_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Concentración

El regalo de Navidad que nos ha deparado el destino ha sido el estallido de una bomba de relojería

Almudena Grandes

Si España fuera un abeto, este año tendríamos pocas cosas bonitas que colgar de sus ramas. No importa mucho, porque tampoco se verían. Todos esos adornos frágiles, antiguos, de cristal irisado y delicados detalles hechos a mano, que se venían atesorando durante generaciones, han salido rotos de la caja. Hoy brillan por su ausencia, vendidos unos, arruinados otros, descapitalizados, despiezados, inmolados en el dudoso altar de una presunta recuperación económica que solo sabe engendrar pobreza y más pobreza.

En el lugar que antes ocupaban los servicios públicos garantizados, la tranquilidad de los pensionistas, la satisfacción de los padres con hijos universitarios y la monótona rutina de tantos trabajadores que podían permitirse el lujo de las preocupaciones triviales, hoy solo hay agujeros, los huecos por donde se ha vaciado el bienestar de este país, y abultadas cifras sin justificar en las cuentas corrientes de los culpables. El regalo de Navidad que nos ha deparado el destino ha sido el estallido de una bomba de relojería. Que lleváramos tanto tiempo esperándola no disminuye los destrozos que ha causado al explotar. Que su escándalo, y el mío, ante las prácticas mafiosas que dominaron la gestión de Cajamadrid no desarrolle las consecuencias que alcanzaría en cualquier país civilizado —porque todo habrá prescrito, y el fiscal echará una mano, y el juez no admitirá los correos como pruebas relevantes, y Silva ya está apartado de la causa, y bla, bla, bla, etcétera— solo servirá para echar más sal en las heridas. Y, sin embargo, yo quiero desearles lo mejor en estas fiestas. Para lograrlo, les propongo un pequeño ejercicio. Cierren los ojos, concéntrense, y háganse a la idea de que no son españoles. Escojan la nacionalidad que prefieran, y cuando se encuentren cómodos en ella, lean el final de esta columna.

Feliz Navidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_