Esperpento en Santiago
La capital gallega estrena el tercer alcalde en tres años. Agustín Hernández era el último de la lista en las municipales de 2011
Desde que el PP le arrebató al PSOE el bastón de mando en el Ayuntamiento de Santiago de Compostela, tras las municipales de 2011, la capital gallega ha sido un auténtico avispero. Viejos y nuevos escándalos no le han dado ni un respiro al municipio y las imputaciones (corrupción urbanística, fraude fiscal, prevaricación, tráfico de influencias...) se han ido amontonando. Por no hablar del caso Pokémon, la presunta trama de sobornos a políticos y funcionarios a cargo de contratistas municipales, que ha contaminado gravemente la vida política gallega.
En apenas tres años, en Santiago se han sucedido nada menos que 13 dimisiones, entre ellas las de dos alcaldes. Todo un récord. El primero que tuvo que renunciar al cargo fue Gerardo Conde Roa, condenado por defraudar a Hacienda 290.000 euros de IVA en un negocio inmobiliario. Ahora le ha tocado el turno a Ángel Currás, acusado de tráfico de influencias y acoso. El regidor tenía difícil mantenerse en el cargo. No solo por la sentencia de los tribunales sino porque, para más inri, nueve concejales habían presentado en bloque la dimisión (siete de ellos condenados hace pocos días por prevaricación).
La situación empezó a tomar tintes de tragicomedia cuando Currás intentó recomponer su equipo con concejales no electos y con fichajes externos, como el exárbitro de fútbol Raúl García de Loza, que se metió en política después de colgar el silbato y llegó a concejal en A Coruña. Currás fue elegido directamente por el líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, para sustituir a Conde Roa. Su renuncia era inevitable después de que casi todos sus concejales dimitieran.
A los populares gallegos se les ha planteado un problema. Han tenido que buscar a toda prisa nuevo alcalde. Y no ha sido fácil, porque de entre los 25 candidatos de la lista de las municipales pocos estaban a salvo de imputaciones. Finalmente, Núñez Feijóo ha optado por entregar el timón de la capital a uno de los suyos: Agustín Hernández, conselleiro de Infraestructuras y número tres en la comunidad. Lo paradójico es que ocupaba el último puesto en la lista electoral del PP a las municipales de 2011.
Otro récord.
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