Cascos lanza un nuevo proyecto político en Asturias entre duros ataques al PP
El ex ministro de Fomento muestra su "disponibilidad" para seguir en la primera línea política en el Principado durante una conferencia de prensa en que ha explicado los motivos "éticos" y "políticos" por los que dejó su anterior partido
Francisco Álvarez-Cascos está dispuesto a liderar una candidatura, al margen del PP, a la presidencia de Asturias el próximo 22 de mayo si el sector social que le ha respaldado hasta ahora le apoya en lo que hoy calificó de "un gran reto para espíritus valientes". "Es momento de convertir las emociones en acciones. Ahora toca defender Asturias, que no es defender nuestros intereses particulares sino el porvenir de un país", proclamó en una conferencia de prensa en un hotel de Oviedo.
Muy crítico con la dirección nacional del PP, a la que acusó de haberle dejado en la "indefensión" frente a los insultos de populares asturianos, Cascos aseguró que el presidente del partido, Mariano Rajoy, le había expresado su convicción de que él debía ser quien encabezara la lista del PP al Principado. Pero "a la dirección nacional del PP Asturias le importa un comino", sentenció.
El que fuera secretario general del Partido Popular durante una década y cuya militancia abandonó ayer, tras 34 años de afiliado, por no haber sido aceptado como candidato electoral de los populares a la presidencia de Asturias, reiteró en un hotel de la capital asturiana su "disponibilidad" a concurrir a los comicios autonómicos de mayo al margen de la que hasta ahora fue su formación y en la que ha causado bajo de forma "irreversible". Con ello Álvarez-Cascos abre la vía para una nueva escisión en la derecha asturiana.
De materializarse, será la segunda ruptura del PP regional que Cascos fuerza en trece años. La anterior, en 1998, se produjo cuando expulsó del PP al entonces presidente de Asturias, su antiguo amigo Sergio Marqués, quien promovió acto seguido URAS, partido ahora coaligado con el asturianista PAS. Y como entonces, la justificación de la nueva escisión se argumenta por la defensa de Asturias, con un discurso de sesgo regionalista. Cascos, que en cinco ocasiones se refirió hoy a Asturias como "país", afirmó que "cualquier parecido con lo ocurrido en 1998 es pura coincidencia".
Descartado por el PP como cabeza de lista al Principado, es ahora Álvarez-Cascos, antaño todopoderoso "número dos" del PP, el que está dispuesto a llegar hasta el final en el empeño de impulsar una nueva alternativa política en Asturias: "Hasta ahora iba al rebufo de una marea, arrastrado por muchas voces que promovían una candidatura que yo encabezara. Pero yo no empujaba ni tiraba. Me dejaba arrastrar. Yo sólo manifestaba mi disponibilidad. Ahora la reitero. Pero si antes yo iba el último, y al rebufo de los demás, ahora seré yo el último en retirarme".
En ese afán no le detendrá la eventualidad de que la división del electorado del centro derecha pueda favorecer al PSOE, que ha gobernado Asturias durante 23 de los 27 años de autonomía: "No lo sé. No lo he medido, Nunca en mis decisiones he medido los costes electorales", replicó.
Muy crítico con la dirección nacional del PP, Cascos sostuvo que "ha quedado meridianamente claro que actualmente a la dirección nacional del PP, Asturias le importa un comino". "Lo menos relevante es lo sucedido con mi indefensión como militante", manifestó el ex vicepresidente del Gobierno. "Lo más grave es el menosprecio demostrado hacia miles de militantes asturianos del PP, hacia muchísimos asturianos de distintas profesiones e ideologías que a lo largo de estos meses han expresado de una manera o de otra su opinión, y hacia Asturias en su conjunto. Las necesidades y los intereses generales de Asturias han importado mucho menos que otros intereses particulares de los miembros de la dirección nacional del PP, y principalmente de su presidente nacional", agregó en referencia a Mariano Rajoy.
Cascos eludió pronunciarse sobre la idoneidad de Rajoy ("Yo ya no estoy en el PP y eso deben decidirlo aquéllos a quienes les afecta") y sólo salió al paso de las opiniones vertidas en la red por el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons. En su perfil en Facebook González Pons sostuvo que "la difícil decisión sobre la candidatura de Asturias es idéntica a miles de decisiones sobre candidaturas" que Cascos "tomó como secretario general (unas veces acertó y otras no) y todos aceptamos que las tomase (...) Ser de un partido es aceptar lo que se decide tanto como se aceptó" cuando lo dirigía, añadió, Álvarez-Cascos. Hoy, éste, le recordó que uno de los beneficiados por sus nombramientos fue Mariano Rajoy.
La "inhibición antiestatutaria" de la dirección nacional y de la Comisión Nacional de Derechos y Garantías tras sus cuatro denuncias sucesivas entre julio y noviembre por impropios y ataques por parte de sus opositores en el PP asturiano, y que, según Cascos, decidieron su marcha hoy del partido "no tiene precedente". "No hubo ni acuse de recibo, ni un llamamiento a poder orden y a que no se repitiera. Las denuncias se bloquearon. Es como si en un partido de fútbol no hay tarjetas. Es evidente que el árbitro ni iba a intervenir", denunció Cascos como desencadenante de su renuncia a continuar en las filas del partido del que fue uno de sus referentes en las últimas décadas.
Todo ello, y el premio y recompensa que para sus atacantes supone la proclamación de la edil ovetense Isabel Pérez-Espinosa como candidata al Principado, entraña, a juicio del ex secretario general del PP, una situación que no tenía más salida que su marcha. Pero ello no supondrá su renuncia a volver a la primera línea de la política activa, tal y como hoy confirmó con un acto que cabe interpretar como el de la fundación de un nuevo movimiento político: "Hay mucha gente con la que tengo contraída una deuda. Antes mi disponibilidad era para el PP y ahora lo es para un grupo de asturianos que se han movilizado y me han motivado. He recibido más apoyos y mensajes de ánimo de lo que yo mismo hubiese imaginado".
Cascos, que mantuvo un tono distendido y amable, y un semblante sonriente, no precisó más detalles de su proyecto de candidatura, cuya formalización dependerá, dijo, del respaldo que encuentre entre quienes hasta ahora lo han jaleado y animado a volver a la política activa. "El compromiso, la referencia, está en las personas que compartan conmigo este anhelo y esta ilusión, la valentía y las ganas de trabajar". Es, dijo, "un reto gigantesco devolver a nuestro país a la primera división de la política y de la economía españolas".
A esta tarea va a volcarse ahora. A hacer recuentos de fuerzas y a vertebrar un movimiento que hasta ahora se presentaba como una suma de voluntades espontáneas de personas voluntariosas. "Más allá de la gratitud, tenía y mantengo con todas ellas un deber de corresponsabilidad en el compromiso de impulsar un cambio de rumbo en el escenario político de Asturias".
"Lo sucedido en los últimos días no ha afectado en lo más mínimo a mi disponibilidad para abordar la tarea de recuperar el orgullo de ser asturianos, ni he dudado un minuto en mantenerla ante todos cuantos siguen creyendo que puedo ser útil para sumar en tan honroso proyecto", abundó Cascos. "Vale la pena el esfuerzo para recuperar el orgullo de ser asturianos. Por mí no va a quedar", sentenció.
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