Ortega Cano cumple 72 horas en coma
La familia de Ortega Cano ve en el paso del tiempo un síntoma para la esperanza pese a que su situación sigue siendo de "extrema gravedad".- Hoy se cumplen 5 años de la muerte de Rocío Jurado
Se han cumplido ya 72 horas desde el accidente que sufrió José Ortega Cano y el torero sigue en estado de "extrema gravedad". La familia sin embargo se muestra hoy algo más optimista ya que ve en el transcurso de las horas un síntoma para la esperanza. Pero el parte médico emitido esta mañana no arroja ningún dato que lleve a pensar que la situación ha variado. El diestro sigue en coma, está sedado, tiene respiración asistida y está siendo alimentado por una sonda nasogástrica. Ayer se le realizaron varias transfusiones de sangre al encontrarse muy bajo de plaquetas y se le realizó un TAC que evidenció que no hay daños cerebrales.
Los médicos todavía no se explican como Ortega Cano sigue con vida después del terrible accidente. La familia busca motivos más allá de la ciencia. Y hoy todos recuerdan que se cumple el quinto aniversario de la muerte de Rocío Jurado, una fecha en la que el torero cada año le rinde homenaje ante su tumba en Chipiona.
Su sobrino Paco, que actúa como portavoz de la familia Ortega Cano en estos momentos, ha confirmado que la situación continua siendo "crítica". Pero en sus palabras se deja ver un hilo de esperanza: "No evoluciona pero no va a peor". Los Ortega Cano están preocupados porque su mensaje tenga un tono de esperanza pensando en los dos hijos del torero, José Fernando, que cumplirá 18 años en los próximo días, y Gloria Camila, de 15. Los jóvenes fueron adoptados por el matador y Rocío Jurado.
Al hospital sevillano en el que se encuentra ingresado Ortega Cano llegan cientos de llamadas de todo el mundo interesádose por su salud y muchos de sus compañeros de profesión se han acercado hasta allí. Quien comparte vigilia en el centro médico con los Ortega Cano es Rocío Carrasco, hija de la cantante.
Ramón Vila, el que fue hasta hace poco médico de la Maestranza, también es habitual. Vila se ha sumado a la corriente optimista que se respira hoy y ha resaltado la enorme fotaleza del diestro. "Los toreros están hechos de una pasta especial". Además ha querido tener palabras de reconocimiento para los servicios de Emergencias que atendieron a Ortega en el lugar del accidente. "Sin su trabajo, hoy no estaríamos aquí", señaló.
Ortega sufrió dos operaciones el domingo para detener las fuertes hemorragias que sufría en la zona abdominal, la más importante cerca del colon, y para estabilizar las múltiples lesiones que padece en las piernas.
Mientras, el juzgado número 9 de Sevilla investiga cómo ocurrió el accidente, en el que murió Carlos Parra, de 48 años, que conducía el coche contra el que chocó frontalmente el torero. Fuentes de la investigación ya han señalado que la causa del siniestro se debió a la "velocidad indebida" del Mercedes 320 todoterreno que conducía Ortega Cano. Los agentes de la Guardia Civil y los servicios de Emergencia que le atendieron en el lugar del suceso "no detectaron" síntomas de que el diestro hubiera ingerido alcohol.
El accidente de tráfico sucedió en el kilómetro 28 de la carretera A-8006, una vía de la Sierra Norte sevillana que une la capital andaluza con la localidad de Castilblanco de los Arroyos, cerca de la finca La Yerbabuena, propiedad del diestro. Allí es donde Ortega Cano reside con sus hijos, José Fernando y Gloria Camila, a los que adoptó cuando estaba casado con la cantante Rocío Jurado, de cuyo fallecimiento por un cáncer se cumplirán cinco años este miércoles, 1 de junio. La cercanía de esta fecha provocó que en los últimos días el torero se encontrara especialmente triste.
Ortega Cano se retiró de los ruedos en 1998, aunque desde esa fecha reapareció en varias ocasiones, hasta que el año pasado anunció que no volvería a torear por problemas cardiacos. En los últimos años ha sufrido varios problemas, tanto físicos como anímicos, que le han hecho pasar temporadas hospitalizado. Tras la muerte de su esposa reconoció haber sufrido una gran depresión que le llevó a beber demasiado.
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