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¿Por qué se caza en los parques nacionales?

El Senado aprobó una norma que permite esta práctica hasta 2020. Es el resultado de un conflicto entre lo público y lo privado

Doñana, Daimiel, Timanfaya, Teide, Cabrera, Aigüestortes... A poco que uno se interese por la naturaleza o, simplemente por la belleza, son lugares que resultan de lo más evocador. Hemos nombrado cinco, pero hay hasta 15. Se trata de los Parques Nacionales, descritos por Pablo Sanjuanbenito García, codirector conservador del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, como “una representación de los diferentes sistemas naturales presentes en nuestro país, quizá el país de Europa con mayor riqueza natural y biodiversidad. Se declaran con el objeto de conservar dichos valores, pero también con el de ponerlos al servicio de la sociedad”. Dicho de otro modo, son algo así como los Museos del Prado del medioambiente. Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF, añade: “Protegen una muestra representativa de nuestros mejores ecosistemas. España es algo así como una gran arca de Noé por su enorme diversidad. Aunque es una figura que existe en otros países, somos un país pionero y siempre ha destacado por su buena gestión. Son parques de mucho nivel”. Sin embargo, no exentos de polémica.

A priori, la cosa es sencilla: es un bien público gestionado y protegido por el Estado para uso y disfrute de quien quiera visitarlos y emocionarse con lo que cada uno de ellos alberga (flora y fauna únicos, paisajes inigualables). Pero las cosas son más complejas. Y es que muchos de estos parques están compuestos por terrenos privados que deben ceñirse a determinadas restricciones no siempre fáciles de asimilar por sus propietarios. Así lo explica José Carlos del Álamo, decano del Colegio de Ingenieros de Montes: “Es como si declaran tu casa bien público y todo el mundo pudiera visitarla cuando quisiera. O como si te obligan a colgar en el Prado un cuadro que es tuyo…”. Cuando propiedades privadas están dentro de Parques Naturales surgen los problemas, denunciados por varias organizaciones ecologistas (Ecologistas en Acción, Seo/BirdLife y WWF). "El Partido Popular ha introducido una enmienda en la ley que puede variar el régimen jurídico de nuestros parques”, dice Juan Carlos del Olmo, para quien esta medida “podría tener consecuencias imprevisibles de llevarse a cabo”. Esta enmienda prorroga hasta 2020 el plazo para finalizar actividades incompatibles —como la caza— en fincas privadas de los Parques Nacionales.

El secretario general de WWF expone lo siguiente: "El Gobierno presenta la nueva ley como un modo de recuperar competencias. Porque, en efecto, uno de los peores enemigos de los Parques Nacionales es la falta de coherencia y la escasa coordinación de las distintas comunidades autónomas. Pero han planteado una excepción a la carta, que permite, por ejemplo, el vuelo sin motor en el Parque Nacional de Guadarrama”. Quizás la solución sea tan sencilla como “compensar económicamente a los propietarios, es decir, expropiar los terrenos declarados de interés general y uso público”, como comenta el decano del Colegio de Ingenieros de Montes. Pero lo que parece evidente es que aún queda mucho por hacer y proteger: tierras y, sobre todo, aguas: “Faltan ecosistemas marinos y de profundidad [montañas y cañones marinos]. Y también zonas esteparias y semiáridas, tan característicos de nuestro país”, concluye Juan Carlos del Olmo, quien, a pesar de todo, mira al futuro con optimismo.

Conservarlos por encima de todo

Los motivos de su fascinación podemos entenderlos en el espectacular volumen Parques Nacionales, editado por Lunwerg, un libro ilustrado de gran formato que ha contado con la colaboración de prestigiosos fotógrafos de naturaleza nacionales e internacionales, además del Organismo Autónomo Parques Nacionales. "El objetivo de su publicación es divulgar el conocimiento de estos espacios en la sociedad”, comenta Sanjuanbenito. En efecto, todos los implicados en su gestión se esfuerzan en hacer ver que se trata de “un patrimonio del conjunto de la sociedad española”, como comenta Federico Ramos de Armas, secretario de Estado de Medio Ambiente, en el prólogo del libro. Y añade: "Todos tenemos la obligación de garantizar que las futuras generaciones puedan disfrutar de este valioso legado natural”. Una de las claves para conseguirlo, según Pablo Sanjuanbenito, es, precisamente, conociéndolos. "Se han declarado para ser conocidos y visitados, y que los españoles y extranjeros conozcan la riqueza de la naturaleza. Esta faceta divulgativa de la declaración no la debemos olvidar”. Tampoco que si son un bien de todos, todos hemos de cuidarlos: “Cuando estemos en ellos como visitantes, debemos ser respetuosos con las normas marcadas por los gestores para su conservación”.

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