Los mejores y peores 'selfies' de la historia
El autorretrato digital ha dado lugar a fotos geniales pero también a auténticos desastres. Repasamos las dos versiones de la historia
En realidad no es nada nuevo. De hecho, el primero que se ha documentado es de 1839. Se lo hizo el fotógrafo y químico Robert Cornelius en Filadelfia, Estados Unidos. Pero, lo que que sí es cierto, es que las redes sociales y los smartphones han formado la alianza perfecta para que en el último año la popularidad de los selfies haya despegado. Políticos, actores, deportitas y hasta el Papa Francisco se han apuntado a una moda que no deja de ganar adeptos. Tantos disparos han dado lugar a un catálogo dispar de imágenes.
Por un lado están los que son curiosos o interesantes. Los hay incluso que captan un momento irrepetible como el que inmortalizó la presentadora Ellen DeGeneres en la pasada gala de los Oscar. Su selfie con una decena de actores de Hollywood, entre los que estaban, por ejemplo, Brad Pitt y Julia Roberts, se convirtió en 50 minutos en el más retuiteado de la historia.
En la otra cara de la moneda están las fotos desafortunadas, las que sus autores tal ves nunca deberían haber sacado. Un buen ejemplo de este caso es la moda de sacarse autofotos en funerales. En algunas de las instantáneas aparecen incluso los difuntos.
A modo de reflexión sobre la doble cara de los selfies publicamos a continuación dos textos de nuestra colaboradora Carmen Mañana. Puede leerlos haciendo clic sobre el título:
Selfies bien hechos para todos
Este texto repasa algunos de esos autorretratos que dan envidia, de esos que no podrías haberlos sacado tu mismo en casa. Ya sea por los personajes que aparecen en ellos o por los medios que requieren. Desde el selfie intergaláctico del astronauta Chris Hadfield en la Estación Espacial Internacional hasta las fotos de vértigo que saca el joven fotógrafo ruso Kirill Oreshkin, que ha llevado el arte de la autofoto al extremo.
La tecnología ha convertido este tipo de autorretratos en un pasatiempo fácil y asequible. Pero esto también ha hecho que se multipliquen exponencialmente las fotos desafortunadas. En algunas ocasiones los autores toman demasiados riesgos a la hora de hacerse con la instantánea deseada. Es el caso del joven que se sacó una autofoto en la pasada edición de los San Fermines, en Pamplona, a escasos centímetros de uno de los toros.
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