Bruselas mejora las previsiones de la economía europea para 2025 y 2026 pese a la guerra comercial con Estados Unidos
La Comisión Europea sube tres décimas el pronóstico para España, hasta el 2,9%, el mismo nivel al que lo subirá mañana el Gobierno


La economía europea va a salir mejor parada de lo previsto de la guerra comercial con Estados Unidos y del incremento de aranceles. La zona euro va a crecer este año un 1,3% y un 1,2% el que viene, cuatro y tres décimas mejor de lo previsto la pasada primavera, según la previsión de la propia Comisión Europea. También mejoran los pronósticos para el conjunto de la Unión Europea, que se sitúan en el 1,4% para 2025 y para 2026. El buen primer trimestre de este ejercicio, motivado por el adelanto de exportaciones para evitar la guerra arancelaria que se abrió en primavera; la resistencia del mercado laboral que sostiene el consumo y unas inversiones impulsadas por el fondo de recuperación explican los números que el Ejecutivo europeo ha presentado este lunes.
No hay un país o varios que expliquen o capitalicen la mejora de las previsiones económicas que presenta la Comisión. La inmensa mayoría de Estados miembros salen bien parados de la revisión de otoño. Solo Estonia, Luxemburgo y Austria ven cómo se rebajan sus pronósticos. El incremento llega incluso a Alemania, la gran economía europea, inmersa en una crisis estructural que la tiene atascada prácticamente desde que el primer soldado ruso invadió oficialmente Ucrania en febrero de 2022. No es una gran subida, apenas dos décimas este año (del 0% al 0,2%) y una el que viene (del 1,1% al 1,2%), pero pone de su parte en la mejora general.
Esta mejora también alcanza a España, que vuelve a erigirse como la gran economía de la UE que más crece. Bruselas prevé un 2,9% para este año, lo mismo que el Gobierno español en el cuadro macroeconómico que presentará este martes, según ha adelantado este lunes EL PAÍS. Se enfriará algo la actividad el año que viene: el crecimiento será del 2,3%. Seis décimas menos (y en todo caso una décima más de lo que prevé el Gobierno), pero aún así prácticamente duplicará el previsto para el conjunto del área monetaria.
“El Gobierno, de la mano de estos datos que mantienen el pulso de crecimiento y en línea con lo que están haciendo los analistas [mejorando sus previsiones para España] va a actualizar su cuadro macro elevando su previsión al 2,9%”, ha anunciado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en una comparecencia en el Congreso.
La resistencia del mercado laboral, tanto en Europa como en España, ha sido clave para que la economía tenga empuje. Mucho más, sin duda, en el caso español, donde la llegada de migrantes se ha convertido en un elemento determinante que explica el crecimiento del empleo, pese a que también ese año el paro seguirá por encima del 10%, y el consumo interno. Y por eso, la Comisión, cuando explica los riesgos a los que podría enfrentarse España en el futuro, apunta que “una desaceleración más pronunciada de lo previsto de los flujos migratorios podría reducir el dinamismo del mercado laboral, lo que daría lugar a unas perspectivas menos favorables para el consumo privado y la inversión”.
Para el conjunto de la Unión, la Comisión destaca que el acuerdo alcanzado en verano entre Washington y Bruselas arroja más certezas sobre el comercio que hace medio año, cuando se elaboraron las previsiones de primavera (el Ejecutivo europeo prepara dos cada año). El arancel general del 15% para las exportaciones que salen de Europa hacia el otro lado del Atlántico es “el nivel más alto en casi un siglo”, explica el documento de la dirección general de Economía y Finanzas. Pero también apunta con mesura ese texto que esa tarifa aduanera es más baja que las de otros socios comerciales de Estados Unidos, “dando una ventaja relativa a la economía europea”. “Sin embargo, esta ventaja se enmarca en un concreto de crecimiento moderado de las exportaciones y un euro fuerte”, explica para contextualizar y reducir ese beneficio.
Lo que sí ha ayudado a que el anémico comportamiento de la economía europea en los últimos años no fuera peor ha sido la resistencia de los mercados laborales. Las tasas de paro –en la UE y en la zona euro– seguirán moviéndose alrededor del 6%. Este es un porcentaje medio, que engloba tasas como la de España, donde la tasa de paro bajará del 10% en 2026 por primera vez en unos 15 años, y las de Alemania, donde con una tasa del 3,5% se puede hablar de pleno empleo pese a su estancamiento económico.
Queda ya bastante atrás, si nada se tuerce, la inflación disparada. Los precios ya se mueven en torno al 2% y en esa perspectiva se sitúan hasta 2027. Eso son buenas noticias en el Banco Central Europeo, pues se sitúan en el objetivo que la autoridad tiene marcado y, por tanto, se puede deducir estabilidad en la política monetaria. Esto beneficia a la concesión de créditos en condiciones favorables y beneficia a la inversión de las empresas.
Por el lado del sector público, destaca el Fondo de Recuperación y otras herramientas financieras de la UE que “están amortiguando el efecto de la consolidación fiscal en varios Estados miembros”. “Este apoyo sustenta la demanda interna, que se prevé que sea el principal motor del crecimiento durante el horizonte de previsión”, explica Bruselas.
Pero la consolidación fiscal va por barrios... o por países. En la UE, los hay que están reduciendo su carga de deuda, como Portugal, que la reducirá al en torno del 90% en el trienio que va del 2025 al 2027 o España, que llegará al 97% dentro de dos años. Son volúmenes muy altos todavía, pero se trata de grandes avances cuando se compara con las cifras de hace solo cinco años, alrededor del 120%.
Los dos países ibéricos −mucho más Portugal que España− mejorarán ese -3% como objetivo de déficit que recoge el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Y cerrarán sus ejercicios en mejor situación que el conjunto de la UE o la zona euro, donde se superará con holgura ese porcentaje totémico en la Unión desde que en 1992 se firmara el Tratado de Maastricht. En esto pondrá mucho de su parte el aumento de los presupuestos de defensa que según los números que maneja la Comisión pasarán de un gasto del 1,5% en 2024 del PIB al 2% en 2027.
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