Sí que soy tonto
Al contrario de lo que proclama una campaña publicitaria muy conocida, tengo la sensación de que sí, soy tonto.
Día tras día se habla mucho desde el Gobierno de los recortes, de la deuda y de los 100.000 millones de euros con los que nos tendrán que rescatar del agujero en que nos han, nos hemos, metido. Y del esfuerzo que tendremos que hacer todos para salir adelante y devolverlos.
Pero poco, o nada, se habla del fraude fiscal en España y de como piensa el Gobierno combatirlo con eficacia y éxito.
Todos los indicios apuntan a que el fraude fiscal en España ronda el 24% del PIB, y parece claro que si se aplicaran las leyes ya existentes con empeño y tesón para recaudar estos impuestos defraudados poco necesitaríamos de un rescate y su consecuente deuda.
Pero he sido tonto, lo admito, y he confiado en los sucesivos Gobiernos y sus “expertos”; y en que sabían lo que hacían. He confiado en que lo harían bien y que velarían por los intereses generales del país, y así estamos.
Así estamos y pido perdón a mis hijos y a mis nietas por ser tonto.— Andrew G. Vickers.
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