Un tiroteo en un campus de Santa Mónica deja cinco muertos
Uno de los fallecidos es el autor de los disparos y otros dos son familiares Hay cinco heridos hospitalizados La policía ha detenido a una persona relacionada con el suceso
Al menos cinco personas han fallecido en una sucesión de acontecimientos que se inició al filo del mediodía de este viernes en una vivienda cercana al campus de la universidad de Santa Mónica y que concluyó, 15 minutos después, con un tiroteo en el interior del centro, donde el autor de los disparos fue abatido por la policía. Otras cinco personas continúan hospitalizadas. En la primera rueda de prensa, la jefa de la policía de la localidad, Jacqueline Seabrooks, confirmó siete muertes, pero en la segunda, las autoridades redujeron el número a cinco. Un día después, las autoridades siguen sin ofrecer la identidad del tirador aunque han indicado que "tuvo un roce con la policía" hace unos años, que este sábado hubiera cumplido 24 años y que fue alumno de la universidad en el pasado.
Poco antes de las 12 de la mañana del viernes, autor del tiroteo entró en una vivienda cercana al campus, mató a dos personas y prendió fuego a la casa. La policía ha confirmado que los cadáveres son familiares del asesino, pero no han aclarado si se trata de su padre y su hermano, como concluyen varios medios e comunicación. Acto seguido, salió a la calle, se subió por la fuerza a un coche y obligó a la conductora a llevarlo carretera adelante mientras continuaba disparando de manera aleatoria a lo vehículos y personas. El sospechoso se dirigió, después, hacia la universidad y, camino del la biblioteca, disparó a una estudiante -que falleció tras ser trasladada al hospital-. Una vez allí, siguió disparando contra los alumnos que se encontraban estudiando para los exámenes finales, hasta que fue abatido por la policía. Las autoridades han indicado que muchos de ellos se salvaron porque se encerraron en el cuarto de seguridad de la biblioteca que bloquearon con lo que encontraron a mano para parapetarse de las balas.
La policía todavía no ha dado con una explicación para esta sinrazón pero asegura que el joven había planeado el tiroteo aunque ignoran si tenía previsto entrar a la universidad. Las autoridades siguen investigando la identidad del propietario de las armas que enfundó el tirador. Varios medios, que citan fuentes de la investigación, señalan que una de ellas era un rifle de asalto AR-15. Este sábado, Seabrooks ha confirmado que en la biblioteca encontraron una bolsa con hasta 1.300 balas de munición. El sospechoso iba vestido completamente de negro y llevaba aperos miliares.
Los cinco heridos han sido distribuidos en dos hospitales de la localidad. Una de las tres que fueron trasladadas al Centro Médico Ronald Reagan es la que falleció tras ser disparada en los pasillos de la universidad. De las otras dos, una continúa grave. El resto de las tres víctimas se encuentran en buen estado en Centro Médico de Santa Mónica.
El tiroteo se produjo a menos de cinco kilómetros de donde el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, atendía a un acto de recaudación de fondos antes de reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping. Tras la matanza de la escuela de Newtown, Obama se comprometió para evitar que masacres como aquella, en la que fallecieron 20 niños y siete adultos, se volvieran a repetir. El tiroteo de San Mónica de este viernes no se ha cobrado el mismo número de víctimas del atentado de Newtown, pero las escenas de pánico y desconcierto han sido muy semejantes a las que se contemplaron el pasado 14 de noviembre en la localidad de Connecticut.
El presidente se embarcó entonces en una ofensiva para arrancar del Congreso una legislación más dura sobre el control de armas. Finalmente, la iniciativa más ambiciosa para erradicar la violencia por las armas presentada en el Senado en los últimos 20 años, naufragó el pasado mes de abril y con ella buena parte de las esperanzas del presidente por hacer realidad una de sus apuestas más firmes de su segunda legislatura. El tiroteo de este viernes volverá a reabrir el debate sobre el control de armas, pero parece difícil que vuelva a trasladarse al Capitolio en los próximos meses.
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