Kerry Kennedy, inocente de conducir bajo los efectos de un somnífero
La hija de Bobby logra una sentencia absolutoria tras el accidente que protagonizó en 2012
El 13 de julio de 2012 fue una pesadilla para Kerry Kennedy, exmujer del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, e hija del senador asesinado Robert Kennedy,al ser arrestada tras chocar su coche Lexus contra un camión cerca de su casa y huir de la escena del suceso. Según los primeros análisis de la policía, que encontró a la mujer adormilada, Kennedy conducía bajo la influencia de somníferos. Nadie resultó herido en el accidente. Veinte meses después, el viernes, un jurado, formado por dos mujeres y cuatro hombres, la declaró no culpable de conducir bajo los efectos de medicamentos, tras solo una hora de deliberaciones. El juicio ha durado cuatro días.
“Para ser honesta, lo último que siento ahora es ira. Pero estoy muy agradecida”, dijo Kennedy tras escuchar la sentencia. Lo que sí dejó claro el juez fue que “la mujer se tenía que haber percatado de los efectos de los somníferos y que estaba conduciendo de forma errática”. “Tenía que haber parado el coche”, añadió Kennedy. De haber sido considerada culpable de los cargos, la sobrina del asesinado expresidente John Fitzgerald Kennedy se hubiera enfrentado hasta a un año entre rejas.
Durante este tiempo, la mujer, de 54 años, siempre ha defendido que, sin darse cuenta, confundió los somníferos con sus pastillas para la tiroides, que toma de forma regular. "No me di cuenta de mi error, hasta después del accidente", alegó Kennedy el pasado miércoles durante la vista.
Su familia, que ha cerrado filas en su defensa, estuvo presente en la lectura del veredicto. Su madre Ethel, de 85 años, llegó a aplaudir y animar a su hija cuando se comunicó que quedaba liberada de los cargos. Kennedy abrazó a sus abogados defensores, liderados por Gerald Lefcourt, y aseguró "no sentir ningún rencor contra el equipo fiscal que había llevado su acusación".
La vista de cuatro días tuvo lugar en la Corte Suprema, algo poco común en casos de escasa relevancia, como este; sin embargo, los abogados de Kennedy fueron los que argumentaron que el Tribunal de Armonk, que es el que tenía la jurisdicción para el delito, era "muy pequeño y no estaba bien equipado para la celebración de este proceso". Además, Kennedy se arriesgó con un jurado porque temía que declararse culpable hubiera manchado su historial con un antecedente y hubiera perjudicado su trabajo.
La sentencia a su favor facilita que su trabajo como activista de los derechos humanos no se vea afectado. La hija de Robert Kennedy lucha por esta misión desde 1981 en países como el Salvador, Gaza, Haití o Corea del Sur, entre otros. Además, es la presidenta honorífica de la Fundación en honor a su padre en Florencia y también colabora habitualmente en periódicos como The Boston Globe o The New York Times, entre otros.
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