Gente sin formas
A esta mujer la atracó un señor con corbata de un banco; la expulsó otro señor con corbata del Parlamento. Todo educadamente. Y ella… protestando, pobre
Para quienes continúen con dudas metafísicas acerca de lo que es violencia y lo que no, aquí tenemos un caso concreto. Esta mujer fue estafada por un banco que colocó sus ahorros en las llamadas preferentes. Si ustedes acuden al diccionario de sinónimos, verán que preferente es primo hermano de preponderante, dominante, influyente, destacado y distinguido, entre otros. De ahí la existencia de ciudadanos chinches que aprecian ya en ese nombre, por falso, cierto grado de violencia verbal. Bueno, hay gente que le encuentra pegas a todo. A lo que íbamos es que el banco despojó a la señora de los bienes que esta le había confiado sin utilizar fuerza física, presión mecánica o ahogamiento simulado. Se dirigió a ella un señor con corbata y le dijo: “Tenemos una cosa estupenda para clientes especiales”. La cosa estupenda resultó ser un atraco llevado a cabo sin escopeta recortada, sin cuchillo de cocina, sin navaja automática. ¿De qué se queja, pues? Otro individuo menos educado te rebana el pescuezo y te viola. El pasado 11 de abril, esta señora, una pesada, se acercó al Parlamento, también conocido, no se lo pierdan, como sede de la soberanía popular, de donde fue expulsada al intentar llamar la atención sobre su drama a los denominados por alguna razón representantes de los contribuyentes. Observen su apasionamiento y compárenlo con las buenas maneras con las que el banco la estafó, así como la tranquilidad zen con la que el Gobierno se viene tomando su problema. Si es que hay gente que no tiene formas, gente que ni sabe robar, ni sabe ser robada. Pobre.
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