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Madrid, la nueva Miami: así se han hecho con la capital los ricos latinoamericanos

La ciudad está de moda y llega mucha inversión, pero se eleva el riesgo de gentrificación en los barrios y los precios se disparan

Vistas panorámicas de Madrid desde la azotea del Círculo de Bellas Artes.
Vistas panorámicas de Madrid desde la azotea del Círculo de Bellas Artes.Álvaro García

Cada vez suenan más acentos del español en Madrid, que se ha convertido en la Miami europea en muy poco tiempo. La capital española rivaliza con la ciudad del sur de Florida, tradicional destino de los millonarios latinoamericanos para expandir sus empresas y dar refugio a su capital. “Madrid está de moda en Latinoamérica. Desde la pandemia es muy conocida por haber mantenido la actividad, por sus buenas infraestructuras, transportes y su seguridad. Y porque el Gobierno regional quita trabas a las empresas que se instalen aquí”, saca pecho el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio. La inversión latinoamericana en la región desde 2008 asciende a 12.044 millones de euros, según la Consejería de Economía.

A la capital han llegado en los últimos años acaudalados empresarios venezolanos, mexicanos, colombianos y peruanos, cuyo ritmo de éxodo siempre está marcado por la agitación política en sus países de origen. Madrid les sienta como un guante. Comen en los restaurantes de moda de la calle de Jorge Juan, compran ropa y joyas en las tiendas de lujo de Serrano, adquieren viviendas rehabilitadas a una media de 12.000 euros el metro cuadrado y costean las mejores escuelas de negocios para sus hijos. Muchos de estos ricos han fijado su residencia en la ciudad, siendo el barrio de Salamanca —el más caro de Madrid—, su referencia. Allí residen más de 2.000 venezolanos y más de 1.100 colombianos, sobre todo en el área de Goya.

La regeneración de este núcleo y sus edificios ha sido apabullante, pero de forma paralela ha provocado un acusado proceso de gentrificación y encarecimiento de las casas. “El precio en el barrio de Salamanca se ha incrementado un 100% desde 2013, pasando de 6.000 a 12.000 euros el metro cuadrado”, señala Luis Valdés, director de Residencial en Colliers International. Mar Espinar, portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid, opina que “atraer inversión extranjera está bien, el problema es gobernar pensando en esa inversión privada y convertir Madrid en un parque de atracciones, olvidándote del resto de barrios”.

Primer aterrizaje

A comienzos de la década de 2000 aterrizaron las primeras fortunas venezolanas (algunas procedentes del chavismo). No es casualidad que el barrio de Salamanca haya sido bautizado como Little Caracas (la pequeña Caracas), según Alberto Pérez Levy, presidente de la Asociación Civil Venezolanos en España. Esto generó un fuerte efecto llamada que, en los últimos tres años, ha atraído a mexicanos, colombianos y peruanos con alto poder adquisitivo. Algunos ejemplos son el expresidente mexicano Peña Nieto o los venezolanos Capriles (Gran Roque Capital) y Alejandro Betancourt (Hawkers). También el peruano Paul Mulder, consejero delegado de Emefin (Kiwoko y Tiendanimal), o el brasileño Frédéric Lévy (Havaianas).

Que las grandes fortunas fijen su residencia en Madrid no es más que la consecuencia de la creciente inversión latinoamericana que ha llegado a España en los últimos años. Antes, a ojos del capital hispano, solo existían Miami y Nueva York. A las empresas se les había pasado un elefante por delante y no lo habían visto. Hoy, no hay compañía, family offices, start-up o inversor tradicional que no haya aterrizado ya en la capital o se esté planteando hacerlo.

