_
_
_
_
_

ONG, sin ellos no sería posible

El papel de estas entidades se dibuja fundamental para el desarrollo psicosocial de los discapacitados. Y no solo por la conyuntura. Celebramos diez años de éxitos

Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), se estima que en el mundo existen actualmente más de 1.000 millones de personas que viven con alguna discapacidad. Esto significa que hasta el 15% de la población está limitada, siendo la prevalencia aún mayor en los países en vías de desarrollo. En el año 1992, la Asamblea General de la ONU decretaba el día 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, después de 10 años conocidos como el Decenio de las Naciones Unidas para los impedidos. El fin de esta década ha sido contemplar y aplicar medidas que proporcionaran un marco de protección basado en la igualdad de oportunidades y en la integración social de estas personas. En 2014, se ha buscado un “desarrollo sostenible” en la intervención psicosocial de los discapacitados, y se otorga una función especialmente relevante al avance de las tecnologías de la información y a su impacto en la vida de estas personas, muchas de ellas sin acceso a estos recursos. Dentro de este desarrollo sostenible, será fundamental el papel de las organizaciones sin ánimo de lucro, especializadas en proporcionar una atención integral a las necesidades especiales de los discapacitados, que buscan eliminar barreras y normalizar las vidas de estas minorías que sufren un alto riesgo de exclusión social.

¿Quién ayuda a los discapacitados?

Hay que procurar ayudas efectivas, proporcionar información fiel a la realidad que sirva para orientar y generar esperanza a las familias"

Los recursos públicos no son suficientes para atender la demanda de las personas afectadas por alguna limitación como pueda ser la mental, que precisa de conocimientos técnicos y de una intervención completa y en todas las áreas: psicosocial, clínica, asistencial, familiar y laboral. Las ONG cumplen una labor fundamental en la vida de las personas con discapacidad y surgen como respuesta de las familias afectadas, que buscan soluciones a medida de la complejidad de su situación, que excede al individuo afectado y se convierte en una realidad familiar y social con la que hay que convivir.

Un ejemplo de estas entidades es AMAFE, Asociación Madrileña de Amigos y Familiares de Personas con Esquizofrenia, cuyo objetivo fundamental es “incidir positivamente en la vida de los afectados por este trastorno”, según explica Ana Cabrera Cifuentes, directora del equipo técnico. Los objetivos de esta asociación van en la dirección de favorecer la calidad de vida y la inserción de los discapacitados en la sociedad, buscando y generando los recursos necesarios para ofrecer, además de soluciones, esperanza para sus familiares, que se sienten amparados al percibir comprensión dentro de todo el espectro de variables que afectan a su situación. Entre otros servicios, asesoran sobre los recursos públicos disponibles, sobre trámites legales y burocráticos y ayudan en la inserción laboral. Proporcionan, asimismo, apoyo a las familias y ayuda a domicilio, además de en su centro de día, que tiene capacidad para 120 personas.

Según Ana Cabrera, ayudar a este colectivo pasa por intervenir en distintos aspectos como la prevención, el tratamiento y la reinserción. Pero eso no basta: “Hay que procurar ayudas efectivas, proporcionar información fiel a la realidad que sirva para orientar y generar esperanza a las familias, así como facilitar lazos sociales y relaciones de colaboración entre entidades que abunden en una asistencia efectiva”.

Recursos y financiación

Muchas personas con discapacidad siguen infrarrepresentadas en las diferentes esferas sociales debido a persistentes clichés sociales y culturales que debemos superar. Solo con el compromiso de las empresas y su cambio de mentalidad lo conseguiremos"

Además de las cuotas de los socios y de tasas simbólicas por servicios ofrecidos, como el de asistencia psicológica, el coste y financiación de los proyectos de AMAFE se nutre de la aportación de entidades tanto públicas como privadas que colaboran con subvenciones que hacen posible la sostenibilidad de la organización. “A pesar de estas ayudas, AMAFE sufraga como mínimo el 50% del coste global de estos proyectos”, explica su directora.

Esto quiere decir que la colaboración ciudadana, ya sea por lo particular o vía empresa, es una fuente más de apoyo para continuar gestionando los recursos de ayuda a los afectados por esta enfermedad mental, la esquizofrenia: “De cada 100 euros que recibimos, 80 euros son para la atención asistencial, terapéutica y rehabilitadora, cinco euros se destinan a la investigación, y los últimos 15 euros al mantenimiento de la sociedad, que tiene a doce personas en plantilla, entre los que se encuentran psicólogos y terapeutas ocupacionales”.

¿Cómo es el perfil del trabajador con discapacidad?

Uno de los aspectos más importantes que afectan a la integración de los discapacitados pasa por su inserción en el mercado laboral, no solo como forma de normalizar sus relaciones sociales y su percepción de adecuación al entorno, sino como un modo de sostener una autonomía económica con la que minimizar las dependencias y el gasto público destinado a los recursos asistenciales derivados de su minusvalía.

Con motivo del Día Internacional de la Discapacidad, la empresa Capgemini, junto con la Fundación Adecco, han elaborado el informe de El Perfil del Trabajador con Discapacidad 2014. En él concluyen que en el 2014 las contrataciones a personas con discapacidad han alcanzado su máximo histórico, hecho que contrasta con la baja participación de estos colectivos en el empleo, manifestado en que un 63% de las personas que tienen edad laboral no tiene trabajo ni lo busca.

Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, altamente comprometido con la causa de la discapacidad, explica cómo estas personas “por encima de todo, buscan un trabajo que les proporcione estabilidad y autonomía y su productividad se eleva a cotas muy altas”.

Por su parte, Paulo Morgado, consejero delegado de Capgemini, refiere sus comentarios a la falta de conciencia social y a la necesidad de que las empresas adquieran un compromiso con la causa con el fin de favorecer su integración en el mercado laboral: “Muchas personas con discapacidad siguen infrarrepresentadas en las diferentes esferas sociales debido a persistentes clichés sociales y culturales que debemos superar. Solo con el compromiso de las empresas y su cambio de mentalidad lo conseguiremos”.

Entre otras conclusiones, el informe arroja datos sobre la importancia que los discapacitados otorgan a la relación con sus compañeros y al clima laboral positivo, otorgando menor valor a los aspectos salariales y a las posibilidades de promoción.

Los resultados de este perfil del trabajador con discapacidad surgen a partir de la investigación propia de Adecco con Capgemini, cotejada con las estadísticas del SEPE, datos proporcionados por el INE, y una encuesta realizada a 300 personas discapacitadas que han conseguido un empleo en el año 2014.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_