Innovación industrial con la mira puesta en la sostenibilidad
Mondragon Unibertsitatea redobla con el centro Hirekin la apuesta por la digitalización, la automatización y la circularidad
Arrasate no solo se conoce por su historia industrial, sino también por su capacidad de reimaginar el futuro. En la parcela de la antigua empresa Trefasa, ubicada en el barrio de Uribarri, Mondragon Unibertsitatea aspira a convertir el recién inaugurado centro Hirekin en un referente en la industria. Con una superficie de 6.000 metros cuadrados, el nuevo centro de emprendimiento basa su actividad en el impulso a la digitalización, la sostenibilidad y el desarrollo de nuevas tecnologías mediante prototipos y procesos industriales que aporten al sector en términos medioambientales y de eficiencia.
Carlos García, coordinador general de la Escuela Politécnica Superior de Mondragon Unibertsitatea, subraya el esfuerzo empresarial por “abrirse camino hacia procesos más sostenibles y de menor consumo”. “Las formas de energía, la movilidad, los conceptos de reciclaje y de reutilización están cambiando, se busca la máxima eficiencia en muchos aspectos”. El nuevo espacio impulsado por la Escuela Politécnica Superior de Mondragon Unibertsitatea se concibe como una red abierta a personal investigador, personas emprendedoras, empresas y alumnado, de la que ya forman parte más de una decena de organizaciones.
Este curso 2024-2025 son varios los proyectos que han empezado a gestarse en las instalaciones, equipadas con salas de cómputo, talleres, equipos de prototipado, simulación y experimentación. Desde las fases de diseño y escalado hasta el lanzamiento de producto, la descarbonización y mejora de la eficiencia son el denominador común para una transición hacia una industria más verde y competitiva.
Un ejemplo de ello es el desarrollo de un sistema accesorio destinado a minimizar la chatarra en los procesos industriales. El objetivo es reducir el defectivo durante el proceso de producción, lo que disminuye la generación de residuos y optimiza los recursos. Para ello, Hirekin trabaja en un prototipo con el que validar la efectividad del sistema antes de implementarlo a gran escala. En este sentido, los sistemas de sensores que monitorean la máquina herramienta en tiempo real resultan clave para detectar errores y evitar desperdicios.
Optimización de procesos
Tras años de investigación, Mondragon Unibertsitatea ha logrado desarrollar tecnología que permite la fabricación flexible de componentes para distintos sectores, otro ejemplo. Tradicionalmente, los sistemas de producción se han diseñado para fabricar grandes volúmenes de productos idénticos de manera eficiente. Esta tecnología busca romper un esquema rígido y adaptar las líneas de producción a diferentes ámbitos sin necesidad de reconfigurar los sistemas, ajustándose a cambios de diseño. El proyecto, en fase de escalado, “implica una línea de producción de 40 metros de longitud en las instalaciones”, añade García, un demostrador que será testado en un entorno de laboratorio.
También se trabaja en la automatización de procesos productivos mediante robótica y sistemas de control inteligente que permiten reducir la dependencia del trabajo manual, mejorar la precisión y optimizar el consumo de recursos. En resumen, mejorar la eficiencia energética y sostenibilidad empresarial.
En los últimos años, Mondragon Unibertsitatea ha invertido más de dos millones de euros anuales en equipamiento tecnológico, permitiendo el desarrollo de prototipos en entornos controlados. Hirekin pretende llevar el prototipado a un nivel superior y acortar la distancia entre la investigación académica y la aplicación industrial. “Sin limitaciones”, añade el coordinador general.
Las vertientes son diversas. Por un lado, Hirekin acoge proyectos provenientes de empresas ya establecidas para desarrollar y prototipar innovaciones de producto en colaboración con la universidad. Por otro, trabaja iniciativas propias que buscan llevar su investigación al mercado. Antes de finalizar el curso, se prevé tener en marcha media docena de proyectos en el centro: “A nuestro alrededor tenemos una industria muy desarrollada tecnológicamente, pero también la hay relativamente madura y, en algunos casos, obsoleta. Hay tecnologías que tienen que actualizarse, y hacerlo con una mirada sostenible”. De ahí, la nueva ubicación en Hirekin del grupo de investigación en economía circular, “de tal manera que puedan apoyar las propuestas de emprendimiento desde el diseño”, matiza García.
El vínculo con la empresa a través de un modelo dual que integra formación académica con prácticas en la industria facilita la transferencia de conocimiento, la recualificación continua e investigación aplicada en colaboración con el sector. El modus operandi: transformar ese conocimiento en prototipos tecnológicos que se validan y desarrollan en un centro de alta rotación, donde los proyectos entran y salen continuamente. Un espacio abierto y flexible que impulsa el emprendimiento también en etapas tempranas mediante el apoyo financiero.
En los próximos cuatro años, el centro aspira a ser un referente en la transferencia de tecnología con más de 30 proyectos y un centenar de profesionales y alumnos involucrados. Su capacidad para transformar el conocimiento en soluciones aplicadas seguirá siendo clave en el impulso hacia una industria más eficiente y sostenible.
Planes ambiciosos
En los próximos cuatro años, Hirekin prevé acoger más de 30 proyectos involucrando a un centenar de personas. El objetivo es establecer un ritmo en el que cada año se inicien alrededor de una decena de desarrollos con una duración media de dos a tres años. Desde el centro, anticipan que deberán priorizarse aquellas iniciativas que requieran espacios y capacidades especializadas, para maximizar el impacto y la eficiencia en el uso de las instalaciones.
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