España —Madrid concentra en torno al 70% de toda la inversión extranjera que llega al país—, es la puerta de entrada a Europa para estas empresas. Es el segundo destino de inversión latinoamericana en el mundo, solo por detrás de EE UU. En la última década, el país acumula inversiones directas por 32.915 millones de euros, con un crecimiento del 99% de 2010 a 2020, calcula Adrián Blanco Estévez, responsable del departamento Latam Desk en ICEX-Invest in Spain. La inversión acumulada desde 1993, en que se inicia la serie, es de 65.618 millones. “Es un destino fundamental en la internacionalización de estas compañías y, de hecho, América Latina es ya el cuarto mayor inversor en España”, comenta Carlos Morales, presidente de Madrid Platform, que nace en 2020 con la finalidad de convertir a Madrid en el hub de negocios entre Europa y América Latina. Solo en el primer semestre de 2022, la inversión hispanoamericana en España fue de 626 millones de euros, un 179% más que en el mismo periodo del año anterior, calcula Blanco Estévez. El volumen seguramente es mayor porque hay un gran número de inversiones protagonizadas por family offices latinoamericanos, sobre todo en el sector inmobiliario, donde opera una mayor opacidad y quedan por debajo del radar estadístico. Además, el ICEX contabiliza, a través de datos privados, 23 proyectos de inversión sudamericanos hasta septiembre. “Se va a batir el récord histórico de 24 proyectos”, sostiene Blanco.

México es, de largo, el mayor país inversor, sobre todo en ladrillo. “El stock de inversión del país en España alcanzó los 38.000 millones de dólares, siendo su principal socio latinoamericano, con 500 empresas y más de 50.000 empleos generados”, según datos de la Embajada de México en España.

Calidad de vida y estabilidad política

Las razones por las que Madrid se ha convertido en una capital no oficial de Latinoamérica son diversas: seguridad personal y jurídica, fiscalidad favorable y estabilidad política y económica. También, calidad de vida, ocio, oferta gastronómica y cultural, clima y vuelos directos de Madrid a Ciudad de México, Caracas o Lima, así como a EE UU y el resto de Europa. Se añade la facilidad para obtener la residencia (en 2020 se concedieron 32 Golden Visa a inversores latinos; en 2021 fueron 41, según el Ministerio de Exteriores). Y, sobre todo, precios más asequibles que en Miami. “La vivienda se ha multiplicado por tres o por cuatro en los últimos cinco años”, dice Julio Veloso, socio de Broseta Abogados, con presencia en varios países latinos. “Miami es más caro que Madrid desde cualquier punto de vista y, según el último informe del banco HSBC, los expatriados sitúan a España en el quinto mejor lugar del mundo”, explica Morales.

A esto se une la lengua. “Si dos países comparten idioma, las relaciones de inversión se pueden multiplicar por siete”, según Blanco. Y los lazos históricos y culturales. “Uno de cada cuatro madrileños tiene vínculos directos con América Latina”, de acuerdo con la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid incentiva activamente el título de la Miami de Europa, sobre todo con la bandera de ser “una economía libre y abierta con la menor presión fiscal de España”. Sin embargo, el nuevo impuesto de solidaridad que prepara el Gobierno para las grandes fortunas será un buen termómetro para ver si la inversión se frena. “Es percibido como una barrera muy importante y algunos residentes están pensando en dejar el país”, según Joaquín Giráldez, de Broseta Abogados. Disiente Morales: “La seguridad jurídica y personal es mucho más valorada”.

Edificio rehabilitado por capital mexicano en Marqués de Salamanca, 11.
Edificio rehabilitado por capital mexicano en Marqués de Salamanca, 11. Luis Sevillano
MERCADO INMOBILIARIO

Dueños y señores del barrio de Salamanca

SANDRA LÓPEZ LETÓN

Los ricos latinos se han comprado el barrio de Salamanca. Y, a pesar de la escasez de oferta y la escalada en los precios, el flechazo con Madrid tiene visos de continuar. La devaluación del euro frente al dólar hace más atractiva si cabe la compra. “Muchos clientes nos están pidiendo adelantar los pagos para asegurarse el tipo de cambio”, dice Gabriela Reyes, directora comercial de la promotora mexicana Be Grand en España. “Con la depreciación del euro, los compradores e inversores latinos tienen un 20% más de poder adquisitivo”, recalca Alberto Díaz, director general de Capital Markets de Colliers. Resulta imposible cuantificar cuánto han invertido —la confidencialidad es clave—, pero sí el número aproximado de proyectos. “Han desarrollado más de 60 promociones de pisos de lujo, creando valor en las propiedades que han intervenido y no solo en el barrio de Salamanca, sino también en Chamberí, Chamartín o Centro”, señala Ofelia Núñez, directora de inversión residencial de CBRE.

