Marruecos y España normalizan sus relaciones diplomáticas tras 15 meses de crisis

El embajador de España en Marruecos, Fernando Arias-Salgado, y de Marruecos en España, Abdesalam Baraka, ya están de nuevo en sus puestos. Tras quince meses de crisis, Madrid y Rabat han restablecido hoy sus relaciones diplomáticas, tal y como anunciaron la pasada semana el rey Mohamed VI y la ministra de Exteriores de España, Ana Palacio.

La crisis comenzó el 27 de octubre de 2001, en principio por el fracaso de la negociación pesquera, cuando Rabat llamó a consulta al jefe de su misión en Madrid. El problema de la inmigración, el contencioso de Ceuta y Melilla y, sobre todo, la invasión por Rabat de la isla Perejil, y su posterior desalojo por el Ejército español, tensaron al máximo la situación. Precisamente ese último episodio -la crisis del islote- llevó al Ejecutivo español a retirar también a su embajador en el país vecino el 16 de julio de 2002.

"La vuelta de los embajadores no es una meta, es un punto de partida. Lo importante es la voluntad política compartida de empezar a escribir un nuevo libro en nuestras relaciones y no simplemente pasar página", afirmó Ana Palacio al término de la entrevista que celebró en Marruecos la pasada semana con el primer ministro marroquí, Driss Yetú.

Con un espíritu similar, en una recepción de bienvenida ofrecida anoche en su residencia, Arias- Salgado expresó su "satisfacción personal y profesional de volver a Rabat" para incorporarme a su puesto. El embajador ha hablado de un "renovado brío" en las relaciones bilaterales y ha afirmado que ahora se abre "una nueva ocasión" para España y Marruecos de "buscar objetivos que consoliden la amistad, la cooperación y la buena vecindad".