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SI YO TE CONTARA ... HISTORIAS DE LOS LECTORES
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Las satisfacciones personales no dan de comer

Quizá el problema sea la educación que se da a los hijos. Quizá no se nos debió alentar a estudiar lo que nos gustaba. Quizá el sistema no deba ofrecer estudios inútiles sin salidas.

Me licencié en junio en Estudios de Asia Oriental, por la rama de China. Es decir, si hablamos de un suponer, soy sinóloga. No suelo referirme así a ello pues en España esta palabra "no existe", ya que nadie conoce su significado. Puede decírsele a un francés, a un alemán o a un británico con una educación media-superior, pero no a un español. Porque estos europeos llevan mirando a Asia (es más, al resto del Mundo) desde hace más de un siglo. Por lo tanto, aunque existen estos estudios en nuestro país, no se me ofrecen becas en empresas o instituciones, ni siquiera las que se dedican a asuntos en este campo. Cuando es una institución cultural o académica, la endogamia, el enchufe y el amiguismo priman. Cuando es un organismo del Estado, las becas suelen ser para economistas, abogados (aunque no hablen la lengua correspondiente) o para estudiantes que aún están matriculados en último curso. Es más, como son estudios humanísticos, a pesar de que hablo chino (inglés y alemán también) no sirven para absolutamente nada. O esa es la sensación que tengo. O la sensación que tenemos todos los estudiantes (estudiosos) de letras puras. Solíamos ser gente con ilusión, con vocación, con muchísimo interés en nuestras disciplinas y superponíamos estos parámetros al de encontrar un trabajo que nos diera dinero fácil. Porque para nosotros primaba la satisfacción personal y el poder compartir nuestras conclusiones sobre el mundo. Bien sabíamos que iba a ser dificil, pero confiábamos en nuestro tesón y en nuestras capacidades, que a día de hoy, el funcionamiento del sistema me ha hecho incluso empezar a desconfiar de que las mías existan o sean tales.

Quizá el problema resida en la educación que se ha dado a los hijos. Quizá no se nos debió alentar a estudiar lo que nos gustaba. Quizá el sistema no deba ofrecer estudios inútiles que no tienen salidas reales. ¿Qué necesidad tiene el sistema de educar individuos frustrados e infelices? Se nos ha engañado. Se nos ha mentido. Y después se nos ha abandonado a nuestra suerte. Lo peor no es que seamos escépticos a todo, sino que ya no pedimos nada. No queremos nada, pues no existe la posibilidad de conseguir más que eso; nada. Yo lo tengo muy claro, si lo hubiera sabido no estudio y eso que les agradezco infinitamente a mis padres el habérmelo facilitado tanto. Porque sí, da satisfacciones personales, pero las satisfacciones personales no dan de comer. No pagan el alquiler... no permiten una vida independiente. Se nos dice que en tiempos de crisis sigamos estudiando. Pero esta "solución" no es para que nos formemos más, lo que supuestamente da más oportunidades, sino que es para ralentizar el problema de una nueva avalancha de titulados en paro. Por otra parte, ¿para qué seguir estudiando cuando no hay objetivos, no hay la más remota posibilidad?

Mi intención era estudiar un máster (por supuesto dentro de mi campo) y escribir una tésis, pero, ¿a quién le interesa el budismo en la antigua Ruta de la Seda?. ¿Estudio un máster en cualquier cosa que no me interese lo más mínimo, más dirigida al mercado y que igualmente no me asegure absolutamente nada? ¿Y si lo hago, qué estudio?

Mi única posibilidad por el momento es irme a enseñar español a una universidad en China, lo cual no tiene absolutamente nada que ver con lo mío, pero por lo menos, me facilita el contacto con el país. Quizá lo haga, pero ¿qué porvenir me espera? ¿Y si después, cuando se acabe la beca de lectorado en el caso de que me la den tengo que volver a España? ¿Cuál es mi futuro?

A día de hoy estoy estudiando para sacarme todos los títulos de idiomas que pueda y que me faltan ahora mismo, porque durante la carrera no he podido por absoluta falta de tiempo. Por mucha experiencia que piden en las empresas (perfiles de tropecientos títulos más mínimo dos años de experiencia, la mayoría), es imposible pasarse la vida estudiando, tener 25.000 títulos y además tener experiencia laboral. No sé qué haré, pues el sueño del máster, que además de caro en sí mismo -más gastos de residencia fuera de casa de mis padres y en un país extranjero por obligación, pues en España no existe nada en este campo, con unos sueldos mucho más altos que los españoles y consecuentemente unos precios más altos- sería completamente inútil pues no lo necesito para trabajar en un supermercado, me hace replantearme si no será mejor empezar a buscar un trabajo cualquiera para tener "experiencia" doblando camisetas o colocando yogures, atendiendo en probadores o en cajas registradoras. Eso sí, en cuatro lenguas diferentes.

O quizá me vaya para siempre a cualquier lugar, como están haciendo muchos, y cuando este país se quede entero como la estepa castellana, entonces que lloren, que les diremos"adiós" desde lejos en todas las lenguas de la Tierra.

*Este lector ha pedido que su nombre no se publique.

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