Los empresarios venezolanos Axel Daniel y Miguel Ángel Capriles, con su vehículo de inversión Gran Roque, fueron pioneros en la construcción de pisos de lujo en el centro de Madrid. En torno a 2013, cuando nadie quería oír hablar del ladrillo, comenzaron a adquirir edificios a precios de derribo que luego reformaron y vendieron por el doble. Compraron a un precio medio de 3.000 euros por metro cuadrado para rehabilitar y esculpieron el barrio a su gusto. “Al principio estaba muy lejos de los que ellos consideraban lujo. Hace una década era impensable hablar de pisos nuevos de 400 o 600 metros en el centro”, dice Luis Valdés, director de Residencial de Colliers.

Miguel Ángel Fernández, director de ventas de Engel & Völkers del barrio de Salamanca, califica lo que ocurrió como “avalancha espectacular de venezolanos, grandes capitales y familias adineradas que compraban en la zona más prime”. Había (y hay) un termómetro: “Cuanto más cerca de la plaza de la Independencia, más caro”, añade.

El grupo Impar, participado por capital latinoamericano y liderado en España por el venezolano Roberto Perri, que llegó a Madrid en 2013, ha entregado este año las viviendas de su edificio en Núñez de Balboa, 86. Aquí está el piso más caro vendido por el grupo: 14.500 euros el metro cuadrado. Han desarrollado 23 proyectos dentro de la M-30 y como Impar Capital, su gestora de capital riesgo, tienen 288 viviendas (entregadas y en ejecución, incluyendo próximamente López de Hoyos, 171). Ahora están haciendo proyectos en Chamberí (Galileo, 9 y 91). Reconoce el empresario venezolano que la falta de edificios para comprar y reformar en el barrio de Salamanca y sus altos precios de venta están afectando al ritmo de salida de nuevos proyectos. “Para poder hacer rentable una operación, no podríamos comprar más allá de 7.000 euros el metro cuadrado para poder vender a 12.000 euros una vez rehabilitado”, dice Perri.

Así, “ante la falta de producto, inversores y compradores se están yendo a la parte alta de Salamanca (pasado Príncipe de Vergara) y al barrio del Retiro, en las calles limítrofes con Menéndez Pelayo. Por ejemplo, en Chamberí —excluyendo Almagro—, los precios son más asequibles: el metro cuadrado cuesta entre 7.000 y 9.000 euros”, cuenta Elena Jori, directora de Inmobiliario de Home Select.

En los últimos tres años, mexicanos, colombianos y peruanos han tomado el testigo. Entre los grupos de capital mexicano está Terralpa, que tiene Marqués de Salamanca, 11, un edificio señorial de 1932 y 16 pisos. La venta del ático en abril marcó un récord: más de 27.800 euros el metro.

Hace apenas un año que llegó Be Grand a Madrid, una de las principales promotoras de pisos de lujo en México con más de 6.000 viviendas vendidas y con una extensa base de clientes que buscan una oportunidad de inversión fuera de su país. “Les ofrecimos Madrid, donde tienen lazos familiares, amigos y negocios, por lo que tuvo muy buena acogida”, dice Reyes. La promotora desarrolla cinco proyectos en España. Uno de ellos son 25 viviendas en un edificio de la calle de Padilla, 66, en el barrio de Salamanca. “En dos días se vendió el primer lote, recibimos 70 depósitos de 2.500 euros para 16 pisos. Recientemente hemos sacado a mercado el segundo lote con nueve viviendas”, dice Reyes. El plan de la promotora es invertir entre 150 y 200 millones de euros (lo que supone compras de entre 300 y 400 millones) en zonas prime de Madrid (también en Málaga) en los próximos cinco años, cuenta Ginés Navarro, director general de la gestora Admara Capital, socio operativo Be Grand en España. El metro cuadrado se vende a 10.000 euros de media.

