La rabieta del ERC

Toda persona prudente sabe lo que significan esos anuncios que ofrecen a precio de saldo —desde remedios para adelgazar hasta remedios para la calvicie— a los 100 primeros que llamen por teléfono o se presenten en tal sitio, “solo hoy”, etcétera. De ahí la rabieta del ERC, su plantarse en un “sí o sí”, cuando Mas indica que la consulta que decidirá el futuro de Cataluña no tiene que celebrarse sin más en los próximos meses de 2014, sino un poco después.

Sin embargo, el ERC teme que así se evapore ese momento “mágico”, en que se une el clímax de una crisis económica mundial a la gran crisis política en Madrid y Barcelona, e incluso a la embriaguez de ciertos triunfos deportivos, y las aguas vuelvan a su cauce. Entonces el ERC solo obtendría los votos de siempre —como cuando mandaba el también sensato Carod-Rovira—, y los independentistas volverían a ser una pequeña minoría. A río revuelto, ganancia de pescadores. De ahí que esos oportunistas luchen como si les fuera la vida en que todo se haga deprisa, deprisa, antes que pase esta “providencial” arriada que hoy favorece al ERC, esa mezcla contradictoria y explosiva de nacionalismo y socialismo que tantas tragedias ha provocado en Europa en los últimos 100 años.— M. Llopis Piferrer.