El nuevo ‘Reformismo’ del siglo XXI
Escuché las palabras del presidente Rajoy durante el homenaje a la Constitución de 1812 y no pude evitar una mueca de disgusto ante tan burda comparación. Vino a decir el señor presidente que al igual que los españoles de hace 200 años, en unas condiciones difíciles —la ocupación francesa—, no dejaron de hacer las reformas que tenían que hacer, es decir, elaborar una constitución democrática; los de hoy, en otra situación difícil —la omnipresente crisis—, tenemos que hacer otras reformas. Todo ello es de patriotas y de valientes.
Pues bien, hasta ahí llegan los paralelismos, lo demás son profundas diferencias. La Pepa supuso un intento de desmontar el sistema de privilegios feudales, el absolutismo monárquico y todo lo que suponía el anacrónico Antiguo Régimen para dar paso a un incipiente Estado democrático con reconocimiento de los derechos y libertades de los ciudadanos —que no súbditos—. Sin embargo, muchas de las “reformas” de hoy,las de Rajoy y las de Zapatero anteriormente, suponen más bien cercenar algunos de esos derechos básicos.
Limita, por ejemplo, el derecho al trabajo y a la vivienda, lo que a la postre lleva a romper la igualdad de los ciudadanos ante la ley, con el único y obsesivo fin de reducir el déficit. Así que hay reformas para avanzar y reformas para retroceder.— Luis Moreno Contreras.
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