España no logrará bajar su deuda del 90% del PIB en los próximos cinco años
Las estadísticas del FMI revelan que la economía española reducirá su crecimiento a la mitad al final de la década ante la falta de reformas


La economía española es una de las pocas sorpresas agradables de las Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, en sus siglas en inglés), que cada año por estas fechas elabora el Fondo Monetario Internacional en el marco de su Asamblea Anual. España goza de buena salud y es de los pocos países desarrollados que han visto mejorada su nota. Pero entre el brillo de las alabanzas, en las previsiones del organismo también se esconden algunas amenazas.
Las Administraciones públicas no lograrán rebajar la deuda pública por debajo de la línea roja del 90% durante los próximos cinco años. El economista jefe del FMI, Pierre-Oliver Gourinchas, recetó, durante la conferencia de prensa para presentar sus proyecciones económicas, seguir avanzando en la consolidación fiscal para rellenar los colchones para cuando vengan mal dadas. Es decir, los países deben continuar con la reducción del déficit y la deuda pública.
En los últimos años, España ha reducido la deuda desde la cota del 119% del PIB a la que subió en 2020, por las numerosas ayudas públicas para tratar de proteger a hogares y empresas en la pandemia, al 100% en que cerrará este año. Se trata de un formidable ajuste, pero al que le queda poco recorrido a la luz de los cálculos del Fondo: sus estimaciones apuntan a bajadas mucho más discretas en los próximos años, hasta situarse en un 92,5% del PIB en 2030.
La ralentización de la rebaja de la deuda está vinculada a la evolución del déficit público. Y la consolidación fiscal que ha abordado España durante los últimos años ―ha logrado reducir el déficit del 10% del PIB del año de la pandemia al 2,7% esperado para este año― también parece haber llegado su fin. El organismo multilateral con sede en Washington cree que la reducción de los desequilibrios entre gastos e ingresos públicos se irá reduciendo a mucho menor ritmo y no bajará del 2% del PIB al final de la década.
La recomendación del Fondo de seguir avanzando en la reducción del déficit y la deuda no es menor, porque los economistas avistan un crecimiento débil, sombrío y repletos de riesgos. Las mejoras económicas serán mucho menores que en la pandemia, auguran. España no queda excluida de estas advertencias. Las previsiones del Fondo sobre la economía nacional, contenidas en el repositorio estadístico del WEO, arrojan un dato preocupante: la economía española reducirá su crecimiento a prácticamente la mitad del actual a partir de 2028 ante la falta de reformas estructurales.
El Fondo calcula que España será la economía avanzada que más crecerá este año, con un avance del PIB del 2,9%, más del doble que el de la UE. Pero este crecimiento caerá al 1,6% a finales de la década.
El Fondo publicará este lunes el Fiscal Monitor, el documento que analiza los desafíos presupuestarios de los países, donde se podrán sacar más conclusiones sobre los retos de la economía española.
Al menos España es uno de los países que parece haber dejado atrás la crisis inflacionaria. Las proyecciones para España revelan que la inflación cerrará este año con un avance del 2,09% y bajará del 2% en los años siguientes, excepto en 2027, cuando augura un cierto repunte de los precios.
La ralentización del ciclo expansivo de la economía española también se percibe en la tasa de desempleo. Las estadísticas del Fondo muestran que la tasa de paro no bajará del 10% durante, al menos, los próximos cinco años. De materializarse, el Gobierno de Pedro Sánchez no podrá cumplir su compromiso de reducirlo por debajo del 8% para conseguir el ansiado pleno empleo de la economía española, aunque las cifras que ofrece el fondo, en torno al 10,7%, ya están por encima de la actual tasa (10,3% en el segundo trimestre, según la EPA).
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