Desayunos chinos en Latinoamérica
El 'dim sum' es uno de los paradigmas de la modernidad culinaria: el recetario completo administrado por bocados
El dim sum es uno de los paradigmas de la modernidad culinaria: el recetario completo administrado por bocados. También un punto de encuentro, conciliador y sin estridencias, entre los dos tiempos de la cocina: la última tendencia de la vanguardia diseñada hace cosa de cinco mil años. Cuando hay un dim sum de por medio, todas las corrientes caminan de la mano. No es fácil encontrar muchas propuestas que ilustren así el consenso culinario. En Latinoamérica es, además, un hilo común que recorre algunas cocinas de la región y el centro del desayuno chino, una de las grandes ceremonias del fin de semana. Puede ser en Lima, Caracas, Ciudad de Panamá, Santiago de Chile o Miami, la ciudad donde confluyen todos los sabores del continente.
Si te acercas un domingo bien de mañana al cruce de la Avenida Principal de El Bosque con Avenida La Gloria, en Caracas, compruebas la prosperidad de la comunidad china. Allí está el mercado —un hervidero de rostros, aromas y sabores llegados del otro lado del mundo; casi un centro social chino— y alrededor suyo, algunos de los restaurantes más ilustres del ramo. Locales grandes, vistosos y multitudinarios.
Frecuento uno de los comedores del Lai King, al costado del mercado (tiene sucursal en Los Palos Grandes; cruce de Transversal 3 con Avenida 3). Llego muy de mañana —los comedores se llenan bien temprano—, ocupo mesa y pido un té, mientras veo pasar carritos repletos de vaporeras. Abro la mano, detengo uno y empieza el baile. Lo normal es que el desayuno acabe en banquete; como si fuera un brunch adelantado a las ocho de la mañana. La sucesión de baozi, mantou, jiaozi, jakao, shaomai muestra un universo en el que cambian las masas —de arroz o de trigo—, los rellenos, las técnicas aplicadas —vapor, fritura, plancha o cocción— o la naturaleza de los caldos en que hierven. Tampoco está mal Chef Chino (Avenida La Gloria, al otro lado de la Avenida Principal).
La oferta casi se repite en el Lung Fung de Ciudad de Panamá (Avenida 7 C Norte con Avenida de los Periodistas, El Cangrejo), con el añadido de unas manitas de pollo con salsa picante que se me antojan adictivas. Los herederos de los culis cantoneses llegados en el XIX para la construcción del ferrocarril han dejado huella en el país. Procedían de la zona de Cantón (la actual Guangzhou) y llevaron con ellos una cocina sofisticada, elegante y delicada, construida entre otras cosas en torno a la absoluta ausencia de picantes y una descarada devoción hacia el arroz como cereal de referencia. En Ciudad de Panamá también recomiendan el Golden Unicorn, pero no es lo mismo.
Si damos un salto al norte, Miami ofrece el Tropical Chinese Restaurant (7991 SW 40th St, Olympia Heights; Westchester) en un local actual que mantiene su advocación por el dim sum tradicional. La oferta es tan grande que complica la elección. Aquí hay de todo y a buenos precios.
El desayuno chino ofrece pocas alternativas en Santiago de Chile. Puedes encontrarlo en el modesto comedor del Yue Hai (Vergara 193, Santiago). La oferta no es amplia pero se maneja con soltura: Kao chi al vapor o a la plancha, Bao zi (pan de cerdo a la plancha)…
La ortodoxia se rompe en Lima desde la cocina del último Madam Tusán (el tercero de la saga, 28 de julio 1045, Miraflores. Lima), dirigida por Felix Lo. La finura de las masas y la fusión incorporada a los rellenos —aparecen notas picantes impensables en las versiones tradicionales, y otros sabores más peruanos que orientales— exigen atención. La nomenclatura redondea una propuesta fresca y diferente, bautizando cada bocado con juegos de palabras y nombres a veces bizarros. Mis recomendaciones: el Ta Fu Mau, un ravioli de arroz y espinacas relleno de un guiso de mariscos; el Ye Mai, shaomai de cerdo coronado por un huevo de codorniz frito; el Em Pla Tao, finísimo dim sum de arroz que envuelve un suculento guiso de pato; el Plan Chao, versión de la jaozi (la gyoza japonesa), o el Chin Chon Fan, canelón de pasta de arroz relleno de un guiso de carne.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.