Viajar o no viajar
Me sorprende que dos de mis columnistas preferidas, en el mismo suplemento y el mismo día, se planteen dejar de hacer cosas que a mí me parecían perfectas. No lo hagáis; además, siempre, y a veces desde la discrepancia, veo respeto y tolerancia. Me voy a centrar en Maruja. Me encanta que cuentes dónde vas; yo no sabía nada de Beirut y, sin embargo, me imaginaba sus cafés y sus calles por ti. Yo también, como viajera empedernida, me tengo que justificar por comprar un vuelo low cost, encontrar un hotelazo tirado de precio, recorrer todas las páginas de viajes intentando encontrar chollos, escribir en foros para intercambiar trucos y datos… Pero hay personas que llevan muy mal que viajes. Es curioso cuando la gente te dice: “Yo no puedo irme de vacaciones”, pero los veo en el bar del pueblo a todas horas, en las terracitas a todas horas o viniendo del centro comercial cercano… No juzgo, pero si sumo al cabo del año, yo ahorro yéndome de vacaciones.
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