Cortafuegos algo justo

El aumento en 500.000 millones de euros, es decir, un 40%, del mecanismo de rescate europeo resulta justo, pese a la enormidad de la cuantía. Y en principio, debería aplacar las tensiones de las últimas semanas sobre la deuda española e italiana. Pero serán los mercados los que darán su veredicto la semana que viene. Se verá entonces si el presidente del BCE, Mario Draghi, tenía razón al considerar que la crisis monetaria europea está camino de resolverse.

Con lo ya comprometido para los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal (200.000 millones) se alcanzarían los 700.000 millones de euros, una cantidad considerable pero aún alejada del billón, que es lo que reclamaban las economías emergentes del G-20 —cada vez con más cosas que decir sobre los problemas europeos— para aumentar su contribución al Fondo Monetario Internacional, que tendría una indispensable participación en unas eventuales acciones de rescate.

La reunión informal del Eurogrupo ayer en Copenhague estuvo dominada por la confusión de sus mensajes, lo que no resulta saludable. Anunció la decisión la ministra austriaca, en vez del presidente del Eurogrupo, y el comunicado requería un excesivo esfuerzo de interpretación. Pero el resultado es el que buscaba el Gobierno de Merkel, acuciado por problemas políticos internos. Alemania se ha negado a fusionar los dos fondos de rescate, el temporal y el permanente, y a ir más lejos de ese medio billón suplementario.

Sería también necesario que algunos políticos y medios dejen de alarmar de forma irresponsable sobre una próxima “intervención” de la economía española, que, como insiste el Gobierno, no se contempla ni es necesaria. Claro que también resulta desafortunada la frase de Luis de Guindos en Copenhague de que “España va a dejar de ser un problema” para Europa. En boca de un ministro equivale a reconocer que lo es.