Draghi tranquiliza
El BCE avanza una nueva rebaja de tipos y sesga el discurso hacia el crecimiento
El Banco Central Europeo (BCE) se prepara para bajar los tipos de interés (hoy en el 0,50%) y para varios trimestres más de mala situación económica. La aparición ayer de su presidente, Mario Draghi, ante los medios tras la reunión del Consejo del banco no pudo ser más esclarecedora: “El Banco Central Europeo espera que los tipos de interés se mantengan en el nivel actual o incluso inferior durante un periodo prolongado”. Los mercados interpretaron la frase, recuperaron todo y más de lo que habían perdido en la jornada anterior y han acabado por asumir que el BCE no pondrá fin a sus estímulos monetarios en la coyuntura presente.
No deja de ser paradójico que en esta ocasión haya sido el BCE, imagen de la ortodoxia, quien haya tenido que aplacar los nervios causados entre los inversores por las recientes palabras de Ben Bernanke, presidente de la Fed, en las que recordaba que las facilidades monetarias se agotarán conforme vaya mejorando la economía. Es evidente que las palabras de Bernanke no daban para tanta convulsión y que, en consecuencia, los mercados tuvieron una sobrerreacción. El mismo exceso puede notarse en la jornada del miércoles, aunque en este caso los problemas de Portugal y Egipto justificaran más el nerviosismo.
La comparecencia de Draghi proporcionó otro indicio satisfactorio. El BCE ha modulado el tono de su discurso, dando menos intensidad a la preocupación por la inflación y elevando la del crecimiento y el empleo. Esta tendencia se manifestará en una pronta rebaja de tipos (en la próxima reunión del banco, probablemente) y quizá alcance para poner en marcha de una vez las disposiciones para financiar a la pequeña y mediana empresa. Puesto que el BCE, por mera prudencia, no expone orientaciones a la contra de Alemania, hay que suponer que cuenta al menos con la buena voluntad de Berlín.
Editoriales anteriores
El mensaje para los Gobiernos, en particular para el español, al que se le hacen los dedos huéspedes por proclamar una recuperación, es que “la salida de la crisis sigue distante”. Y lo está porque, entre otras cosas, los bancos europeos no han resuelto su problema de solvencia, lo cual obtura cualquier salida de crédito hacia las pequeñas y medianas empresas. Es recomendable esperar hasta septiembre u octubre para comprobar, después de que se haya levantado la niebla de la estacionalidad turística, cuál es la situación real.
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