Lagarde no está por la labor de cambiar
La subida de tipos evidencia que para el BCE acabar con la inflación es más importante que ayudar a los bancos
El Banco Central Europeo (BCE), atrapado entre la espada de la alta inflación y la pared de los temores bancarios, ha optado por el camino más peligroso. Los altos cargos de Fráncfort han esgrimido que los precios al consumo obstinadamente altos son la razón para seguir adelante con su incremento previsto de 50 puntos básicos, llevando la facilidad de depósito hasta el 3% y los tipos de interés hasta el 3,5%. La inestabilidad financiera y una economía en desaceleración pueden persuadirlos pronto para que opten por un camino más suave. Durante su rueda de prensa, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, se esforzó por distinguir entre los dos cometidos principales de la institución: combatir la inflación y garantizar la estabilidad financiera. En cuanto al primero, el banco central espera ahora que los precios al consumo, excluyendo la energía y los alimentos, aumenten un 4,6% en 2023, más del doble de su objetivo del 2% y por encima del 4,2% previsto en diciembre. Y en cuanto al segundo, Lagarde elogió las reformas bancarias implementadas desde la crisis financiera de 2008, subrayó que no había escasez de liquidez entre las entidades crediticias europeas y afirmó que el BCE estaba listo para recurrir a su gran “caja de herramientas”. En menos de una semana, dos grandes bancos centrales —la Reserva Federal de EE UU y el Banco Nacional de Suiza— han tenido que tomar medidas para evitar una crisis bancaria más amplia, pero el mensaje del BCE estaba claro. Por el momento, acabar con la inflación es más importante que ayudar a los bancos.
Sin embargo, los dos cometidos podrían converger pronto. El ajuste monetario que ha provocado que los tipos de interés alcancen su nivel más alto desde 2008 en ocho meses lastrará el crecimiento de la zona euro en 2024 y 2025. Lagarde lo confirmó al declarar que la gran subida de los tipos se empieza a notar en la economía real, con unas hipotecas más caras y unos préstamos a las empresas más estrictos.
La escasa reacción de las acciones de los bancos europeos ante la subida de tipos, y el hecho de que la próxima decisión no tenga que adoptarse hasta mayo, le da al BCE algo de tiempo para plantearse si ceja en su empeño de subir los tipos. Si surgen más problemas bancarios, o la economía se ralentiza más, Lagarde podría verse obligada a hacerlo.
PARA MÁS INFORMACIÓN: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM. Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PAÍS
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