Al campus desde la FP: el 13,2% de los estudiantes recién llegados a la universidad son titulados en ciclos superiores
Más de un tercio de los alumnos que terminan una formación profesional de grado superior en las ramas de actividades deportivas y servicios socioculturales se matriculan al año siguiente en un grado
Los caminos que llevan hasta la universidad no son infinitos, pero sí variados. Aparte del recorrido clásico que pasa por el Bachillerato y la Selectividad, y de los más alternativos de las pruebas específicas de acceso para mayores de 25 y 40 años, el título de Formación Profesional de grado superior es desde hace años una importante vía de entrada. Este curso que está a punto de terminar, el 13,2% de los alumnos recién llegados a los campus procedían de la FP, la proporción más alta desde 2012-2013 (entonces fueron el 11,4%), el primer año disponible en la estadística facilitada por el Ministerio de Universidades.
De hecho, las estadísticas también apuntan a que una parte nada desdeñable de los estudiantes se plantean los estudios de FP superior, principalmente, como un peldaño en su camino hacia el campus: uno de cada cinco titulados se matricula en algún grado universitario al año siguiente de sacarse el ciclo de grado superior. Y la cifra supera ampliamente el tercio de los titulados en algunas ramas profesionales: en la de Actividades físicas y deportivas ha oscilado entre 2016 y 2020 del 34,4% al 39,9%; y en la de Servicios Socioculturales y a la Comunidad (donde se enmarcan ciclos como Técnico en Educación infantil o en Integración Social), del 37,6% al 38%, según los datos del Ministerio de Educación sobre el seguimiento de los graduados en Formación Profesional.
La FP superior ha superado ya hace años el estigma de enseñanza de segunda que tradicionalmente ha pesado sobre estos estudios. Lo ha conseguido en gran parte gracias a las perspectivas profesionales que abre (el 22,7% de las ofertadas publicadas en 2020 estaban dirigidas a estos titulados, según un informe de Adecco) y a las posibilidades que dan para seguir formándose, ya que sus ciclos, una vez aprobados, dan acceso directo a la universidad. Hasta 2010, en cada carrera se establecía un cupo reservado a los alumnos procedentes de la FP superior, pero desde entonces compiten con su nota media por las mismas plazas que los bachilleres recién titulados que llegan por la vía de la Selectividad. Los procedentes de formación profesional también pueden presentarse a los exámenes voluntarios de la Evau para subir nota (ejercicios siempre sobre asignaturas de Bachillerato); el año pasado lo hicieron 21.597, un 70% más que en 2015 (12.774).
En todo caso, esa cifra no es la de todos los que llegan cada año a la universidad desde FP, pues quienes aspiren a una carrera con una nota de corte baja o a un campus privado (donde el aprobado es suficiente para entrar en la inmensa mayoría de los casos), se pueden ahorrar perfectamente la Selectividad. De hecho, en este curso que está a punto de terminar, entraron desde FP 45.839 estudiantes que supusieron ese 13,2% de todos los recién llegados. Cuando se eliminó el cupo reservado para la vía de acceso de FP, entre 2010 y 2011, el porcentaje saltó de un año para otro del 9,8% al 14,5%. Sin embargo, la cifra se estabilizó entre el 11% y el 12% hasta el año pasado, 2020-2021, el primero que arrancaba en mitad de la pandemia, que subió al 12,5%, para volver a crecer al año siguiente hasta el 13,2%. El responsable de FP de la Federación de Enseñanza de CC OO, Rodrigo Plaza, señala que detrás de esas cifras está con toda seguridad el aumento del número de aprobados (las Administraciones acordaron levantar la mano a la hora de evaluar para compensar las dificultades ocasionadas por las medidas de confinamiento) y el empeoramiento de las cifras del paro por la crisis sanitaria; si no hay empleo, parece mejor idea seguir estudiando que quedarse en casa.