Los precios del lujo en Madrid son mucho más competitivos que los de Miami, donde un piso equivalente puede llegar a los 20.000 o 22.000 euros el metro. Sin contar “los altísimos gastos de comunidad y el pago anual del impuesto predial (nuestro IBI), que supone entre el 1,5% y el 2% del valor de la propiedad”, cuenta Jori.

El latinoamericano busca edificios clásicos de los siglos XIX y XX rehabilitados, con escaleras y fachadas protegidas, balcones y grandes portales. Es esencial el baño en suite y la cocina integrada al estilo americano. “Las viviendas demandadas suelen tener un mínimo de tres habitaciones y a ser posible con terraza y vistas”, dice Rafael Alamillo, consejero delegado de Home Boutique. Para ellos no hay lujo sin amenities, como en los condominios de Miami: piscina climatizada, spa, gimnasio, baño turco, sala de masajes y belleza.

Torre Caleido, sede del IE University.
Torre Caleido, sede del IE University. Álvaro García
EDUCACIÓN

Formación para las élites

CARMEN SÁNCHEZ SILVA

Con la convicción de que Madrid se ha convertido en la nueva Miami para los latinos, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid y consejero de Educación, Enrique Ossorio, indica que el Gobierno regional se ha trazado ahora como objetivo la educación: “Queremos que Madrid sea el mejor lugar del mundo para los estudiantes hispanos”, sostiene. “Nuestras universidades tienen mucho atractivo para ellos. Primero por el idioma y después porque los títulos cuentan con mucho prestigio en sus países de origen”, asegura.

“De los 32.000 alumnos extranjeros que tenemos, unos 11.000 son de América Latina”, indica el vicepresidente. La comunidad trabaja con las embajadas para la atracción de estos alumnos y anima a las universidades de la región a participar en ferias internacionales. “Queremos que estas cifras crezcan”, agrega Ossorio. Es una de las estrategias para frenar el descenso demográfico que viven las aulas madrileñas.

Tradicionalmente las universidades españolas han sido un destino preferente para los estudiantes hispanoamericanos. Pero en los últimos años su crecimiento se ha disparado: han pasado de 40.285 matriculados en el curso 2015-2016 a los 66.009 del curso 2020-2021, un 64% más en tan solo cinco años, según los últimos datos del Ministerio de Universidades. Un empuje al que han contribuido especialmente los centros privados, que han multiplicado casi por tres el número de alumnos.

Colombianos, ecuatorianos, peruanos, chilenos, venezolanos y argentinos se decantan cada vez más por estudiar en Madrid. Y se aprecia un desplazamiento de su demanda. Si hasta hace poco venían fundamentalmente a cursar másteres y posgrados, hoy son los estudios de grado los que más aumentan. Los egresados latinoamericanos han subido un 82,5% en el último lustro y casi una cuarta parte de ellos se han titulado en centros madrileños. Especialmente en la Universidad Europea, la Complutense e IE.

Según el presidente de IE University, Santiago Íñiguez de Onzoño, los alumnos latinoamericanos representan un 25% del total en su institución, donde cuidan los porcentajes de nacionalidades para contribuir a la diversidad. “Desde que se ha promulgado la ley de emprendedores y otra serie de normas que favorecen la migración de ciudadanos con permiso de residencia o nacionalidad, España se ha convertido en el destino favorito de los inversores y emprendedores latinoamericanos. Solo en 2021 hubo más de 18.000 solicitudes de nacionalidad por parte de ciudadanos mexicanos. La oleada de populismo en sus países ha sido una de las razones fundamentales del cambio”, explica. Y con ellos han llegado sus hijos, que cursan sus estudios en centros como IE.

