Pedro Luis Fernández (GAM): “Reivindico las comidas de trabajo: resolver problemas en torno a una mesa o a una botella de vino es muy sano”
El presidente de GAM sigue jugando al fútbol con la misma cuadrilla desde hace más de 20 años y le gusta ir en kayak por la Ría de Villaviciosa (Asturias)
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Pedro Luis Fernández (Oviedo, 1965) es presidente y consejero delegado de General de Alquiler de Maquinaria (GAM), una empresa de alquiler de maquinaria pesada, fundada en 2003 y que hoy en día ya es una multinacional presente en diez países y cuatro continentes. Nada de eso ha alejado a Fernández de su tierra, de su cultura asturiana y de su entorno más inmediato, en los que practica una de sus obsesiones: aprender a relacionarse desde la convivencia y sin el conflicto.
Pregunta. ¿Quién es usted fuera de la oficina?
Respuesta. No sé yo si ese es el tema que más le puede interesar a sus lectores (ríe). Tampoco soy de esa clase de personas que pasan todos los fines de semana escalando o navegando.
P. ¿Puede usted desconectar del trabajo?
R. No es fácil. Siempre me costó. Aunque con el paso del tiempo he logrado que me cueste un poquito menos hoy. A lo mejor hace 20 años me costaba más y aún me sigue costando hoy, pero bueno, hago mis esfuerzos para mejorar eso.
P. ¿Y qué tiene usted en la cabeza en sus momentos de ocio?
R. Como le comenté, me cuesta un poquito desconectar. Lo hago a base de meter actividad. Andando en bicicleta, recorriendo el monte, cuando estoy con mi familia o estoy con mi cuadrilla del fútbol ya consigo desconectar. Y lo primero que me viene a la cabeza cuando lo consigo es que me siento un poco más libre. Me gusta mucho mi trabajo, pero no deja de tener unas connotaciones de atadura.
P. Me ha dicho que aprovecha para jugar al fútbol…
R. Sí, llevo más de veinte años jugando con la misma peña, en campo grande y si puedo, que muchas veces no lo consigo, trato de jugar dos días a la semana. Y además eso me obliga a mantenerme un poco en forma. Pero también soy asturiano y me gusta pasear por el monte y la bicicleta. E incluso hacer kayak. Eso es lo que más hago, pero también mucho encuentro con la familia y con los amigos, lo que ya va siempre relacionado con temas gastronómicos.
P. GAM se dedica al alquiler de maquinaria pesada, ¿es usted muy leñero jugando al fútbol?
R. ¡Eso decían! Ahora ya no porque yo creo que ya no llego. En cualquier caso, yo nunca me consideré leñero, eran mis compañeros quienes decían eso. Debe haber alguna asintonía entre la realidad y me percepción (ríe) pero a mis 59 años ya no llego a nada, ¡ni al choque llego! Ya no tengo la velocidad para llegar al choque.
P. ¿Tiene alguna ruta favorita para ir en kayak?
R. ¡Soy casi monotemático! Hago la Ría de Villaviciosa, subiendo desde la desembocadura hasta Villaviciosa, casi cinco kilómetros. Siempre tengo pendiente hacer nuevas rutas en otros ríos, pero al final no me canso de la mía. En el Norte las mareas son tan cambiantes y varían tanto el paisaje, que siempre descubres cosas nuevas pasando por el mismo sitio… cambia tanto el paisaje que no hay dos días en los que salgas y veas lo mismo.
P. ¿Y qué es preferible: un buen libro o un buen plato de comida asturiana?
R. Son absolutamente compatibles, ¡aunque no a la vez! Y hay que dedicar su tiempo a ambos. Para mí son igualmente cultura. Los libros (no leo muchas novelas, más bien ensayos) a mí me ayudan muchísimo, no solo a desconectar, sino a pensar, a crecer, a aprender… Pero con la gastronomía puede pasar exactamente lo mismo y, además, es la celebración del espacio y de la convivencia; esos momentos de compartir, de hablar, de atrevimiento quizás. Es ese disfrute donde hablas, donde compartes, donde te sinceras… Y quiero reivindicar algo que hemos denostado, que son las comidas de negocios. Cuando yo empecé había un poco más de cultura de eso y hasta un cierto orgullo. Y no necesariamente es malo arreglar problemas, resolver conflictos en torno a una mesa o a una botella de vino. Puede ser un ejercicio muy sano.
P. Y quitando el trabajo, ¿cuál es su tema de conversación favorito en la mesa?
R. ¡Tengo muchos! Desde la geopolítica a otros temas clásicos, pasando por los asuntos de mis hijas, que me gusta mucho escuchar, celebrando la normalidad y la vida familiar. Y hay temas recurrentes, como el fútbol, la geopolítica y la política que, lamentablemente, tiene también su protagonismo. En parte porque la gente espera de ti que hables de política, de mercados, de la actualidad.
P. Le voy a poner en un compromiso mayor que hablar de política, ¿con qué plato de la comida asturiana se quedaría usted?
R. Me gusta mucho la fabada, me gusta mucho el marisco… pero la verdad es que siempre vuelvo a la fabada y al pote asturiano, aunque el pote sea menos conocido.
P. Me ha dicho que lee poca ficción, ¿tiene alguna preferencia dentro del ensayo?
R. Tengo una preferencia que combina ambas cosas, que es Amin Maalouf. De él me he leído todos, o casi todos sus libros, sean ensayo o novela. Disfruto mucho aprendiendo y su obra me enseña mucho. Aunque estoy dispuesto a aprender de todo y me interesan muchos temas.
P. O sea, que se podría leer un libro de casi cualquier cosa...
R. No, no, ya no. Antes, por mi educación, me forzaba a acabarme cualquier libro que empezara y me he tenido que tragar cosas que no me han gustado mucho. Ahora empiezo libros y si no me gustan, los dejo y me voy a otros.
P. ¿Lee libros de autoayuda para ejecutivos?
R. He de reconocer que con el tiempo los libros acerca de directivos me aburren un poquito. Prefiero leer más ensayos.
P. ¿Hay un exceso de teoría en esos libros?
R. Hay un exceso de modas. Las modas en el management han costado muchos miles de millones a las empresas. Hay que tener cuidado con ellas y llevarlas al extremo tiene mucho coste.
P. ¿Qué tema le suele obsesionar en los momentos en los que no tiene nada que hacer?
R. Me preocupa mucho el conflicto permanente en el que parece que vivimos. Y digo que parece porque no creo que sea tal y como muchas veces aparece reflejado en las noticias o en las redes sociales. Pero me preocupa y me hace pensar mucho que haya personas que crean que solo te puedes relacionar a través del conflicto, ya sea político, deportivo o por buscar siempre fijarse en lo que nos separa y no en lo que nos une.
P. ¿Tiene algún placer de ocio culpable? ¿Alguna vez se le ha escapado el botón en el mando y se ha puesto un reality?
R. Yo con el mando de la tele soy terriblemente impaciente, soy un obseso de estar buscando cosas todo el rato y me paro muy poco. Hago zapping hasta con las plataformas, tengo muy poca paciencia con los argumentos que no avanzan. Pero las pocas series que me enganchan las disfruto mucho. Ahora estoy con La Vida Breve (Movistar).
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