Educación física, Magisterio y carreras sanitarias
El detalle de la estadística oficial solo permite saber, por áreas de conocimiento y para las universidades públicas presenciales, a qué tipo de carreras se dirigen los titulados en FP. En todo caso, los datos cuadran con el ámbito de procedencia de los graduados, pues más de la mitad están en carreras de Ciencias Sociales y Jurídicas, donde se encuadran las titulaciones más relacionadas con los ciclos de Servicios Socioculturales y a la Comunidad y Actividades Físicas y Deportivas. De hecho, si bajamos más al detalle de la mano de un estudio en la Complutense sobre los alumnos de que empezaron la carrera en 2017, se puede ver que las cifras más altas de estudiantes nuevos que no venían del Bachillerato estaban en las facultades de Trabajo Social (39,7% del total) y Educación (25,3%). La Complutense no ofrece la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, conocida tradicionalmente como INEF.
Pero el proceso que conduce a este grado es algo que tienen perfectamente identificado desde hace tiempo en los centros de FP. Luis García Domínguez, director del Instituto Público Puerta Bonita de Madrid, presidente de la asociación FP-Empresa y miembro del Comité Español de la Asociación Europea de Centros de FP, lo explica así: “Son chicos que han venido de Bachillerato con una nota baja, o que llegan desde una FP de grado medio [a la que se accede después de la enseñanza obligatoria], a los que va a ser muy difícil entrar directamente en el grado de INEF y, de alguna manera, por este camino evitan la Evau”. Y añade: “También hay quien hace este tipo de ciclos deportivos que no quiere ejercer en este ámbito, sino acceder a una oposición de policía o de bombero. Pero al terminar, en un momento dado, se sienten con fuerzas y deciden seguir porque consideran que una carrera universitaria les va a abrir más puertas”.
Tanto este ámbito como el de Servicios Socioculturales —“También es común estudiar el ciclo de educación Infantil para seguir después con Magisterio”, dice García Domínguez— comparten asimismo que su grado de inserción laboral no es tan alto como en otras ramas, añade. Otros ciclos en los que muchos alumnos empiezan con un ojo ya puesto en la universidad, termina, son los del ámbito sanitario. Con cifras más moderadas, las estadísticas también respaldan esta percepción: entre 23,7% y el 26,9% de los titulados entre 2016 y 2020 se matricularon al curso siguiente en la universidad. Y las cifras oficiales del ministerio señalan que el 17,8% de los recién llegados este curso a las carreras de Ciencias de la Salud de las universidades públicas presenciales procedían de FP.
En las privadas, de las que no hay cifras desagregadas, las proporciones podrían ser incluso mayores en algunos ámbitos, teniendo en cuenta que la nota media de acceso no suele ser un problema y que muchos de estos campus son menos reticentes que los públicos a convalidar, como contempla la ley, una parte de lo aprendido ya durante los estudios de FP. “Mientras en las universidades públicas el promedio se sitúa entre 15 y 26 créditos reconocidos (con un máximo de 54 créditos en una titulación), las universidades privadas se mueven entre 36 y 39 créditos, llegando en una de ellas a los 90 créditos”, dice un trabajo coordinado en 2020 por el profesor emérito de la Politécnica de Madrid Francisco Michavila bajo el título La relación entre la Formación Profesional y la Universidad.
De hecho, cada vez más campus privados que ofrecen títulos de FP de grado superior a través de fundaciones señalan de antemano vías consecutivas de ciclos de FP y carreras con las correspondientes convalidaciones, apunta Rodrigo Plaza. Entre las recomendaciones del trabajo de Michavila, está la de “establecer criterios objetivos para que las universidades y centros de FP de grado superior determinen las materias y el alcance de los reconocimientos” y, en general, buscar fórmulas claras de convalidaciones tanto para los titulados de ciclos formativos que cursan una carrera como para los titulados universitarios que estudian FP superior, que también los hay.
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