La última locura americana: 'detox' íntimo
Qué hay tras la tendencia más 'cool' de EE UU: los baños de vapor
Si por una de esas casualidades de la vida, en sus siguientes vacaciones se encuentra en California buscando nuevas emociones, siempre puede dirigirse al Tikkun Holistic Spa, donde por unos módicos 40 euros, sus bajos en general y su vagina en particular, disfrutarán de 30 minutos de baño de vapor con presuntos efectos medicinales. Estos vapores, que hoy hacen las delicias de las norteamericanas más cool, tienen su origen en la medicina ancestral coreana, donde son llamados chai-yok. Su práctica es sencilla: disponer en agua hirviendo toda una serie de plantas y sentarse encima a horcajadas sin ropa interior y una toalla alrededor de la cintura para concentrar el vapor.
Como el calor dilata los vasos sanguíneos, se supone que este tratamiento aumenta la irrigación y la oxigenación de la vagina, a la vez que facilita que las especies botánicas utilizadas produzcan su efecto. ¿Qué hay de mito y realidad tras esta práctica? “Las propiedades de las plantas no dependen solo de la planta en sí, sino de cómo, para qué y en qué cantidad se utiliza”, asegura Salvador Cañigueral, profesor titular de Farmacognosia y Fitoterapia de la Universidad de Barcelona. “Por ejemplo, es cierto que las lentejas llevan mucho hierro, pero si te las colocas encima de la nariz no hacen nada, te las has de comer”, expone.
El abanico de beneficios que las empresas que ofertan estos baños anuncian es tal, que si fueran ciertos deberían convertirse en la primera línea de acción de cualquier ginecólogo. A saber: sus defensores aseguran que normalizan reglas dolorosas e irregulares, curan infecciones, estimulan la producción de hormonas en el útero y liberan el cuerpo de toxinas, entre un largo etcétera. “Las hierbas en estos baños sí son medicinales y de gran interés, pero los efectos que se les atribuyen, en este caso, no tienen ninguna base científica y no se pueden justificar”, asegura el experto en fitoterapia.
Un lavado excesivo de los genitales puede ser perjudicial, por lo que el experto recomienda no ir más allá de la higiene cotidiana y básica
Las plantas más utilizadas en los spas de California, y en el de la esquina de la 25 con la 32 de Manhattan, son varias especies de artemisa, especialmente Artemisia vulgaris, además de romero, orégano, albahaca, caléndula y hasta una decena más. Según fitoterapia.net, la más completa web en español de plantas medicinales, y Cañigueral, la principal aplicación de Artemisia vulgaris es estimular la digestión. “Popularmente, también se ha utilizado como antihelmíntica [contra parásitos], antifúngica, antidismenorreíca [contra menstruaciones dolorosas] y antinflamatoria, pero sin estudios científicos que avalen estos efectos”, dictamina el farmacólogo. Por lo tanto, algo chirría, pues el vegetal empleado en estas terapias vaginales solo está indicado, científicamente, para procesos estomacales.
Una historia curiosa es la de Niki Han Schwarz, una mujer que, sin ir más lejos, regenta el Tikkun Holistic Spa y defiende que el tratamiento de vapor aumenta la fertilidad, puesto que a ella le funcionó. A sus 45 años, Niki se quedó embarazada, según aseguró a Los Angeles Times, tras intentarlo durante muchos años sin éxito y tomar después cinco baños de vapor. Antonio Requena, director médico de la clínica de medicina reproductiva IVI, se muestra, por lo menos, escéptico ante la moda del vapor. “Hay tantísimos factores implicados en la reproducción humana que es muy difícil asegurar si una gestación es producida por un factor en concreto”, expone el médico.
En un tono prudente, Requena declara que no tiene constancia de este tipo de tratamientos y que no se ha presentado ningún artículo científico, ni ensayo, ni siquiera una comunicación, en alguno de los congresos importantes de reproducción. Además, el especialista señala un hecho sutil pero que puede no carecer de importancia: “La vagina es un órgano que en condiciones normales está cerrado, así que no sé hasta qué punto el vapor puede alcanzar ninguna zona más allá de los labios mayores y quizás los menores”.
Limpias sin virguerías
Si los baños de vapor no tienen efectos medicinales, ¿los tendrán al menos higiénicos? Requena responde que tampoco. De hecho, un lavado excesivo de los genitales puede ser incluso perjudicial, por lo que el experto recomienda no ir más allá de la higiene cotidiana y básica. “En la vagina existen microorganismos que conviven en equilibrio, si este se altera, debido, por ejemplo, a un exceso de detergentes, pueden aparecer infecciones como la candidiasis”, explica el especialista.
De todos modos, según numerosas investigaciones, en la reproducción humana el estrés sí puede afectar a la consecución del embarazo. “Si la mujer está relajada siempre afrontará mucho mejor cualquier problema de esterilidad, por lo que si un baño de vapor relaja quizás podría ayudar. Pero siempre en el campo de lo supuesto”, apunta Requena. En España no existen (todavía) spas que ofrezcan esta suerte de detox vaginal.
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