EE UU desplazado

Íñiguez también dice que España se ha transformado en el primer destino de los estudiantes de América Latina, por delante de Estados Unidos, sobre todo para los mexicanos, chilenos y colombianos. “Se aprecia un desplazamiento desde el Gobierno de Donald Trump, cuando Estados Unidos se volvió un destino poco amigable para ellos”. La institución nota un aumento significativo de las solicitudes de estudiantes hispanos. Especialmente en los grados, porque la demanda general de másteres se ha ralentizado este curso.

“El campus de Madrid es un foco de atracción de hispanoamericanos, muy por encima de nuestros otros campus”, confirma Felipe Llano, director general de ­ESIC Business & Marketing School. El cambio del euro frente al dólar ha incrementado las ventajas de la ciudad. Igual que el menor coste de vida con respecto a Miami. En la escuela madrileña este año han crecido un 23% los matriculados procedentes de América Latina. “La inflación galopante en la región, la incertidumbre política y la gran fuga de capitales que se está produciendo nos favorecen”, analiza el directivo.

Sus 500 alumnos hispanos responden a dos tipologías, explica Llano, jóvenes de rentas medias-altas que quieren labrarse un sólido perfil profesional internacional y profesionales que hacen un alto en su carrera para reciclarse.

La educación es la nueva diplomacia, afirma Nuria Vilanova, presidenta de CEAPI (Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica) y de Atrevia. “En España formamos a las élites empresariales latinoamericanas en las escuelas de negocios privadas. Muchos de estos líderes se quedarán. Nos quedaremos con el mejor talento. Y los que vuelvan a sus países se llevarán la impronta del nuestro”, aprecia. “Además, en las universidades públicas también se están formando las élites culturales de la región mediante becas. Todos estos centros van a dejar una huella brutal en las élites latinoamericanas”, añade.

Oficina de banca privada de A&G, en Madrid.
Oficina de banca privada de A&G, en Madrid.JUAN BARBOSA
BANCA PRIVADA

Alfombra roja en el mundo del dinero

DAVID FERNÁNDEZ

La privacidad y la exclusividad son dos requisitos innegociables para los clientes de banca privada. Edificios señoriales en el barrio de Salamanca o en el paseo de la Castellana de Madrid cobijan las oficinas de la mayoría de las entidades que administran el patrimonio de las grandes fortunas. Apenas un discreto letrero en el portal informa de su presencia. Desde hace unos años es habitual escuchar acentos procedentes del otro lado del Atlántico en estos templos del dinero.

“La llegada de altos patrimonios latinoamericanos empezó en 2012. Con la crisis del euro, muchos family offices de estos países comenzaron a analizar oportunidades de inversión en España”, explica el responsable de banca privada de una entidad estadounidense. “Esta tendencia se ha acelerado en los últimos cuatro años. Los cambios políticos en la región, con el acceso al poder de gobiernos de tinte populista, han hecho que muchas familias se planteen un cambio de residencia buscando mayor seguridad jurídica para su patrimonio. Y Madrid es un destino muy atractivo para ellos por ser la puerta de entrada a Europa, por su calidad de vida y por los lazos culturales que nos unen”, añade este banquero.

Cuando un millonario mexicano, venezolano, colombiano o brasileño decide emigrar de su país de origen, lo más habitual es buscar el apoyo de una entidad global que le dé servicio en los diferentes países en los que tenga residencia. Sin embargo, si lo que buscan son expertos que conozcan las especificidades jurídicas y fiscales del país donde aterrizan, la opción de contratar a un banco privado local gana enteros. “Evidentemente, este tipo de clientes se ha convertido en un objetivo claro para nosotros”, reconoce Juan Carlos Solano, director de key clients en Andbank. “Hay muchos motivos por los que pueden requerir nuestros servicios, pero, si su contacto inicial tiene que ver con la obtención del permiso de residencia —hay que cumplir uno de los tres requisitos: inversión inmobiliaria de más de 500.000 euros, compra de deuda pública española por más de dos millones o adquisición de acciones de empresas españolas por más de un millón—, eso ya condiciona la confección de su cartera de activos inicial”, añade Solano.

