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Formación

Los robots no son el enemigo, sino un aliado en Amazon

Entre 2016 y 2030, según la OCDE, la tecnología va a destruir en España 1,6 millones de empleos y crear 2,3. La compañía forma a los trabajadores que no encuentra

Elisa Silió
El equipo de formación continua de la planta de Amazon en Illescas (Toledo), el pasado mayo.
El equipo de formación continua de la planta de Amazon en Illescas (Toledo), el pasado mayo.Miguel Rubii

La sociedad española reprocha a la Universidad no ajustar su oferta a las necesidades de la empresa, pero ¿puede estar la docencia tan pegada a la realidad? “La tecnología que usamos hoy no es la que usaremos dentro de un año y medio, así que el ciclo formativo es casi constante”, resume el ingeniero Iñaki Ugarte, director general de la filial que coordina las nueve centrales logísticas de Amazon en España, mientras enseña a este diario la de Illescas (Toledo).

Según el barómetro de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (FCyD), conformado por grandes compañías, el 48% de los españoles cree que hay un decalaje con las necesidades del mercado y un 39% considera que no renta el tiempo y el coste de estudiar una carrera. Mientras que al 53% de los jóvenes españoles les preocupa en el informe Por qué estudiamos haber elegido un itinerario formativo que en el futuro pueda ser sustituido por la tecnología. Los cambios tecnológicos son tan trepidantes que no parece que los planes de estudios vayan a estar nunca a la última. Los cursos de reciclaje de menos de 150 horas que van a ofertar las universidades ―conocidos como microcredenciales― o una visita a un centro logístico de Amazon ilustran cómo está cambiando inexorablemente el panorama de la formación continua en España.

Según una estimación de la OCDE, entre 2016 y 2030 se perderán en España 1,6 millones de empleos suplidos por la tecnología, pero a su vez se crearán otros 2,3 millones, con un saldo neto de 672.000 puestos más. Van a sobrar contables, auditores, técnicos de nóminas y analistas financieros, y van a faltar especialistas en internet de las cosas, ciberseguridad, inteligencia artificial y comercio electrónico.

“Nuestro gran reto en España es formar o recualificar a los trabajadores para los nuevos puestos. Yo estoy convencido de que los robots no van a sustituir a las personas, ni la inteligencia artificial. Tendremos que hacer otras cosas”, reflexiona Iñaqui López, catedrático de organización de empresas de la Universidad Complutense, presente en la visita a la planta toledana. “La Universidad, como dice el ministro Subirats, ya no va a servir solo para que chicos de 18 años se saquen un grado, sino para que se recualifiquen los empleados. Hay evidencias de que los países más competitivos, con mayor índice de desarrollo industrial y más presencia de robots en la industria, son los que más van a crecer”.

“Se ve que Amazon está automatizando muchos puestos y está creando otros que no requieren una cualificación excesiva y que forman ellos. Se necesita gente en los puestos que los robots no hacen los movimientos”, prosigue el catedrático López. “No hay que tener miedo. La Revolución Industrial con el telar y la máquina de vapor causaron cambios más duros que afectaron a toda la estructura social”.

Amazon, que llegó a España hace algo más de una década, no encuentra todos los perfiles que necesita y se encarga de formar desde sus inicios o reciclar a quienes ya tienen probada trayectoria. “Buscamos a gente que no tiene todavía experiencia profesional, pero sí una forma de ver las cosas, de ver la vida y de enfrentarse a los problemas que nos guste. Tenemos, por ejemplo, el programa Apprenticeship, que forma perfiles del entorno de la mecánica, la mecatrónica (mantenimiento industrial) y la robótica, que son los mercados donde hay una mayor competencia por conseguir talento”, explica Ugarte.

La aprendiz en Amazon Lucía Galve, experta en programación industrial.
La aprendiz en Amazon Lucía Galve, experta en programación industrial.Amazon

Lucía Galve, de 24 años, termina ahora de ser aprendiz y volverá con un contrato fijo en Amazon a Zaragoza, su ciudad, donde se graduó en Ingeniería Electrónica Automática. La Universidad de Sevilla le propuso compatibilizar el máster que iba a cursar en este campo con unas prácticas remuneradas en Amazon. Le atrajo la idea y se presentó al proceso de selección. La compañía eligió por toda España a dos ingenieras y tres ingenieros que durante el primer año del máster pasaron media jornada en una de sus sedes y media en la facultad, y el segundo curso todo el tiempo en la compañía.

