Ignominia bilbilitana
Tras el golpe de Estado franquista cientos de personas pertenecientes a organizaciones políticas republicanas fueron secuestradas, torturadas y asesinadas en la Comarca de Calatayud. La mayoría fusiladas y enterradas ilegalmente en el Barranco de la Bartolina. Posteriormente, y en plena época democrática, el Ayuntamiento de Calatayud instaló el vertedero municipal encima de las fosas comunes y lo selló con los restos óseos y la tierra de la fosa principal. Cientos de cadáveres de toda la comarca.
Ante la imposibilidad de recuperar e identificar restos óseos, agrupaciones de familiares solicitan al Ayuntamiento de Calatayud permiso de construcción de un memorial con los nombres de los asesinados. El Ayuntamiento deniega el permiso de construcción con el siguiente argumento: “Si se han quitado las placas de las iglesias, a ver porqué ahora queréis poner un memorial con los nombres de los otros”.— Jesús Delgado Alejandre.
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