Los crecientes lazos entre el mundo del dinero latinoamericano y Europa hacen que algunas entidades agrupen ambas regiones bajo la misma unidad de negocio. Una de ellas es la suiza Lombard Odier. Su responsable para el sur de Europa y América Latina, Stephen Kamp, cree que estos altos patrimonios presentan unos rasgos comunes y diferenciales con respecto a los de otras latitudes. “Mientras que los clientes europeos tienen mayor tendencia a invertir en empresas cotizadas o activos alternativos, los latinoamericanos están más acostumbrados a tener exposición a la renta fija porque vienen de países que han tenido históricamente tipos de interés muy altos. Otra diferencia tiene que ver con la forma en la que gestionan sus carteras: los altos patrimonios delegan más en la gestión discrecional de su dinero por parte de los gestores de banca privada, mientras que los europeos son más intervencionistas, quieren tener mayor control”, argumenta Kamp.

Lo que empieza como una relación puramente financiera entre el alto patrimonio latinoamericano y su entidad de banca privada suele derivar en una ampliación del perímetro de servicios que demandan. “Nos gusta tener una relación de socios con nuestros clientes. Al principio nos ven como un asesor financiero y fiscal, pero es habitual que poco a poco nos empiecen a pedir servicios inmobiliarios o incluso de banca de inversión porque quieren nuestro consejo a la hora de valorar la adquisición de posibles empresas”, reconoce Diego Elejabeitia, director de desarrollo de negocio de A&G.

Los expertos consultados creen que la llegada de ricos latinoamericanos se puede frenar debido al impuesto a las fortunas —denominado de solidaridad— que tramita el Gobierno para financiar los mayores gastos derivados de la guerra de Ucrania. “Evidentemente, la tasa puede ser una barrera. Estas familias buscan una fiscalidad razonable y una mayor seguridad jurídica que la que tenían en sus países de origen”, advierte Elejabeitia. Esta opinión es compartida por su colega que trabaja para una gran firma estadounidense: “Nosotros estábamos trabajando con varios clientes latinoamericanos que querían fijar su residencia en España y que, cuando se supo de este nuevo impuesto, han optado por Italia como nuevo destino”.

Terraza de un restaurante en la calle Jorge Juan, en el barrio de Salamanca.
Terraza de un restaurante en la calle Jorge Juan, en el barrio de Salamanca. Álvaro García
HOSTELERÍA

Restaurantes de lujo para ver y ser vistos

MARÍA FERNÁNDEZ

Con el cambio de año abrirá en pleno corazón del barrio de Salamanca Abya, un restaurante de 1.000 metros repartidos en cuatro plantas del icónico palacio de Saldaña de Madrid, bien de interés cultural. Su dueño, Manuel González, un empresario mexicano del sector agrícola, dice haber gastado en la compra y la restauración 50 millones de euros a lo largo de los tres últimos años. Y lo que busca con la suntuosa inversión cuajada de obras de arte es seducir a sus compatriotas: ha fichado a un cocinero que ha renunciado a su estrella Michelin para trabajar en el proyecto, y la última planta del edificio la reservará para comidas privadas. Es un ejemplo más de la potencia gastronómica capitalina, donde las aperturas de restaurantes de lujo parece no tener fin.

El empresario Jorge Ramses Llovet ocupa más de un tercio de la plaza de la Independencia, al pie de la Puerta de Alcalá, con sus restaurantes y su ta­blao (Ramses, Patio de los Leones, The Kave, Lady Bongo) frecuentados por visitantes llegados del otro lado del Atlántico. “Madrid es la nueva capital de Latino­américa, se ha convertido en un lugar donde se produce un redescubrimiento de la madre patria”. Cree que muchas fortunas encuentran en la ciudad la vida soñada de disfrutar la calle día y noche sin preocuparse por la seguridad. “Un magnate me ha llegado a decir que es el único lugar del mundo donde coge el metro”. A la vez habla de una retroalimentación de la economía local. “Han sido los grandes impulsores del ocio de calidad. Nos han solicitado amablemente que incrementáramos nuestras bodegas con grandes referencias y las cartas con productos delicatessen”.

