El ébola en España
Con el diagnóstico del primer contagio por ébola en nuestro país no sólo estamos asistiendo a una grave crisis sanitaria sino a una profunda crisis de valores. Las palabras del consejero de Sanidad de Madrid no han dejado a nadie indiferente. Lejos de admitir los errores que ha cometido el Ministerio de Sanidad al gestionar este asunto, ha optado por criminalizar a la víctima que en estos momentos sigue luchando por salvar su vida. Puede que ella cometiera un error humano, pero lo cierto es que, si lo cometió, nadie estuvo supervisando su actuación para que esto no pasara. Y en lugar de elogiar el comportamiento de los dos misioneros que arriesgaron y perdieron su vida por ayudar a los demás y el de esta enfermera que los trató, se oyen cada vez más voces que insisten en acusarles de poner en riesgo a la población. No sé qué está sucediendo en este país cuando en vez de reconocer un comportamiento más que loable y admirable se prefiere criticar y culpabilizar al enfermo. Con lo que ha ocurrido se puede extraer una clara conclusión: con la sanidad no se puede escatimar en gastos. Si recortas en prestaciones y servicios sociales habrá más personas desfavorecidas o en el umbral de la pobreza; si recortas en educación, habrá más personas con una menor instrucción y formación; pero si recortas en sanidad, estás poniendo en peligro la vida de las personas. Y esto es algo que no se debe permitir. Se deben admitir los errores y rectificar para que sucesos como estos no se vuelvan a repetir.— Marta Górriz Apezteguía. Burlada, Navarra.
Las mangas me quedaban cortas”, “no sé cómo me contagié”, “el riesgo cero no existe”, “empezaron siendo nueve pero ahora ya son 12”, “hacemos lo que ella hizo por los misioneros, la cuidamos”… Oigo estas frases cada día al despertarme. Teresa sigue debatiéndose entre la vida y la muerte y Juan Manuel, el médico que la trató durante horas con las mangas cortas, sigue aislado y sin síntomas. Ojalá todo acabe en pocos días sin ningún saldo mayor de contagiados en España, crucemos los dedos. Pero que nos sirva de lección a todos. Vaya lección de nuestros compañeros sanitarios: de profesionalidad, de solidaridad con los enfermos, de liderazgo. Necesitaremos de su ejemplo para seguir afrontando los casos que muy probablemente no dejarán de aparecer mientras nuestros vecinos del sur no dispongan de más medios. Aviso de lo imprescindible de la salud pública que se ocupa del control de los brotes y de unificar la toma de decisiones. Nuestra salud pública, la más olvidada en el olvidado sistema sanitario público en estos tiempos de crisis. Lección para los medios: por favor, informen a la población como profesionales de la comunicación y no como reporteros de una telenovela. Lección para los políticos: no utilicen esta crisis, una vez más, para posicionarse unos contra otros. Asuman sus responsabilidades, arrimen el hombro para controlar la situación. ¡Tenemos los medios y profesionales para hacerlo! ¡No lo estropeen más!— María Luisa de la Puente Martorell. Sant Cugat del Vallès, Barcelona.
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