“Además, hay otra formación externa, que se compagina con todo lo que ya hemos estudiado en el máster y en la carrera”, explica por teléfono Galve, que ha tenido que desplazarse unas semanas a Madrid y Barcelona para completar su preparación. “Apprenticeship permite captar diversidad en rango de edades, formas de ver la vida y también diversidad de género. Ahora están saliendo un 40% de mujeres. En el campo de la mecánica, la mecatrónica y la robótica es un cambio abismal”, se felicita Ugarte, que se incorporó a la compañía también con un plan dirigido a graduados con MBA. Amazon España tiene 22.000 empleados fijos y pretenden alcanzar los 25.000 en 2025.

Galve reconoce que nunca la Universidad podrá proveer de una formación tan especializada. “Hay tantos lenguajes de programación disponibles en el mercado que es imposible que te enseñen todos”, razona. Empezaron la carrera 200 alumnos, la terminaron 30 y calcula que apenas cinco o seis eran mujeres. “Un profesor en Zaragoza nos dijo que en la carrera no nos enseñaban lo que teníamos que saber para trabajar, sino a aprender fácilmente lo que nos iba a servir para trabajar. Me marcó”. A la larga, a Lucía Galve le gustaría cambiarse de puesto dentro de Amazon, que lo promueve, e incluso cambiarse de ciudad. ”Cuanto más te muevas, más aprendes”, sostiene. La ingeniera podría acogerse a Career Choice, otro programa que, según la empresa, “proporciona a los empleados las herramientas que necesitan para alcanzar sus aspiraciones profesionales dentro o fuera de la compañía”. En la actualidad se benefician 50.000 trabajadores en 14 países. El programa cubre el 95% de los gastos de matrícula y libros.

En la planta de Illescas hay más trabajadores que trabajadoras, pero la diferencia no es llamativa y en la cúpula de gestión muchas mujeres ocupan los puestos más altos. La compañía fuerza que así sea. “Nosotros como sociedad somos diversos y creemos que vas a estar más cerca del cliente cuanto más diverso seas como empresa. Los servicios cambian a un ritmo muy rápido y la forma de evolucionar es trabajando dentro de esa diversidad”, razona Ugarte.

Pero la diversidad no se logra en todos los sectores y a Amazon le preocupa. “En la logística hay un 22% de mujeres y en mecánica y la automatización por debajo del 10%. Hay un techo de cristal que, si uno intenta romper de la manera tradicional, no se consigue, porque es una pescadilla que se muerde la cola. Si buscas un perfil con esa experiencia, es predominantemente masculino”, reconoce Ugarte.

Un trabajador del departamento de mantenimiento revisa un robot de la planta de Amazon en Illescas (Toledo), el pasado mayo.
Un trabajador del departamento de mantenimiento revisa un robot de la planta de Amazon en Illescas (Toledo), el pasado mayo.Miguel Rubii

En el taller de mantenimiento de robótica de Illescas ―que parece de Fórmula 1― los primeros técnicos se formaron en Sevilla durante dos meses. Ahora, con la experiencia en robótica asentada, forman a los que van entrando: una semana de teoría y mínimo una de práctica y luego un examen certifica los conocimientos. Cada máquina tiene una capacitación específica para cada perfil, por lo que el número de programas es incalculable.

“En España formamos muy bien, sobre todo a ingenieros. Como van a necesitar estos perfiles Alemania, Reino Unido, Estados Unidos..., no vamos a dar abasto para formar a tanta gente en tan poco tiempo”, señala Iñaqui López. “Y eso puede generar un problema importante: que nuestro talento se vaya fuera”.

“El sistema formativo español estructura muy bien la cabeza, por eso enviamos mucho talento fuera”, reconoce Ugarte. “La gente está muy capacitada para adaptarse”, prosigue. “Pero creo que hay un debe: adaptar el sistema educativo a las nuevas necesidades formativas. No es bueno enseñando a comunicar el desarrollo de habilidades blandas [capacidad de análisis, organización, resolución de conflictos o trabajo en equipo]; y es muy importante en un entorno cambiante, donde los trabajos de hoy son diferentes de los de ayer y van a ser diferentes de los de mañana”. Unas destrezas blandas que, como la diversidad, Amazon tampoco olvida y son objeto de programas de formación online. No descansan.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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