fundación Gates para fomentar la vacunación en todo el mundo— ha abaratado las vacunas en los países más pobres, pero más de una cuarta parte de las naciones perderán apoyo de la organización a partir del año que viene. Sin la ayuda de GAVI, Angola e Indonesia pagarán un 1.500% más por las nuevas vacunas; Congo, un 800% más; Bolivia, un 700% más; y Honduras, un 300% más, según MSF.
Muchos países tienen que elegir la enfermedad por la que morirán sus niños”, critica Kate Elder, asesora de MSF
“Asimismo, es cada vez más difícil que muchas de las personas más vulnerables del mundo, las que malviven en campos de desplazados o en otros escenarios de crisis, reciban las vacunas más nuevas, ya que ni siquiera organizaciones humanitarias como MSF, proveedoras de servicios gratuitos de salud en estos escenarios, tienen acceso al menor precio disponible”, critica la ONG.
En vísperas de una conferencia de donantes para vacunación que se organizará en Berlín (Alemania) el 27 de enero, MSF exige a GSK y a Pfizer que reduzcan el precio de la vacuna contra el neumococo a 4,35 euros por niño en los países en desarrollo.
La delegación española de GSK no ha querido hacer declaraciones a este periódico. Fuentes de Pfizer afirman que la empresa está “orgullosa” de participar en GAVI. “El 60% de los niños más pobres del planeta está cubierto por el programa AMC del GAVI a un precio que está muy por debajo del coste de fabricar la vacuna”, señalan desde la multinacional estadounidense.
El alto precio de la vacuna contra el neumococo de Pfizer, denominada Prevenar 13, “refleja el hecho de que es uno de los productos biológicos más complejos jamás desarrollados y fabricados”, aseguran las mismas fuentes de la compañía. Su vacuna contiene 13 categorías diferentes de la bacteria. “Cada una de ellas requiere un proceso separado de purificación, conjugación y comprobación. Lleva más de dos años crear un lote de Prevenar 13, abarcando unos 500 controles de calidad previos a la realización y distribución de la vacuna, procesos en distintas fábricas y cientos de profesionales altamente cualificados”, aducen.
El documento de MSF hace un llamamiento a los gobiernos y a los fabricantes a publicar los precios que negocian. Así, los países podrán comparar y llegar a mejores acuerdos. La ONG también exhorta a los gobiernos a que hagan pedidos conjuntos, para ganar músculo en las negociaciones de precios con las farmacéuticas. MSF destaca el caso de éxito del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud, que ha logrado precios reducidos y únicos para toda la región.
Finalmente, la ONG pide que se facilite la entrada en el mercado internacional de nuevos y baratos fabricantes de vacunas, señalando directamente a China. “Las vacunas que salvan la vida de niños no pueden ser un gran negocio”, remacha Elder.
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