Y el testigo se transmite de padres a hijos que buscan locales de moda. Algo que no pasa inadvertido para las empresas. “A un nacional no lo ves un miércoles gastándose 100 euros en cenar”, admite la portavoz de otro grupo de restauración. La calle de Jorge Juan es el kilómetro cero de esa oferta exclusiva. En 2,3 kilómetros se concentran imperios hosteleros como el del grupo Paraguas, (Amazónico, Ten con Ten, entre otros); La Máquina o Cañadío (La Bien Aparecida, La Maruca). Paco Quirós, chef y cofundador de este último, cuenta a los venezolanos, mexicanos, ecuatorianos, colombianos o chilenos entre sus mejores clientes. “Suele ser un público que no mira los precios. Si hay que abrir una botella, la abren y, si les gusta algo, repiten”.

Lo mismo piensa Ignacio de la Torriente, director de Mabel Hospitality (Tatel y Totó). “Buscan la esencia de las mejores recetas de la cocina española”. En sus mesas se sientan mexicanos, brasileños o venezolanos que viajan a la capital pensando en comer bien en un entorno agradable y sin problemas para pagar 60, 70 u 80 euros (o más) por persona. “Para el USA Today somos uno de los 25 restaurantes en el mundo por los que merece la pena viajar, y eso hace que el que ha probado nuestro restaurante de Beverly Hills o Ibiza se interese por el de Madrid, y al revés”. En su caso, el camino es de ida y vuelta: a principios de año abrirán en Ciudad de México. En la capital española, por ahora, De la Torriente no ve problemas con la competencia. “Hay hueco para todos. Nosotros llevamos 10 años batiendo récords de facturación”.

Pero no todo es tan luminoso. Los precios del cubierto se han disparado, las raciones menguan hasta alcanzar tamaños ridículos, las cartas de vino se llenan de botellas que pasan de los 50 euros y cada vez son más los restaurantes que exigen pagos por adelantado al hacer la reserva. Mar Espinar, portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento, critica que se aumenten los esfuerzos en los barrios más exclusivos, como el reciente refuerzo de la limpieza en Chamberí o Salamanca, en detrimento de los pobres. “El de las terrazas es un gran ejemplo de cómo José Luis Martínez-Almeida está concentrado en intereses privados, olvidándose de que las terrazas están ocupando la mayoría del espacio público. Zonas como Ponzano, Ibiza…, estamos echando a la gente de sus casas porque no pueden dormir”.

De la cara más sufrida también habla José Antonio Aparicio desde la Asociación de Hostelería de Madrid: “El sector está vivo, pero hay un tsunami de costes, con las materias primas disparadas, los alquileres… Un 92% de los 35.000 locales que hay en la ciudad tienen entre uno y cinco trabajadores, son muchas pymes en riesgo que se están viendo muy presionadas”. Aprecia que hay mucha inversión exterior, “pero también ocurre que los costes se están comiendo la rentabilidad”, y los alquileres, después de dos años congelados, vuelven a subir.

Pablo Trapote, perteneciente a una de las familias más conocidas del ocio madrileño (Joy Eslava, Chocolatería San Ginés), lleva las riendas del Teatro Barceló y es uno de los últimos empresarios en anunciar una gran apertura: Hensi, un restaurante en Alberto Alcocer. No teme a la saturación de la oferta. “Madrid es la capital europea del ocio, tiende a crecer, ves todas las zonas llenas. La rentabilidad no es fácil en el corto plazo, pero sí si la buscas en el medio plazo”. Locales completos parecen tapar cualquier nubarrón. La fiesta gastronómica continúa.

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