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EMIGRACIÓN | VUELTA AL PAÍS DE LOS PADRES

Quiero ser chilena, por si acaso

Los españoles hijos de inmigrantes se interesan por adquirir la nacionalidad de sus padres Los consulados de Argentina y Chile constatan un fuerte aumento de este tipo de solicitudes

Una mujer sale del Consulado de Perú en Madrid.
Una mujer sale del Consulado de Perú en Madrid.EDP

Sonsoles es una madrileña de 18 años que nunca ha pisado Sudamérica y, sin embargo, pronto será chilena. Su madre, Teresa, la ha levantado temprano para ir al consulado del país andino en Madrid a solicitar un pasaporte al que la joven tiene derecho por el lado paterno. Ni Teresa ni su marido se preocuparon durante más de 20 años de registrar a sus tres hijos ante las autoridades chilenas. Tuvo que venir la crisis y obligar a uno de los hermanos de Sonsoles a refugiarse del paro en la tierra de Neruda para que esto cambie. “No es que la niña vaya a ir a Chile”, descarta la madre. “Pero viendo la situación de España, lo mejor es que pida la nacionalidad, por si acaso”.

Durante años, la ciudadanía española significó para los inmigrantes el fin de una odisea burocrática. Alejandra P., una chilena de 24 años que vive en Barcelona desde 2000, lo sabe bien: lleva cuatro años esperando el día en que pueda canjear la tarjeta de residencia por el DNI. “Lo quiero para dejar de renovar la documentación continuamente y vivir sin la preocupación de si cumplo o no los requisitos”.

Qué más facilidad que ir adonde ya tengas la nacionalidad Cónsul de Argentina en Madrid

Tras años de colas y trámites, los extranjeros que obtenían la ansiada nacionalidad española se aseguraban de extenderla a sus hijos. Pero, a la vez, muchos descuidaban la otra ciudadanía a la que estos también tenían derecho. Hoy, la crisis ha hecho que sus descendientes, nacidos y criados en España, exploren qué puertas les puede abrir la doble nacionalidad, un beneficio que el Gobierno español solo concede a los nativos de Iberoamérica, Portugal, Andorra, Guinea Ecuatorial y Filipinas.

Los consulados de Argentina y Chile en Madrid afirman que el número de españoles que solicitan ser reconocidos como ciudadanos de ambos países ha crecido durante el último año. En el caso del primero, la cifra de mayores de edad que hicieron este trámite ha aumentado desde 2011 casi un 80%: de 65 a 116 personas en lo que va del año. El cónsul chileno, Ricardo Herrera, confirma el incremento, aunque alega que su sistema informático no le permite aportar datos. Ambas oficinas coinciden en el perfil del solicitante: joven y universitario.

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A Ezequiel Andrés, el cónsul argentino, este fenómeno no le resulta extraño: “Cuando estalló la crisis en mi país [con el corralito, la congelación de dinero de 2001], hubo colas inmensas en los consulados europeos. La gente quiso emigrar, y qué más facilidad que ir adonde ya tengas la nacionalidad”.

El cónsul de Perú en Madrid, Arturo Chipoco, señala también un aumento en las inscripciones de nacimientos de menores de edad. Si hasta 2006 la cifra no llegaba a los 200, con la crisis se disparó. Pasó de 234 niños registrados en 2007 a 1.161 entre enero y noviembre de 2013 . “No es que haya habido un baby boom" —asegura el diplomático—, sino que, antes, la gente pensaba quedarse a vivir aquí del todo. Ahora, como ven que no hay trabajo, deciden regresar. Así que regularizan su documentación”.

En la colonia ecuatoriana, el colectivo con derecho a la doble nacionalidad más numeroso —con 240.735 residentes en España a 1 de julio de 2013—, el número de inscripciones de nacimientos se ha mantenido estable. Vladimir Paspuel, presidente de la asociación de ecuatorianos Rumiñahui, advierte de compatriotas que están teniendo dificultades por retornar a su país sin haber naturalizado a sus hijos: “En los últimos dos meses hemos recibido siete peticiones de ayuda desde Ecuador. Son familias con niños que solo tenían la nacionalidad española. Han vuelto a casa y tienen problemas para que los pequeños accedan a educación y sanidad porque viven allí como extranjeros”. Una portavoz del consulado peruano añade otro obstáculo: “Hay gente que ha ido con sus hijos como españoles. Se han quedado años y, cuando han salido del país, han tenido que pagar una multa de un dólar por cada día de más que los niños residieron en Perú”.

“Mi idea es sacar el pasaporte de Perú para ver si tengo ventajas” Jordi Arias, 25 años, hijo de inmigrante

Otros hijos de inmigrantes quieren explorar qué beneficios puede darles un pasaporte latinoamericano. “Mi idea es sacarme el peruano, a través de mi padre, para ver si con eso tengo alguna ventaja cuando acabe la carrera”, explica Jordi Arias, un valenciano de 25 años. Aún le quedan dos cursos de Ingeniería de Caminos en la Universidad Politécnica de Valencia, pero ya tantea el mercado laboral: “En España es nulo”. Asegura que conoce colegas que han encontrado empleo en Iberoamérica. Por eso, le ha pedido a su progenitor que averigüe cómo hacerse peruano.

No lo tendrá fácil porque, a diferencia de Chile y Argentina, el país andino exige seis meses de residencia a los extranjeros hijos de peruanos que deseen acceder a la ciudadanía. Solo los menores de edad pueden saltarse este requisito. Arias, que solo ha visitado la tierra de su padre una vez, asegura que buscará una beca de intercambio que le ayude a cumplir esta condición. Está convencido de que sería un “valor añadido” a la hora de buscar empleo.

Alfredo Santos, director del Departamento de Selección de la empresa de recursos humanos Hudson, en Madrid, niega que tener la nacionalidad de algún país de Iberooamérica sea un plus en un proceso de selección. “Un pasaporte estadounidense podría ser un valor añadido, pero no hemos tenido ningún caso en el que uno latinoamericano lo haya sido. Estos países tienen convenios con España y no suelen poner obstáculos cuando otorgan visados".

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